Represión a jubilados: La Policía empujó y gaseó en la cara a una persona con discapacidad
Los efectivos le exigieron que se mueva pero él estaba en muletas: "Como no hice lo que el Policía quería, vino otro y me gaseó en la cara". Otra postal de violencia en la manifestación a Congreso.
En otro operativo desmedido en el centro porteño, la Policía de la ministra Patricia Bullrich gaseó en la cara a una persona con discapacidad que se encontraba en las inmediaciones del Congreso. Se trata de un hombre en muletas a quien los efectivos le exigieron que se corra y, ante sus evidentes dificultades de movilidad, procedieron a empujarlo y agredirlo. La marcha de los jubilados se desarrollaba en términos pacíficos y con baja convocatoria por motivos climáticos. Otra postal cruel de la represión.
Cristian, un hombre que se moviliza en muletas, se hallaba en las cercanías del Parlamento cuando la Policía comenzó a avanzar contra la multitud de adultos mayores y manifestantes que, como cada miércoles, se movilizaban en pedido de una actualización de los haberes, especialmente tras el anuncio del Gobierno Nacional sobre el veto a la suba sancionada por el Congreso. La protesta se llevaba a cabo de modo pacífico y con no más de 200 presentes bajo la lluvia en la Ciudad de Buenos Aires.
En ese marco, de un momento a otro los agentes de la Prefectura y la Federal le exigieron al hombre que se mueva. Según relató Cristian, él acató la orden y estaba subiendo al cordón de la vereda, como “no hizo como el Policía quería”, los efectivos lo empujaron y lo gasearon en la cara pese a que se trataba de una persona con una visible discapacidad motriz a raíz de dificultades en una de sus piernas. La víctima debió recibir atención médica de inmediato.
Posteriormente, en diálogo con C5N, Cristian contó: “Me asistieron pero todavía arde. Me empujaron cuando estaba subiendo al cordón; al no poder hacer como el policía quería, vino otro y me gaseó toda la cara”. Otras tomas mostraban la inmensa cantidad de efectivos desplegada en la zona, que superaría largamente a la muchedumbre que protestaba en el centro porteño. Son imágenes de un operativo millonario, desmedido, exagerado y violento bajo el “protocolo antipiquetes” de Bullrich.