Protagonista tan principal como silencioso, como buena parte del Gabinete, Santiago Caputo tiene una tarea clave para sostener la imagen de Javier Milei: condensar al núcleo duro de apoyo presidencial, arremeter contra quienes se muestran opositores, sean gobernadores, legisladores, empresarios, artistas o periodistas, e instalar máximas simbólicas sobre el rumbo “fundacional” que encara el Gobierno, como fue el cierre del Salón de la Mujer o la prohibición de adoptar el lenguaje inclusivo en la administración pública.

Los números crecientes de la imagen negativa del Presidente comienzan a mirarse con más atención tanto por Caputo, como por el propio Milei. En el último trabajo de Zuban Córdoba, publicado en las últimas horas, concluyen que casi el 60 por ciento de encuestados tienen una mirada negativa del economista de la Escuela Austriaca y que casi el 90 por ciento cree que el ajuste no lo está pagando la casta.

Hay algunos datos que más llaman la atención para el Ejecutivo: que ya haya casi un 70 por ciento que diga que está peor desde que Milei está en el poder, que un idéntico numero indique que ya no sabe por dónde ajustar sus gastos, y sobre todo, que un 60 por ciento de los votantes del oficialismo reconocen que aunque “confiaron” en el mandatario, pero que su economía “está sufriendo”.

Frente a este escenario económico exasperante para buena parte de la sociedad, Caputo, el principal asesor comunicacional y analista de encuestas presidencial, necesita correr el debate por otros caminos. Se le endilga al exasesor en opinión pública de Jaime Duran Barba, que exhibe orgullosamente tatuajes de la mafia rusa, haber publicado desde una cuenta sin nombre propio en Twitter X que enfatiza la “necesidad” de saltear las reglas democráticas.

“El sistema necesita cambios que no se pueden hacer respetando las reglas del sistema. La única manera de avanzar en la dirección correcta es doblando la ley. Esto es algo que el gorila no entiende. Creen que la política empieza y termina en las formas. Fetichismo ritualista”, plantea la cuenta Enfant Terrible.

X de Enfant Terrible

Caputo tuvo un último mes frenético. El líder del denominado Grupo Marlboro estuvo negociando en el Congreso hasta último momento la ley Ómnibus y antes de que se caiga, en lo que fue el primer fracaso de la nueva administración, fue él quien definió retirar la ley del recinto. "Dentro del gabinete dicen que si no mandan al banco a Santi Caputo y a Nico Posse, el presidente termina estrellando el gobierno", había planteado el operador mediático de Milei, Eduardo Feinmann.

El hijo del extitular del Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos aires, y sobrino del ministro de Economía Luis “Toto” Caputo y de uno de los empresarios más importantes del país como Nicolás Caputo, está en la mesa chica presidencial junto con Javier Milei y su hermana Karina. “Es como si me estuvieras preguntando si los riñones están dentro de mi cuerpo", había planteado Milei cuando comenzaron a arreciar las críticas contra su asesor.  

Durante los días de mayor fuego entre Milei y los gobernadores, en medio de la disputa por los 13.500 millones de pesos de los fondos coparticipables que la Nación le negó a Chubut, el ejército de trolls comandados por Caputo fueron fulminantes contra el joven mandatario provincial del PRO, Ignacio Torres. “Me dijo ‘vamos a sacar todos los tanques a las redes"', sinceró Torres sobre su diálogo en el que Caputo lo advirtió de lo que sucedería si no declinaba en su actitud confrontativa con la Casa Rosada.

A esto se le sumaron las agresiones de los últimos días contra una senadora chubutense luego de la caída del megaDNU en el Senado. La representante provincial en la Cámara alta Edith Terenzi denunció que viralizaron su número de teléfono y la amenazaron de muerte en las redes sociales. “Te dicen, ́cuando te crucemos por la calle te vamos a matar, cuidate porque donde te veamos, te vamos a liquidar´, ese es el nivel de agresión y de amenaza que maneja todo este grupo de trolls”, afirmó.

La gota que rebalsó el vaso fue la catarata de ataques que sufrió la vicepresidenta Victoria Villarruel cuando habilitó la discusión del megadecreto que luego tuvo fuerte revés en el Senado, siendo la primera vez que en la Cámara alta rechaza un DNU presidencial.

Fuentes consultadas en el Senado por Diagonales admiten que Caputo “no confía” en Villarruel, cosa compartida con Karina Milei. Desde el entorno de Villarruel admiten que la vicepresidenta reiteró que si no se cambiaban la forma de relacionarse del Gobierno Nacional con las provincias, el megaDNU no iba a salir ileso del Senado.

Santiago Caputo, entre los polémicos tuits antidemocráticos y el ejército de trolls que trabajan como nunca

Lo cierto es que fueron 24 horas en las que el ejército de trolls inundó las redes sociales de ataques hacia la titular del Senado. Arremetieron contra su vida privada, subrayaron la deslealtad de Villarruel para con Milei, y la amenazaron con “colgarla en la Plaza”, lo que tuvo el like del presidente.

Algunos sectores de la oposición salieron a denunciar mediáticamente que las cuentas en redes sociales “libertarias” organizadas para descargar expresiones de odio son financiadas por el Gobierno. Se lo sindica a Caputo como el orquestador y expresan que desde Casa Rosada destinan 40 millones de dólares por día en alimentar la furia de los haters.

Pero estos rumores no distraen a Caputo. Este consultor de 38 años seguirá negociando en nombre del Presidente, seguirá visitando todos los días los despachos de la Casa Rosada, seguirá manejando el equipo de comunicación digital, y seguirá participando de todas las reuniones oficiales, incluidas las de Gabinete y los viajes oficiales.

Hoy, formando parte de la mesa hiperchica de Milei, es un intocable que se puede dar el lujo de no rendir cuentas a nadie y “soltar a los perros” de las redes cuando el Gobierno se descarrila.  

Santiago Caputo, entre los polémicos tuits antidemocráticos y el ejército de trolls que trabajan como nunca