Este mediodía se dio un hecho debería encender alarmas al interior del Gobierno. Por primera vez desde la llegada de Alberto Fernández a la Casa Rosada, los movimientos sociales del oficialismo se unieron con los de izquierda para anunciar lo que prometen será “la marcha más grande de los últimos 15 años”. Los motivos tienen que ver con reclamos reivindicativos pero también políticos. Las bajas en los programas Potenciar Trabajo, el desfinanciamiento de unidades productivas y la falta de entrega de alimentos en los comedores se suman a un fuerte rechazo al alineamiento del Gobierno con el FMI, algo que no parece que el FdT pueda resolver con mucha claridad en lo inmediato. 

Como en las últimas oportunidades, Victoria Tolosa Paz será la principal destinataria de las críticas pero también sobrevuela una desconfianza sobre el rumbo de Sergio Massa y habrá advertencias para el caso que JxC llegue al poder en octubre/noviembre. Los movimientos sociales oficialistas no ven un panorama alentador hacia adelante y, en ese sentido, lo del jueves servirá para marcar la cancha sobre la conflictividad social que se puede venir si este gobierno o el que viene profundiza una línea de ajuste.

“Tenemos por delante una situación de mucha complejidad porque hay sectores de la oposición e incluso del gobierno, que la única idea que tienen es profundizar el ajuste sobre la base de un 40% de pobreza en la Argentina”, dijo hoy en la conferencia de prensa que brindaron los movimientos sociales frente al obelisco Esteban Gringo Castro, secretario general de la UTEP. El referente histórico del Movimiento Evita agregó que “eso es intolerable, el proceso de unidad y de movilización se va a acrecentar”, abriendo la puerta a un avance del proceso de confluencia en las calles entre la izquierda y los movimientos sociales del FdT.

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“SITUACIÓN LÍMITE CON EL MINISTERIO”

La convocatoria del próximo jueves es a las puertas del Ministerio de Desarrollo Social. La tensión entre los movimientos sociales oficialistas y la ministra Victoria Tolosa Paz viene in crescendo desde el año pasado, cuando se congelaron pagos del Potenciar Trabajo y se comenzó un proceso de auditoría sobre los beneficiarios de los programas que decantó en miles de bajas. En las filas de UTEP interpretan esas decisiones como la ejecución por parte del Gobierno de una línea dictada por el FMI, y en ese sentido la movilización del próximo jueves será una advertencia a no profundizar ese camino, en un contexto que entienden no da para más ajuste.

“Vivimos una situación muy difícil con la alimentación en los barrios populares. A esta altura es una falta de respeto que no estemos pudiendo resolver este problema. Hay una decisión política para eso y nos obliga a movilizarnos este 18 de mayo al Ministerio de Desarrollo Social para empezar un plan de lucha hasta que se resuelva”, sostuvo Castro en ese sentido este mediodía frente al obelisco

Desde el Movimiento Evita expresaron a Diagonales que “hay un fuerte problema de entrega de alimentos a los comedores que no se está resolviendo”, y que eso, sumado al desfinanciamiento de unidades de gestión de la economía popular y los recortes en el Portenciar Trabajo llevaron a “una situación límite con el Ministerio”. En concreto, desde el principal movimiento social del oficialismo vienen alertando hace tiempo sobre el planteo del FMI de dar de baja unos 400 mil planes sociales, la oposición del organismo de crédito a la moratoria aprobada por el Gobierno, y en ese sentido resaltan la necesidad de “mostrar el músculo de la UTEP saliendo a la calle”.

Si bien aclaran que “no está todo roto” con la cartera que conduce Tolosa Paz, el reclamo es porque “hay muchas cosas frenadas y no hay resoluciones”. Concretamente, además de la falta de entrega de alimentos y las bajas en los programas, los movimientos sociales reclaman que no se están cumpliendo con pagos de subsidios a unidades de gestión de la economía popular que se utilizan para la compra de maquinarias, equipamiento, materias primas, insumos, capacitación y todo lo necesario para el funcionamiento de esas unidades. “Eso es lo que está más frenado hoy en día junto con la entrega de alimentos”, destacaron, y hacia allí se dirigen las negociaciones con Desarrollo Social. 

Consultadas por Diagonales, fuentes del Ministerio y del entorno de Tolosa Paz prefirieron no opinar sobre el tema.

“LA MARCHA MÁS GRANDE EN 15 AÑOS”

El Gringo Castro fue contundente este mediodía al exclamar “estamos acá en el marco de unidad más amplio que he visto y participado, quizás podamos ver una de las movilizaciones más grandes de los Movimientos Populares en los últimos 15 años”. La advertencia no es para tomársela a la ligera. El arco de organizaciones que confluirán el próximo jueves marcará realmente un hito en los últimos años de la protesta social en la Argentina, todo un símbolo de los tiempos que corren. 

El peronismo en el gobierno deberá ver a sus organizaciones populares en una articulación histórica con las fuerzas de izquierda nucleadas en la Unidad Piquetera reclamando por alimentos e insumos para la producción. La situación que parió esta unidad es la gravísima crisis económica, que golpea a los sectores populares como a ningún otro y que hace recordar a los tiempos en que estas organizaciones se unían para enfrentar a Mauricio Macri. 

El Movimiento Evita y el Polo Obrero serán dos de las principales organizaciones que encabezarán la movilización del jueves. Junto a ellas estarán, entre otras, la CTA Autónoma, el Frente Barrial de la CTA de los Trabajadores, el Frente Milagro Sala-FNT, el Frente de Lucha, el FOL, el FENAT, el Frente Piquetero. Cabe destacar también dos actores que serán parte de la protesta: El FETRAES, alineado con el Kirchnerismo  y parte de la campaña “Luche y Vuelve” por una candidatura de CFK, y el MTE de Juan Grabois, parte de la UTEP y con impulso a la candidatura presidencial del referente social. sectores 

De esta manera, puede decirse que el jueves confluirán al menos tres planteos políticos distintos. Desde un peronismo más alineado con lo que fue el planteo de Alberto Fernández o distanciado de CFK, un sector directamente encuadrado con la Vicepresidenta y sectores de la izquierda. La foto revelará que la crisis económica es tan profunda y la falta de respuestas por parte del oficialismo es tal que las diferencias políticas quedan de lado a la hora de los reclamos sociales.

“GANEMOS O PERDAMOS LAS ELECCIONES, PREPARARSE PARA LO QUE VA A VENIR”

Justamente ese plano reivindicativo es lo que prima hoy en día entre los movimientos populares, pero detrás hay un fuerte posicionamiento político contra el rumbo del Gobierno dictado por el FMI. “No hay un buen panorama, ganemos o perdamos las elecciones” dicen desde el Evita, y afirman que la confluencia de organizaciones populares del jueves es un primer paso de cara a lo que pueda ser un próximo gobierno en línea de ajuste. “En lo político es prepararse para lo que va a venir” sostienen.

En ese sentido, los movimientos populares tienen claro que un gobierno de la actual oposición puede ser mucho peor en términos de ajuste. Sin embargo, cuando todos los caminos parecen conducir a la candidatura de Sergio Massa como la posibilidad más potente hoy por hoy del FdT, en las organizaciones sobrevuela una desconfianza hacia lo que podría ser una gestión del actual ministro. “No queda claro que sea un compañero muy comprometido con los planteos de la economía popular”, afirman. El propio Juan Grabois, como uno de los fuertes exponentes de ese sector político y social, viene insistiendo en su campaña en una oposición con la figura de Massa y lo que representa. Así, el panorama no parece muy alentador a los ojos de los movimientos sociales oficialistas, y la unidad del jueves comienza a trazar un camino que podría marcar la resistencia a un mayor ajuste en los próximos años, lo ejecute JxC o el propio peronismo.

Si bien por ahora no hay planeadas acciones más allá de lo que será la movilización del jueves, desde el Evita reconocen que los diálogos con Unidad Piquetera vienen desde hace tiempo producto de la crisis económica y social y la falta de respuestas de la política, y sostienen que en la medida en que no haya soluciones a los graves problemas que aquejan a los sectores populares del país acciones como la de la semana que viene pueden volverse más frecuentes.

En ese sentido, la movilización del jueves, independientemente de su tamaño, debería encender todas las alarmas en el oficialismo por lo que representa en términos políticos. Las organizaciones que vienen siendo la malla de contención de la conflictividad social en plena crisis comienzan a plantear un escenario límite y no pareciera haber en el corto plazo un horizonte muy concreto de resolución a los reclamos que plantean. Dos días antes de la movilización, el PJ nacional tendrá su Congreso en el que se tomarán importantes definiciones de cara al proceso electoral. Lo que está claro es que, si el peronismo no consigue contener en su propuesta a las organizaciones populares, el panorama se complejizará independientemente de los resultados de las urnas.