Un enorme signo de pregunta se cierne sobre la sociedad argentina a tres días unas elecciones trascendentales. Como pocas veces, el escenario aparece tan incierto que no pueden descartarse ninguna de las cuatro o cinco variantes de resultados que hoy se discuten como posibilidades. Desde un triunfo en primera vuelta del libertario hasta uno de Massa que apuesta a esa épica, pasando por un balotaje entre cualquiera de los tres principales postulantes, todo está abierto y cualquier cosa puede pasar. Ya sea por convicción o por obligación de campaña, Massa, Bullrich y Milei se muestran confiados en las últimas horas y agitan sus escenarios para intentar construir un clima favorable de último minuto.

En ese contexto, hay algunas preguntas que sobresalen entre otras en cuanto a su posibilidad de determinar los resultados. ¿Cuál será el techo de Javier Milei? La radicalización de su modo motosierra en el último tramo de campaña, ¿favorecerá ala ganador de las PASO o reforzará los rechazos que genera? ¿Cuánto logrará crecer efectivamente Sergio Massa? ¿Bullrich se desploma o retiene los votos de JxC? ¿Qué sucederá en la provincia de Buenos Aires, madre de todas las batallas? ¿Habrá cisnes negros o ya los hubo? Algunas líneas para acompañar las dudas que hoy se imponen a cualquier certeza.

EL MODO MOTOSIERRA, ¿TECHO PARA MILEI?

Sin dudas, la principal incógnita tras el bombazo libertario del 13 de agosto es si el triunfo libertario en las PASO se transformará este domingo en una ola, un tsunami o quedará apenas en unas aguas agitadas. Milei fue variando su estrategia desde las primarias hasta ahora, y su comportamiento deja pistas sobre lo que pueden estar evaluando en La Libertad Avanza de cara a las generales.

En las semanas posteriores a las PASO, el ganador de agosto moderó su discurso, su tono, se alejó de la estridencia que lo puso en el centro de la escena y hasta presentó en sociedad una pareja. Amor mediático para humanizar al león de la venta de órganos y la desregulación de la venta de armas. Esos fueron, quizás, los pasajes más sólidos del libertario desde que su eventual presidencia pasó de ser la elucubración política más improbable a la posibilidad más concreta.

Todo abierto: las incógnitas del domingo electoral más incierto

Sin embargo, en las últimas semanas Milei apretó el acelerador y volvió a jugar fuerte con el estilo que lo trajo hasta acá. El mayor símbolo de ello fue el blandir motosierras  en las caravanas que protagonizó por la provincia de Buenos Aires, en una imagen poco recomendable para cualquier candidato desde la teoría política clásica. Pero no se quedó ahí. En los debates presidenciales fue (¿innecesariamente?) a fondo discutiendo consensos democráticos como la cifra de los 30 mil desaparecidos, reinstaurando la idea de una guerra que los represores pretendieron instalar en la recuperación democrática. De hecho, varias veces en estas semanas Milei habló de los últimos 40 años, la edad de la democracia moderna, como un período de deterioro  para la sociedad argentina, trazando una oposición con los valores democráticos.

A todo eso Milei le sumó el sprint final un a todo o nada como fue el agitar una corrida bancaria, algo que unificó el repudio de todo el arco político y buena parte de la sociedad. Sus recientes declaraciones sobre las privatizaciones que llevaría a cabo de los ferrocarriles, Aerolíneas Argentinas e YPF van en la misma línea.

La pregunta en este punto es: esa acelerada a fondo, ¿es un intento de rematar un partido ganado o una muestra de debilidad frente a una posible segunda vuelta donde el rechazo que generan esas posturas podría favorecer a su oponente? Dicho de otro modo, haber empujado el dólar hasta los mil pesos ¿le sirvió para darle una estocada final al Gobierno o lo expuso como un incendiario?

Todo abierto: las incógnitas del domingo electoral más incierto

Las encuestas, ese acto de fe al que muchos se aferran, no mostraron a un Milei despegándose en el último tramo de la campaña sino más bien lo contrario. La exposición tan brutal de sus posturas más radicalizadas, a las que se suman las de sus colaboradores (romper relaciones con el Vaticano, reconocer el derecho de autodeterminación de los Kelpers en Malvinas, permitir la renuncia a la paternidad sobre un hijo, etc.), pareciera generar más en su contra que a su favor. Sin embargo, todas las lógicas se rompieron en agosto y habrás que ver lo que dictan las urnas el domingo para sacar una conclusión definitiva. Cuán alto es el techo de Milei y si le alcanza para ganar en primer vuelta, o para marcar una diferencia cuasi definitiva con quien llegue a un balotaje contra él, es la principal duda de estos días.

MASSA VS. SU ECONOMÍA

La contracara de cuál pueda ser el techo de Milei es cuál será en piso de Sergio Massa. El ministro candidato se guardó la artillería pesada previo a las PASO y quedó segundo como candidato individual, mientras que UP quedó tercera como frente. La no campaña en la recta hacia agosto se pagó caro en las urnas, pero fue parte de una decisión estratégica de ir creciendo en una carrera de largo aliento que, para el ministro y su equipo, termina el 19 de noviembre. Hoy en el oficialismo se ven en un balotaje y hasta se animan a vaticinar “una sorpresa” con el resultado del domingo.

Toda la carne que Massa se guardó antes del 13-A la fue tirando progresivamente al asador en los dos meses que transcurrieron desde las PASO. La lista de medidas es tan extensa que requeriría un artículo específico, pero resaltó la segmentación por sectores y algunas puntuales como la eliminación del impuesto a las ganancias de los salarios de los trabajadores, la devolución del IVA en productos de la canasta básica, créditos a la producción, bonos de ayuda económica para los informales, entre muchas otras.

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Todos esos misiles disparados coordinadamente por la gestión económica tuvieron el saldo positivo de levantar el perfil de Massa y colocarlo en el centro de la escena durante buena parte del período entre las PASO y las generales. A su vez, le permitieron alinear a sectores tan variados como el movimiento obrero, los movimientos sociales, cámaras empresariales e industriales y organizaciones políticas que a priori le eran refractarias. Pero también tuvieron consecuencias negativas. La espiral inflacionaria volvió a acelerarse, y la recuperación del poder adquisitivo de los salarios que generaron esas medidas se licuó en tiempo récord con la suba descontrolada de los precios.

En ese contexto, la duda es cuán fortalecido o debilitado llega a las urnas el ministro candidato. Tras unas últimas semanas en las que el dólar tocó el récord simbólico de los mil pesos y que, a su vez, descendió de ese pico producto de la acción del equipo económico, la duda que queda es si la levantada que efectivamente registró Massa en algunos tramos de estos meses se verá consolidada el domingo y hasta qué punto.

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Aquí surge un elemento importante: a UP no le alcanza solamente con entrar a un balotaje, también será determinante la distancia para con quien llegue a esa segunda vuelta. Un resultado apretado en algunos puntos dejará un escenario abierto, en el que muchos sectores se alinearán con el ministro que propone un gobierno de unidad nacional frente al “salto al vacío” que representa Milei para la mayoría del sistema político. Una victoria por una buena cantidad de puntos del libertario, ubicado más cerca de los 40 puntos de que los 30, configuraría un panorama complejo para UP de cara a una remontada que aparecería como una quimera de cara al balotaje. Y eso sin contar los apoyos que empezaría a recibir un Milei mucho más consolidado como el futuro presidente. La distancia entre el piso de Massa y el techo de Milei será la determinante del 23-O, con una economía que ya bordea el caos.

¿PATO RENGO O VOLANDO?

Otra variable condiciona directamente las dos anteriores, y tiene que ver con qué piso pueda lograr Patricia Bullrich. Si, como muchos afirman, su figura se encuentra estancada en un pozo más cercano a los 20 puntos que a los 30, la matemática indica que un crecimiento de Milei hacia un triunfo en primera vuelta es más posible. Al revés, si Bullrich retiene la mayoría de los votos de JxC, eso funcionaría como un ancla en las generales para el despegue del libertario y dejaría un escenario de tres tercios mucho más parecido al de las PASO donde cualquiera de los tres candidatos podría meterse al balotaje.

Todo abierto: las incógnitas del domingo electoral más incierto

Bullrich recibió el tibio apoyo de Mauricio Macri en las últimas semanas. El ex presidente viene jugando a dos puntas hace meses con Milei, y es prácticamente un hecho que JxC volará por los aires si su candidata no llega a la presidencia. Sin embargo, la incorporación de Horacio Rodríguez Larreta a la campaña y su eventual gobierno como jefe de gabinete, sumado al apoyo de Macri, aportaron algo de aire a una Bullrich a la que le costó hacer pie en casi todo el período transcurrido desde las PASO.

Cuánto de eso se trasladará a votos sigue siendo una incógnita. Pero lo concreto es que Bullrich revivió en las últimas semanas, retomando su prédica antikirchnerista luego de una moderación fallida que parecía sacarla del juego un mes atrás. Si le alcanzará para ser competitiva, para anclar a Milei y forzar un balotaje, o si finalmente será la cara de una fuerte derrota el domingo es otro de los grandes puntos que las urnas revelarán en unos días.

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CISNES NEGROS Y LA PROVINCIA

Una vez más, la batalla central será la bonaerense. Allí se juega Milei gran parte de la posibilidad se su triunfo en primera vuelta. Allí espera la remontada histórica Massa. Allí prende velas Bullrich a su discurso anti corrupción para sobrevivir. Allí surgieron, previo a las PASO, los cisnes negros que condicionaron el clima electoral de agosto y allí también emergió el escándalo del que hoy se agarran JxC y LLA para intentar rematar al gobierno.

En la semana previa a las primarias, cuando JxC se desangraba en una interna, UP aspiraba a ganar con un piso de 32 puntos y Milei no aparecía en el radar de los realmente presidenciables, dos hechos trágicos sacudieron a la opinión pública y sumaron al nivel de hartazgo generalizado de la sociedad. El asesinato de Morena, una niña de 11 años a la que unos motochorros intentaron robarle su mochila cuando iba a la escuela en Lanús y terminaron matando, detonó la agenda preelectoral y obligó a la suspensión de los cierres de campaña de las principales fuerzas. A los días se sumó el asesinato de Juan Carlos Cruz, un médico de 52 años que fue ejecutado por delincuentes en Morón para robarle su auto. Con menos repercusión en la agenda, también murió en esos días Facundo Molares, un manifestante que sufrió un paro cardíaco en pleno obelisco tras una injustificada represión por parte de la Policía Bonaerense.

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Esos hechos conmocionaron a una sociedad ya desgastada por la difícil situación económica y pusieron también a la inseguridad en el centro de la agenda. Cisnes negros de último momento, condicionaron el humor social en las horas previas a las urnas, donde finalmente terminó imponiéndose el voto bronca que hizo ganador a Milei. A días de las generales, los hechos que podrían entrar en esa categoría hay que rastrearlos un poco más atrás, y todo pareciera indicar que esta vez se llegará a las urnas sin grandes sorpresas.

El dólar a mil pesos era algo dentro de todo esperable, teniendo en cuenta la tradición de tensión cambiaria que reina en la previa a todas las elecciones. Lo que sí cayó como una bomba para el oficialismo y puede ser un factor a considerar el domingo es el escándalo del yate de Martín Insaurralde. La rápida reacción del oficialismo nacional y provincial permitieron que el tema se fuera diluyendo de la agenda, a pesar de haber generado en redes sociales niveles de conversación equiparables a lo que fue el intento de magnicidio contra CFK. Sin embargo, el escándalo emergió en el segundo debate presidencial e incluso llevó tanto a Milei como a Bullrich a hacer campaña en Lomas de Zamora. El candidato libertario realizó una caravana en la que adaptaron un vehículo como si fuera un yate, y la macrista cerró su campaña en el distrito de Insaurralde a pesar de que Néstor Grindetti quería llevar el cierre a Lanús, donde tiene que revertir el resultado de las PASO.

Todo abierto: las incógnitas del domingo electoral más incierto

¿Jugará un papel el escándalo este domingo? Pregunta abierta que se cruza con la importancia determinante de la PBA para la elección nacional. Habiendo ganado 17 provincias, algunas de ellas con picos de más del 50%, el territorio donde más tiene por crecer Milei es justamente el bonaerense. Allí concentró buena parte de sus últimos actos de campaña, a la espera de mejorar el 24% que obtuvo en agosto y que estuvo bien por debajo de su promedio nacional.

En la misma línea, allí radican las esperanzas de UP. Axel Kicillof resultó ganador por un buen margen en agosto y el trabajo de campaña post PASO alienta a pensar en un arrastre positivo para la boleta presidencial. Retener la provincia y empujar el crecimiento de Massa son dos objetivos en paralelo para el peronismo, y en eso se puso a trabajar con fuerza toda la maquinaria que llegó al 13-A algo aletargada.

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UP también ganó en la PBA en la categoría presidencial, totalizando un 32% entre los votos de Massa y los de Grabois. Sin embargo, ese porcentaje necesita crecer al menos unos cinco puntos para arrastrar el promedio nacional y asegurar su presencia en un balotaje. Con el Norte Grande como el otro gran objetivo territorial, la Provincia resalta en la estrategia de UP y el resultado del domingo en suelo bonaerense determinará la suerte del peronismo.

El escenario está abierto e incierto como nunca. Todo puede suceder en un domingo que promete tensión hasta último momento. Ya no hay tiempo para más, y en tan solo unos días se sabrá cómo continúa este 2023 para el infarto.