El homicidio del joven Lucas González en manos de la policía de la CABA volvió a poner el foco sobre el problema de la violencia institucional y el rol del Estado en el accionar de las Fuerzas de Seguridad, no sólo en territorio porteño sino también en todo el país. Diversas voces del ámbito legal y los derechos humanos rechazaron la idea de “caso aislado” planteada desde Juntos y señalaron el “respaldo ideológico” que prevalece entre el manejo de la seguridad y el discurso de mano dura de varios sectores de la política.

“Que te mate la policía también es inseguridad”, fue una de las definiciones más contundentes que dejó la abogada Graciana Peñafort, en diálogo con Diagonales Radio. “Lo que pasó con Lucas no es un caso aislado, es algo que pasa y no sólo en la Ciudad”, expresó la abogada, al ser consultada sobre la reacción de María Eugenia Vidal, quien se pronunció sobre el tema y minimizó la situación al sostener que si fuera una práctica habitual, “hubiésemos tenido más casos de gatillo fácil”.

En tanto, el caso del joven asesinado reavivó las discusiones sobre los modos de operar que hoy permanecen en las fuerzas policiales y los peligros de empoderar la violencia policial mediante discursos de “mano dura” tanto desde los medios como la política.

“Hay un sector de la sociedad que cree que la mano dura es una forma de justicia. Mandar a la calle a policías armados con poca formación, hace que sucedan hechos como el de Lucas”, señaló Peñafort en comunicación con En Boca de Todos.

En tanto, desde los organismos de derechos humanos también salieron a alertar sobre este tipo de episodios, cuyo caso más distintivo en los últimos años que el protagonizado por el policía Luis Chocobar, durante la era de Cambiemos. En ese momento, el amparo brindado desde el mismo Gobierno incluso motivó el planteo de una “doctrina Chocobar”, fogoneada por la entonces ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.

Estos casos no suceden si no hay un contexto que lo habilite. Y hoy el contexto, desde el punto de vista discursivo, es lo que tuvimos que aguantar en todo este último tiempo en palabras de gente que hasta se presenta de candidato y es electo”, señaló Ismael Jalil, referente de la Coordinadora Contra la Represión Policial e institucional (CORREPI), en diálogo con Diagonales Radio.

Jalil coincidió en remarcar que el caso ocurrido en Barracas no es una excepción, que ocurre de manera sistemática y que, si bien se repite en todo el país, en Ciudad de Buenos Aires tiene un “contexto ideológico que lo respalda, lo fomenta y lo estimula”.

“Hacen la canallada de enviar a un instituto de menores a los sobrevivientes. Agarrás los diarios como Clarín y ponen que ‘la policía abatió a delincuentes’. Esto se instala para conducir directamente a la impunidad. Acá el problema es cómo influye en la comunidad que después sale a la calle, repite esto y lo avala”, agregó el representante de CORREPI.