Silvia Horne encabezará la boleta del Frente de Todos como candidata a la gobernación de Río Negro. Esa es una de las formas posibles de presentarla: también puede decirse que se convirtió en la expresión electoral de un peronismo híper fragmentado y, a la vez, que representa la opción opositora más firme al oficialismo local encabezado por Alberto Weretilneck. 

Con esas tres líneas fuerza y condicionantes —sello del Gobierno nacional, dispersión peronista y perfil opositor local—, la ex diputada nacional y militante histórica del Movimiento Evita intentará al menos mejorar la performance del Frente de Todos en las elecciones de 2021. La fecha marcada en rojo es el domingo el 16 abril, cuando Río Negro —en simultáneo con Neuquén— abra el calendario de elecciones provinciales generales.  

“Los peronistas rionegrinos nos quedamos sin partido”, le dice Horne a Diagonales en un respiro en medio de su paso reciente por Buenos Aires, que aprovechó para reunirse con los ministros de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, y Turismo, Matías Lammens. La frase hace alusión a la disputa judicial por el uso del sello del PJ local, que también reclama para sí el sector del senador Martín Doñate —referenciado en Cristina Kirchner y La Cámpora— que eligió encolumnarse detrás de Weretilneck. Pero también habla de las “consecuencias no deseadas” de la pésima elección de 2021, en las que el peronismo salió tercero cómodo, muy lejos del oficialismo de Juntos Somos Río Negro. “Se llegó a esta situación porque no hubo debate ni autocrítica”, explica. 

“En cambio, algunos mandaron a romper el Frente de Todos para ir detrás de Weretilneck con un mensaje de Whatsapp”, ironiza para graficar el nivel de la disputa con el sector de Doñate. 

Tweet de Silvia Horne

Por una cuestion de calendario y de armado electoral, Río Negro puede pensarse como un laboratorio para lo que puede venir en 2023: la elección será apenas 60 días antes de la fecha límite para la inscripción de alianzas a nivel nacional, el 14 de junio. A nivel local, el peronismo no pudo resolver su interna: mientras el kirchnerismo apoya mediante una colectora a Weretilneck (al que también suscribe un sector del radicalismo local, que partió a su vez a Juntos por el Cambio), el albertismo, los movimientos sociales y la familia Soria (el ministro de Justicia y Seguridad de la Nación, Martín, y la intendenta de General Roca, María Emilia, su hermana) postularon a Horne. 

“Nuestra tarea a partir de ese momento fue reconstruir el Frente de Todos”, dice Horne. El sello se conformó a través del partido Comunidad Organizada, el Movimiento Evita, ParTE (el armado albertista), y PTP (de la CCC), y “el peronismo inorgánico que es la mayoría”, explica. “Somos la única opción de verdadera oposición a Juntos Somos Río Negro”. 

LEWIS, TERRITORIO Y CORRUPCIÓN

La oficialización de los frentes locales, el miércoles primero de febrero, se dió un contexto particular: esa misma tarde, un grupo de trescientos militantes que protagonizaban la “Séptima marcha por la Soberanía” intentaron ingresar al Lago Escondido vía el Camino Público de Tacuifí, ubicado en el paraje El Foyel, a 40km de El Bolsón, y se toparon con la reja de tres metros con que el inglés Joe Lewis mantiene bloqueado el acceso. También con sus peones y capataces, que reaccionaron con piedrazos, gases pimienta y una brutal golpiza sobre unos 9 militantes, uno de los cuales —Gabriel Berrozpe, diputado del Parlasur— debió ser trasladado al Hospital con fracturas en una pierna y contusiones en la cara. 

Silvia Horne: “Weretilneck es un servidor de Lewis”

La golpiza se dió con la anuencia de la Policía de Río Negro, que se dedicó a mirar cómo pegaban mientras custodiaba la tranquera del inglés. “Todo el poder local responde a Joe Lewis. La gobernadora (Arabela Carreras) y Weretilneck son Lewis”, dice Horne. 

Las organizaciones habían presentado un Habeas Corpus para resguardar la integridad de quienes habían ingreso a la propiedad del magnate y un recurso de amparo para garantizar la apertura del camino, que es público de acuerdo a dos fallos del TSJ provincial y de la propia Corte Suprema de la Nación, en el marco de una causa que tiene más de una década. Pero ambos fueron rechazados. 

“Ese accionar policial dejó a las claras que la gobernadora y su mentor Weretilneck ha tomado el peor de los caminos, que es propiciar la actuación de fuerzas de choque privadas, y protegerlas”, describe la candidata. 

Horne conoce Tacuifí: años atrás participó de una de las marchas. Logró ingresar ella misma con un grupo de militantes y a mitad de camino debió regresar, ante la posibilidad que las amenazas pasen a la acción. 

“Lewis tiene mucho poder. Es un inversor muy importante no sólo en Río Negro, también a nivel nacional. Tuvo su paso por Edenor y Weretilneck participa de sus negocios. Eso es lo que explica la impunidad con que se maneja”, dice. “Pero esta vez creo que tuvieron un costo. Sobre todo porque quedó demostrado a nivel nacional ese nivel de complacencia, de incumplir un fallo de la justicia para devolver favores, que derivó en la represión y dejó a la gobernadora en evidencia ante todo el país”.

“La reunión de los jueces y toda esa mafia, que conocimos a través de los chats, pone en primer plano el problema real de Lago Escondido, que es que en realidad Lewis está ocupando tierras en zona de frontera, lo cual está prohibido”, señala y advierte que ese será uno de los temas principales de la campaña, que comenzará formalmente el 23 de este mes.