No hay acuerdo, pero sí un principio de diálogo. La reunión de esta tarde entre Nación y Ciudad por los subsidios de las 32 líneas de colectivos cuyo recorrido empieza y termina en territorio porteño fue un primer acercamiento meramente “protocolar”, según confirmaron desde ambas administraciones a Diagonales. Lo que prometía ser una guerra abierta por recursos derivó en la planificación de una serie de reuniones para las próximas semanas, con una fecha clave en el horizonte: el 10 de marzo. Ese día están citados a comparecer ante la Corte Suprema el ministro de Interior, Wado de Pedro, y el Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, para buscar un consenso en torno a la coparticipación que le corresponde a la Ciudad.

Ese día, Larreta podría usar la quita de subsidios a los colectivos porteños como una carta más en la negociación con la Rosada. Al menos esa es la especulación que se manejaba en el Ministerio de Transporte que conduce Alexis Guerrera. Por ahora, de todos modos, en el Ejecutivo porteño no está tomada todavía la decisión de judicializar también la medida que se discutió esta tarde.

El encargado de dar a conocer la posición de Nación tras la reunión fue el Secretario de Transporte, Diego Giuliano. Informó que la próxima reunión será el 22 de febrero y dejó en claro que, pese a la voluntad de diálogo institucional, el Gobierno no tiene intenciones de ceder en la decisión que parece ya tomada de recortar los subsidios que sostienen el valor del boleto en la Ciudad en 18 pesos.

"Esperamos a partir de este diálogo que la ciudad asuma sus compromisos con sus pasajeros y pueda encargarse de este servicio que es de la ciudad, en la misma relación que el resto de las provincias argentinas", expresó Giuliano.

El secretario se explayó además en cuestiones técnicas de la tarifa y el mapa de subsidios. Recordó que el sistema de transporte propio de la Ciudad de Buenos Aires insumió un presupuesto de $14.600 millones el año pasado y que el Ejecutivo porteño "hoy aporta solamente el 44 por ciento de casi un 82 por ciento de lo que aportaba (en el subsidio del boleto) y esta es la manera de ir compensado". Lejos de los 120 mil millones de la coparticipación por los que la Ciudad peleará hasta el final, la quita de subsidios al transporte suma un nuevo desequilibrio en el presupuesto porteño, que no hace más que ensanchar las diferencias entre ambas administraciones.

En sintonía con los secretarios de transporte de varias provincias, que se expresaron a favor de la decisión de nación, dijo que la medida busca “subsanar una asimetría federal” y que la Ciudad “debe hacerse cargo del servicio en la misma medida que el resto de las provincias”.

Desde el entorno del ministro de gobierno porteño, Jorge Macri, confiaron a este medio que las negociaciones no están cerradas, y destacaron la predisposición al diálogo de la Rosada. De todos modos, el planteo del ex intendente de Vicente López fue claro: “Si hay una asimetría es un tema del gobierno nacional”.

De la reunión participaron el jefe de gabinete de Transporte, Álvaro Errea; el secretario de Articulación Interjurisdiccional, Marcos Farina; la subsecretaria de Transporte Automotor del Ministerio de Transporte, Laura Labat; y la subsecretaría de Planificación y Coordinación de Transporte, Micaela Morán, todos en representación de Nación, junto al ministro. Por Ciudad compareció, además de Macri, la secretaria de Transporte porteña, Manuela López Menéndez.

En la previa, Rodríguez Larreta quedó aislado en su contrapunto por recursos con el Gobierno nacional. “Es más fácil gobernar la Ciudad”, fue el dardo que lanzó el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales. “Hay que ir a un sistema de subsidios más justo porque están todos concentrados en el área metropolitana”, agregó. En la provincia del norte, un boleto está en 50 pesos, casi tres veces menos que en la Ciudad.

Uno de los puntos clave de la reunión fue la incorporación de la Provincia como actor. De hecho, el planteo de la Ciudad es que la administración de Axel Kicillof se incorpore a la mesa de trabajo porque “no se puede tener política de transporte distinta en Ciudad y Provincia”, dijeron. En ese punto, Nación parece haber cedido. “Esperamos establecer una coordinación desde la perspectiva operativa dentro del ámbito metropolitano”, dijo Giuliano en conferencia de prensa.

Macri fue más allá y sostuvo que la Ciudad “acepta dialogar sobre un sistema del AMBA que sea lógico para la gente, donde los esfuerzos sean compartidos”. Todavía no hay un plan B respecto a qué hacer con el precio del boleto en caso que Nación no dé el brazo a torcer. Por ahora, está solo en la pelea. Mientras tanto, Guerrera sigue firmando convenios con el resto de las provincias (Catamarca y la propia Buenos Aires picaron en punta), gracias a los fondos ampliados en un 40 por ciento para este año conseguidos, en parte, del recorte a la Ciudad.