El ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, quedó desconectado de las decisiones finales del gobierno de Alberto Fernández. Es que dos horas antes que el presidente Alberto Fernández anunciara la suspensión de las clases presenciales, el funcionario sostenía que la presencialidad en las escuelas era una "prioridad". En la pelea en medio de la suba de los contagios en el AMBA y para evitar el crecimiento de la segunda ola, ganó el planteo de los gremios docentes y del gobernador Axel Kicillof.

Dos horas antes que el mandatario argentino comunicara que desde el lunes 19 de abril hasta el viernes 30 del mismo mes se retorna a la modalidad virtual en los tres niveles educativos, el titular de la cartera educativa sostenía incansablemente que las clases presenciales iban a continuar sin importar la suba de los contagios por ser "un ámbito seguro". 

Estas afirmaciones llegó a realizarlas incluso antes del inicio de una nueva reunión del Consejo Federal de Educación (CFE), en cuyo debate virtual se evaluó el estado de situación del retorno a la presencialidad a nivel federal "ponderando el efectivo cumplimiento de los protocolos y la relevancia de la priorización de la escuela como un espacio cuidado, de bajo contagio, para contener y acompañar a las niñas, niños y adolescentes".

E incluso, luego del encuentro que reunió a ministros y ministras de Educación de los 24 distritos de la Argentina, se llegó a presentar una propuesta "administrar la presencialidad en aquellas áreas donde la situación epidemiológica se agudice".

Todo esto suena verdaderamente insólito luego del anuncio del Presidente, y se desprenden varios interrogantes respecto al futuro del ministro que durante el 2020 sostuvo que había que tener las escuelas cerradas sin permitir el más mínimo debate al respecto, y que hoy cambió su postura 180 grados, incluso al punto de estar más cerca de lo planteado por el gobierno porteño encabezado por Horacio Rodríguez Larreta.

Por otra parte, los grandes ganadores del anuncio de Fernández fueron los gremios docentes que veían la suba de contagios en las escuelas y que estaban preocupados por sus trabajadores, ya que la gran mayoría aun no ha sido vacunado. Y también lo planteado por el gobernador Axel Kicillof de avanzar hacia mayores restricciones para evitar la circulación.