Un nuevo revuelo se originó en Santa Fe tras la difusión del audio de un supuesto diálogo entre un sindicalista y un preso que se ofrece a matar a un adversario de la familia Moyano. La conversación se presenta entre el aliado de los líderes de Camioneros, Juan Mateo Chulich, y un presunto sicario que pide que “bajen una moneda” para “cagar a tiros” a Sergio Aladio, también líder de Camioneros a nivel provincial, y adversario de la línea de Pablo y Facundo Moyano.

“Nosotros somos los que le prendimos fuego el sindicato a Aladio.¿Ahora vos querés que lo caguemos a tiros? Tenés que bajar la moneda, amigo. Bajá la moneda y lo cagamos a tiros al toque…Como la vez pasada. Vos sabés que bajás la moneda y lo hacemos al toque. Después nos comunicamos bien. Bajá la moneda y le hacemos lo que vos quieras, como siempre”, es parte del audio de una llamada realizada en septiembre del año pasado, entre Chulich y un recluso desde uno de los pabellones de la cárcel de Piñero.

Si bien la comunicación tiene más de un año, el contenido de la llamada tomó trascendencia pública en las últimas horas en los medios. Fue la Agencia de Investigación Criminal y el fiscal Iván Raposo de Venado Tuerto la que detectó la comunicación, tras intervenir el teléfono del dirigente cercano a Moyano.

El origen de la causa fue una denuncia que radicó el 29 de junio del año pasado un afiliado de esa ciudad del sur santafesino, quien aseguró que había sido amenazado para desafiliarse de la obra social de Camioneros a nivel provincial para ser traspasado a la nacional. En ese marco, Raposo avanzó en la investigación e imputó por amenazas coactivas a Juan Mateo Chulich y a su hijo Lucas, que es el referente del gremio moyanista en el departamento General López, donde tiene asiento Venado Tuerto.

Vale aclarar que, en el audio, el preso que mantiene comunicación con Chulich también se presenta a sí mismo como el responsable de un incendio en la sede gremial de Aladio, aunque las fechas no coincidirían con el ataque denunciado por el rival de los Moyano, que ocurrió en 2017. A lo largo de la conversación con el preso, Chulich apenas interviene, aunque al final afirma: “Listo, listo”.