Terror en el Banco Central: Caputo quemó más de 1100 millones de dólares en tres días
El BCRA vendió reservas por US$678 millones este viernes y acumula más de mil millones entregados desde que intervino por primera vez para mantener al oficial entre las bandas. Arde el Gobierno.
El Banco Central todavía no fue destruido, pero ya arde: este viernes, el ministro de Economía Luis Caputo quemó un total de 678 millones de dólares para contener el oficial frente a las disparadas por encima del régimen de bandas del Gobierno. Fruto de la explosiva intervención, el organismo que conduce Santiago Bausili ya vendió reservas por más de 1.100 millones de dólares en tres días y la escalada no parece estar próxima a detenerse. Caos total.
El dato esconde un guiño irónico al infierno económico que atraviesa la Argentina. Fueron 678 millones de dólares -"678" como el conocido programa de la época kirchnerista- los que vendió el Banco Central de la República Argentina (BCRA) nada más que este viernes. Es la cifra más alta de la semana, pero ya había sido anticipada por otras intervenciones furiosas de 379 millones de dólares el jueves y 53 millones de dólares el miércoles. El total es alarmante: US$1.109 millones quemados en 72 horas.
Para contextualizar los urgentes números de hoy, la comparación indica que Caputo vendió en un solo día el equivalente a seis presupuestos anuales del Hospital Garrahan para contener la brutal disparada del tipo de cambio. Los mercados tomaron nota y muestran signos de incertidumbre y preocupación por el rumbo económico del país. Cabe recordar que el dólar subió cerca de $100 en solo una semana, el Riesgo País supera los 1450 puntos y el Banco Central se desangra por ahora sin freno aparente.
La advertencia había sido presentada anoche por el propio Caputo cuando, en un canal de streaming ligado al oficialismo, prometió: "Vamos a vender hasta el último dólar en el techo de la banda". Lo cierto es que esos dólares podrían acabarse rápido si el Gobierno de Javier Milei no toma las riendas de una economía prendida fuego más pronto que tarde. Mientras tanto, las reservas se van y el dólar formal e informal sigue subiendo, desinteresado de cualquier desesperado intento del Ejecutivo por calmarlo.