Un vuelo de repatriados que arribó el sábado desde Miami, trasladó el cuerpo de un empresario que murió en Nueva York y jamás informaron que tuvo COVID-19.

Un cadáver embalsamado arribó el sábado pasado en la bodega de un avión de Aerolíneas Argentinas. Era el vuelo organizado por la Cancillería para repatriar compatriotas que habían quedado varados en Estados Unidos en medio de la pandemia. Sin embargo, ese cadáver -guardado en un féretro herméticamicamente sellado- no debió haber llegado nunca al país: era el cadáver de un empresario de 91 años que había muerto por COVID-19. Esta información fue confirmada a Infobae. 

Lo que más genera indignación es que la documentación que acreditaba que era portador de coronavirus no había sido aportada a las autoridades. Los familiares ya habían intentado un traslado anterior. Ahora se abrió una causa penal.

La Secretaría de Calidad de Salud del Ministerio que dirige Ginés González García radicó una denuncia penal que intenta esclarecer quién fue el responsable de que ese cuerpo viajara sin que se supiera que había tenido coronavirus. La principal sospecha es que se buscó ocultar intencionalmente ese dato para que se concretara, sin problemas, el ingreso al país.

Como el cadáver iba herméticamente sellado, desde Salud descartan cualquier posible propagación del virus. Sin embargo, investigan la irregularidad de la llegada porque ningún féretro con registro de un virus podría haber ingresado al país.