Qué pide Kicillof para avanzar en la unidad
El Gobernador se reunió mano a mano por dos horas con CFK. “Por primera vez vimos una disposición para establecer una estrategia común, hasta ahora eran sólo palabras”, señalan en su entorno. La mesa de negociación, el reconocimiento al MDF, la defensa del Gobierno provincial y el lugar de los intendentes en el pliego de condiciones.
Las relaciones entre las dos principales figuras del peronismo finalmente salieron del freezer y entraron en un proceso progresivo de descongelamiento. La reunión que mantuvieron ayer CFK y Axel Kicillof asoma como el primer paso de un largo camino aún por recorrer hacia la unidad peronista, que en el entorno del gobernador no subestiman pero tampoco sobreestiman.
“Esperamos que lo de ayer sea un punto de inflexión y que ciertos puntos que se establecieron no se vuelvan para atrás”, expresaron a Diagonales desde La Plata, dando la pauta de que el proceso de acercamiento entre las partes será un día a día de acá hasta el 9 de julio, fecha en que cierra la inscripción de alianzas en la PBA. Sin embargo, expresaron que “lo más importante es que por primera vez vemos una disposición del otro lado para esto, hasta ahora eran sólo palabras, ahora hay acción”.
El gobernador y la ex presidenta establecieron la conformación de una mesa de diálogo que apunte a la construcción de una estrategia en conjunto para encarar las elecciones bonaerenses del 7 de septiembre. Los comicios nacionales del 26 de octubre, si bien no estuvieron en la centralidad de este primer encuentro, también entran en el combo de la unidad a la que ambas partes aspiran.
Esa mesa de diálogo venía siendo el principal reclamo del sector del gobernador, que exigía ser considerado una parte constitutiva de las estrategias definidas por el peronismo. “Que reconozcan que el Movimiento Derecho al Futuro es un espacio político que tiene que tener su propia voz y voto en esa mesa”, sintetizaron cerca de Kicillof.
El plenario del sábado pasado en La Plata marcó la fundación del kicillofismo. Si bien el MDF ya había sido lanzado, el acto que congregó a unas 40 mil personas y decenas de dirigentes e intendentes de la PBA, fue una demostración importante de músculo propio y dejó en claro que el gobernador tiene con qué negociar. Así como también que lo que en otro momento fuera un kirchnerismo unificado, hoy se divide en dos sectores y que habrá que acostumbrarse a los roces y las negociaciones entre ambos.
En ese contexto, Kicillof llevó a la conversación con CFK una serie de planteos que su espacio viene sosteniendo hace tiempo y que considera elementos necesarios de la unidad a construir. Junto a esa mesa de diálogo en la que se trace una estrategia conjunta, el armado del gobernador plantea como condición necesaria de la confluencia una defensa férrea de la gestión provincial y un acompañamiento al Ejecutivo en la Legislatura.
“Lo que venimos diciendo es que se valore la gestión del gobernador, y que se enfrente a Milei en función de las necesidades de la provincia. ¿Cómo? Por ejemplo, que los legisladores nacionales y provinciales reclamen lo que Milei le está sacando a la PBA”, explicaron en el entorno de Kicillof.
La Legislatura bonaerense viene siendo uno de los principales focos de conflicto entre el cristinismo y el kicillofismo. Muchos proyectos estructurales para la gestión provincial no avanzaron allí por las diferencias con el sector que responde a Máximo Kirchner. En ese sentido, desde la gobernación pretenden “no que la Legislatura sea una escribanía, pero al menos que no obture proyectos, que acompañen y defiendan lo que presenta el Ejecutivo”.
Otro punto central del planteo del MDF que Kicillof llevó al encuentro con CFK tiene que ver con el lugar de los intendentes. El gobernador sostiene que la lapicera para confeccionar las listas en los distritos la deben tener los jefes comunales, máxima que aplica tanto para los intendentes que lo respaldan como para los que están alineados con Máximo y CFK. “Cada intendente arma en su municipio, podemos conversar eventualidades, pero definen los intendentes”, sentencian en La Plata.
La gran discusión tendrá lugar en la confección de las listas regionales. En ese punto, desde el kicillofismo sostienen no tener un esquema cuantificable en porcentajes para la representación de cada espacio. Lo más importante, afirman, es quién mide mejor en cada sección electoral. “No estamos yendo a cambiar figuritas, no es que porque uno encabeza una sección el otro encabeza la otra, y así. Será el que mejor mida en cada caso, porque lo que queremos es ganar”, explican.
Sin embargo, sí hay un punto límite: “Lo que no vamos a aceptar son vetos, que nos digan fulano sí, fulano no”, explican. Para graficar el punto citan el ejemplo de Berenice Iañez, legisladora electa en la CABA que el cristinismo bajó todo lo posible en la lista porteña por pertenecer a La Patria es el Otro, la agrupación que conduce Andrés Larroque.
Cerca del gobernador destacan el paso adelante del primer encuentro del año con CFK, al mismo tiempo que resaltan todo el camino aún por recorrer hasta la unidad pretendida. Tienen en claro, a su vez, que el diálogo incipiente debe traducirse en una estrategia conjunta. “Si nosotros proponemos 3 cosas y no se aceptan, y del otro lado nos proponen 3 cosas que no podemos aceptar, entonces no hay estrategia de unidad”, grafican.
El descongelamiento de las relaciones no significa una unidad de hecho, pero empieza a asomar un horizonte distinto de cara las próximas paradas: 9 de julio, día en que cerrarán las alianzas electorales y cuando se sabrá si finalmente el peronismo irá o no unificado; 19 de julio, fecha del cierre de listas; y 7 de septiembre, día de las elecciones provinciales. En el medio, el peronismo deberá definir también su armado para las elecciones nacionales, que tendrán su cierre de alianzas el 8 de agosto y la oficialización de listas el 17 de ese mes. “Si logramos establecer una estrategia conjunta será para todo”, dicen cerca de Kicillof. Ayer se dio el primer paso hacia ese objetivo.