El peronismo atraviesa un proceso de reacomodo al nuevo escenario político, con la doble urgencia de enfrentar al Gobierno nacional para frenar el daño del ajuste sobre la población y volver a representar a la sociedad en vías de recomponerse como alternativa electoral. En esa dinámica, los últimos días vienen mostrando una fuerte carga de discusión interna en las distintas tribus del peronismo, con la necesidad de definir una conducción como eje vertebral, y la tensión entre Axel Kicillof y Máximo Kirchner como la máxima expresión de los debates que aún no cierran.

El que encendió la mecha a un nivel que sacó el tema de las discusiones subterráneas para ponerlo en el centro de la escena política fue Andrés Larroque. El “Cuervo” tuvo varias declaraciones picantes en las últimas horas, en las que apuntó contra sectores que estarían “conspirando” contra Kicillof. Sin nombrarlo, el ministro bonaerense apuntó contra La Cámpora y Máximo Kirchner, a quienes llamó “auditores eternos, que nunca se miden en un proceso electoral, quieren enseñar a hacer política”, resaltando que “el que conspira contra Axel Kicillof en una joda extraña está”.

Algunos de esos dichos fueron esgrimidos el sábado pasado, en San Vicente, en ocasión del octavo aniversario de la histórica movilización del 2016 a Comodoro Py, en la que miles de personas reclamaron contra la persecución judicial a CFK. La jornada estuvo organizada por la agrupación 13 de abril, que responde al ministro de Trabajo bonaerense, Walter Correa. Axel Kicillof fue otro de los oradores centrales del acto que, paradójicamente para un día de conmemoración de la defensa popular a CFK, no contó la participación de referentes ni intendentes de peso de La Cámpora.

Qué se mueve detrás de los apoyos a Kicillof y de la "bronca acumulada" contra La Cámpora

Larroque fue incluso más a fondo y se animó a cuestionar a los exégetas de CFK y a un método de conducción que empieza a ser cada vez más resistido, incluso entre quienes sostienen a la ex presidenta como la máxima figura del peronismo. “¿Qué significa la conducción de Cristina? ¿Qué es la conducción de Cristina? ¿Que tres ñatos te manden un WhatsApp? Yo no quiero esa conducción de Cristina, quiero la conducción con movimiento popular, cuadros auxiliares de conducción, mesas de discusión, con debate, con programa, con método y movilización” lanzó el ministro de Kicillof y referente de La Patria es el Otro.

PAÑOS FRÍOS Y GESTIÓN

Como era lógico, la sacudida de avispero empezó a entregar a las pocas horas nuevas réplicas del terremoto. Dardos desde distintos sectores del peronismo para La Cámpora y respaldos al gobernador se conjugaron en unos días frenéticos de forma tal que podrían parecer orquestados si no fuera por las distancias reales entre los diferentes voceros. Desde una de las vertientes del peronismo apuntan a Diagonales una explicación alternativa a la secuencia: “¿Sabés que pasa? Hay tanta bronca acumulada con estos pibes que donde alguien se anima a hacerles alguna crítica, solitos empiezan a  saltar otros”.

En otra vereda peronista y con otra carga de responsabilidades, desde el Gobierno bonaerense se mantienen firmes en su posición histórica de no alentar ningún tipo de tensiones. “No es tiempo de internas ni de candidaturas, no le sirve a nadie apresurar los tiempos. Vamos cuatro meses del segundo mandato, los bonaerenses nos van a matar si nos ven más preocupados por las elecciones que por su día a día” dicen cerca del gobernador.

Qué se mueve detrás de los apoyos a Kicillof y de la "bronca acumulada" contra La Cámpora

Kicillof nunca se hizo eco en público de las tensiones con Máximo Kirchner, y desde aquel llamado a componer una nueva canción en el peronismo del año pasado, fuertemente criticado por los altos mandos camporistas, al gobernador no se le escucharon declaraciones que sumaran a la polémica. Hoy por hoy, y pese a que muchos sectores del peronismo casi que imploran por que Kicillof se ponga el traje de conductor de todo el movimiento, la directiva política en la estructura bonaerense es no malgastar esfuerzos en otra cosa que la gestión. “Nos votaron para seguir transformando y defender sus derechos, nos tenemos que concentrar en eso” dicen en la mesa chica del gobernador, sin dejar de ver que “si somos capaces de hacer eso vamos a poder resolver lo demás, a su debido tiempo”.

CONDUCCIÓN, RESPALDOS Y MISILES

Lo cierto es que, en un peronismo con vacancia de conducción, cada vez más sectores se amontonan en el encumbramiento de Kicillof que el propio riñón del gobernador juzga apresurado. Larroque dijo en San Vicente que “Milei eligió a Axel como enemigo”, definió al gobernador como “un fenómeno social y electoral” y “un compañero honesto, trabajador, que sabe gestionar, que es empático con la gente y demostró ser exitoso en las elecciones”. Todos los casilleros completos para el rol de conductor que el peronismo ansía casi con desesperación.

Otros sectores peronistas vienen manifestándose en esa línea, con declaraciones que son, en algunos casos, como una moneda de dos caras. Por un lado, el empujón a Kicillof para que agarre la papa hirviendo de conducir un peronismo descompuesto, le dé línea a cada sector para intervenir en sus ámbitos de influencia y, en todo caso, pague también el desgaste de recomponer la fuerza a la que la mayoría de la sociedad le dio la espalda hace unos meses. Por otro, aprovechar la volteada para animársele a Máximo Kirchner e incentivar, a través Kicillof como escudo, ponerle nuevo límites a La Cámpora.

El grupo de intendentes que respalda a Kicillof tiene entre sus filas a dirigentes con fuertes enfrentamientos con La Cámpora. El caso de Jorge Ferraresi quizás sea el más resonante. Pero el que salió este lunes a marcar la cancha fue Mario Secco. El jefe comunal de Ensenada respaldó los dichos de Larroque, afirmando que “no es bueno que Cristina mande mensajes por Whatsapp a través de otros compañeros que no respetan a algunos, eso te hace calentar”. “Antes era otra cosa, eso que está pasando hace calentar al resto de los compañeros. El respeto a Cristina lo tenemos todos, el tema es que muchas veces los que rodean a Cristina terminan haciendo pelotudeces” sentenció sin pelos en la lengua.

Qué se mueve detrás de los apoyos a Kicillof y de la "bronca acumulada" contra La Cámpora

El diputado nacional y dirigente sindical Hugo Yasky, respaldó los dichos de Larroque el día posterior al encuentro en San Vicente y llamó a “dejar de hablar desde los vip o desde las catacumbas” y terminar con el “secretismo”. “No podemos dejar de reconocer que emergen figuras como las de Axel Kicillof, y no nos podemos dar el lujo (como dice Larroque) de desgastarnos nosotros mismos. Y si hay críticas para hacer que se hagan en los ámbitos para discutirlo” sentenció Yasky, quien además expresó que “si alguien tiene mejores liderazgos, mejores ideas, que se abran los ámbitos. Necesitamos debates colectivos, necesitamos rebeldía”.

Este lunes Kicillof recibió un apoyo que podría pasar como inesperado. Principal espada del albertismo fallido, Aníbal Fernández lo propuso como jefe del peronismo al tiempo que disparó contra la organización de Máximo Kirchner. “Hay que encontrar quien tenga la capacidad de liderar este tema. Los líderes no piden permiso, los líderes tienen que ir avanzando. Un ejemplo es Kicillof. No digo que lo sea él, ni soy amigo, ni formo parte de su estructura. Lo primero que hay que hacer es sacarle a toda la manga de salames que están intentando perjudicarlo para que no pueda seguir avanzando sobre las posibilidades ciertas de ser un candidato del peronismo” sentenció el ex ministro de Seguridad.

Fernández está enfrentado hace tiempo con La Cámpora, y no dejó pasar la oportunidad de apoyarse en Kicillof para fustigara la organización cristinista: “Ya hicieron demasiado daño estos pibes. No representan a nadie, no han ganado nada y se amparan en los familiares para que, más o menos, les den la razón. Todos estos pibes dicen tener una conducción y que esa conducción reporta a sus familiares, todo eso no es saludable. Hay que respetar a un gobernador que ganó muy bien su primer mandato y el segundo lo ganó muy bien también, porque hizo una muy buena gestión. Respétenlo como tal” sentenció.

Kicillof viene cosechando respaldos de sectores no alineados con el cristinismo y con peso específico propio. Pablo Moyano, líder de camioneros, habló del gobernador como el posible conductor del peronismo en su reconstrucción, “y si Dios quiere futuro presidente de la nación”. Compañera de Aníbal Fernández en el albertismo que no fue, la diputada Victoria Tolosa Paz dijo hace una semana “yo voy a estar ahí armando la orquesta para la nueva sinfonía que quiere tocar Axel Kicillof, bienvenido todo aquel que quiere que sonemos distinto. Hay melodías que no solo ya tienen que dejar de sonar, sino que ya nadie quiere escuchar”.

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LA RESPUESTA DE LA CÁMPORA

Con nombre propio o por elevación, la organización de Máximo Kirchner fue señalada como la depositaria de las críticas de los últimos días por las fricciones con el Gobierno provincial. Fuentes de La Cámpora expresaron a Diagonales que no estaban saliendo a responder las declaraciones que los apuntaban, pero que la posición de la organización se resumía en lo que Mariano Recalde expresó esta mañana en una entrevista con Daniel Tognetti en la AM530.

El presidente del PJ porteño dijo “me parece a mí que no es momento de discutir liderazgos, representaciones, sino de cerrar filas, resistir los embates de Milei y mirar hacia el enemigo, Macri, Milei”. En sintonía con los paños fríos que le ponen al tema desde el Gobierno bonaerense, Recalde pidió “no forcemos la máquina” en cuanto a la definición de una conducción para el peronismo, y opinó que “el acompañamiento a Axel hay que darlo en la gestión cotidiana”.

Sin embargo, el referente de La Cámpora no dejó pasar los dardos de su ex compañero de organización, y sentenció “no me parece que lo ayude a Axel este discurso (de Larroque), cuando lo escuché pensé que hablaba de Guillermo Moreno, que todo el tiempo cuestiona a Kicillof. Yo no he escuchado un cuestionamiento a Kicillof desde el Kirchnerismo”.

El dirigente porteño insitió con que “estas discusiones no ayudan al movimiento, a la fuerza política y no lo ayudan a Axel”, recordó a quienes quisieron hacer “peronismo sin Perón” y trazó un paralelismo con la actualidad en la que afirmó que están quienes quieren un “peronismo sin Cristina”. “Cuando uno cuestiona al método está cuestionando la conducción. Ahora se cuestiona a Cristina directamente, sorprende y no lo puedo creer” sentenció en relación a los dichos del ministro bonaerense.

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LA DISPUTA DE FONDO Y EL PAPEL DE MASSA Y CFK

“Hoy por hoy tienen la lapicera legal. Se encierran Máximo y Facundo Tignanelli 48 horas en una oficina y te arman la lista ellos”. La sentencia de un armador del peronismo refiere a lo que se vislumbra en el fondo de estas cuestiones y como punto de inflexión para su resolución: las listas del 2025. Su conformación será el resultado del nuevo equilibrio al que llegue el peronismo en general, y el bonaerense en particular. Y aunque hoy por hoy todo se enfoque en la gestión y la resistencia a Milei, todos en el peronismo saben que esa discusión ya está girando en el aire.

Kicillof no se metió en el armado del 2023, y el resultado quedó expresado en lo que Jorge Ferraresi dijo en un plenario interno de su organización hace un mes: “Axel no tiene un solo diputado ni un solo senador provincial y es gobernador, es imposible. Tenés que hablar con los diputados y tenés que hablar con otro, que es un dirigente que te quiere joder a vos, para que te junte los votos para sacar una ley”. Si realmente aspira a encabezar la propuesta del peronismo en cuatro años, el gobernador deberá plantar bandera en las listas del año que viene, y allí el choque de planetas parece, hoy por hoy, inevitable.

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Quizás por eso, o tal vez simplemente por ser su forma de construcción, Kicillof amplía lentamente sus articulaciones y va cosechando adhesiones que ven en su figura y su posible liderazgo tanto una renovación del movimiento como un freno a la lógica de conducción de Máximo Kirchner. A los sectores de la política y el sindicalismo previamente mencionados, podría sumarse aquí a movimientos sociales como el Movimiento Evita, que apostó por Kicillof bien temprano en el 2023 electoral, cuando aún no había candidato presidencial, y que recientemente sumó posiciones en el gobierno bonaerense con la designación de Gildo Onorato al frente del Instituto Provincial de Asociativismo y Cooperativismo.

El problema de las listas es siempre el mismo: pocos lugares para mucha gente. Además de la tensión con La Cámpora, Kicillof deberá lograr contener a todo el variopinto que hoy lo rodea y se acerca, a la espera de ver también cómo jugarán los otros dos grandes factores del peronismo hoy en día.

“Si Massa quiere volver, es el año que viene y como diputado por Buenos Aires, otro lugar no tiene. ¿Vos te lo imaginás yendo segundo en una lista armada por Axel?” apuntan desde una de las tribus peronistas que se mueve buscando su espacio en el reacomodo. La pregunta resuena en un contexto en el que el líder del Frente Renovador se muestra corrido de escena, diagramando su estrategia, mientras el gobernador enfrenta el día a día de una provincia desfinanciada por el Gobierno nacional.

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También en una estrategia de movimientos silenciosos, CFK mantiene su lugar de jueza en última instancia para la resolución de las diferencias internas que la propia praxis política no consiga suturar. La ex presidenta tuvo decisiones diferentes para con las pretensiones de Kicillof. En 2021 impuso cambios en su gabinete, que llevaron al socio de Máximo Kirchner, Martín Insaurralde, a la jefatura que perdió con su lujoso viaje en yate en plena campaña electoral. En 2023, cuando esos mismos actores empujaban una candidatura presidencial de Kicillof, contra los propios deseos del gobernador, CFK terminó bancando que fuera por su reelección en lo que fue la decisión conjunta que le aseguró al peronismo una superviviencia que de otra forma hoy no tendría.

Sobre la crisis de representación del peronismo y la necesidad de nuevas canciones, se recortan discusiones que vienen de arrastre pero cobrarán más cuerpo de cara a lo que viene. Como punto de llegada las listas de 2025, donde el nuevo pentagrama deberá quedar plasmado y firmado sobre papel. Falta mucho, pero no tanto.