Luego de que el gobierno de Mauricio Macri oficializara ayer la quita de aranceles para la importación de productos informáticos, distintos dirigentes de la oposición, empresarios y sindicatos locales, advirtieron sobre el impacto negativo que iba a tener en la industria nacional y sobre cómo esta medida iba a generar mayor desempleo. 

No estaban equivocados. Las malas noticias no tardaron en llegar, ya que el presidente de la empresa PC Arts Argentina, que controla la marca Banghó, Carlos Suaya, adelantó que la medida implica la pérdida de 500 puestos de trabajo.

El empresario aseguró que "esto no es una noticia imprevista, ya nos venían diciendo hace mucho tiempo que la voluntad era mantener los aranceles informáticos a tasa cero; le quisimos explicar para que no se llegue a eso pero fracasamos, fue imposible mantener un diálogo".

"De esta manera no tiene sentido tener un plantel productivo para generar algún tipo de producción frente a los equipos que vienen de China subsidiados", lanzó Suaya. 

En la entrevista que le brindó a Radio La Red expresó que Banghó tenía "800 empleados en tres plantas muy industrializadas", pero afirmó que se reconvertirá "a menos de la mitad cuando se termine todo el proceso, de 800 vamos a pasar a 300".