Sergio Massa sigue adelante con el diseño de lo que será el nuevo rumbo económico del Gobierno del Frente de Todos, proceso en el cual hoy dio un importante paso con la designación de Gabriel Rubinstein como secretario de Programación Económica, cargo que en la práctica representa ser el viceministro. Rubinstein es un economista ortodoxo de importante formación académica que se desempeñó entre 2002 y 2005 como representante en el Banco Central del entonces Ministro de Economía Roberto Lavagna, participando de las negociaciones de ese momento con el FMI. Tras ese paso por la gestión pública, el nuevo elegido de Massa se dedicó a la consultoría económica y financiera como titular de la consultora Gabriel Rubinstein & Asociados.

La designación de Rubinstein muestra un poco más del aval político con el que cuenta Sergio Massa por parte de CFK para intentar enderezar el rumbo del Gobierno. Llamada a silencio durante el breve paso de Silvina Batakis por el Palacio de Hacienda, la vicepresidenta de la nación bendijo el pasado lunes con una foto al nuevo superministro, y sus soldados no dejaron de brindar muestras de apoyo, que fueron desde abrazos en plena sesión de Diputados por parte de Máximo y Wado de Pedro hasta manifestaciones públicas del bombardero “Cuervo” Larroque. A ello hoy hay que sumarle la aceptación del nombramiento de un número dos para Economía que abierta y explícitamente criticó con fuerza a CFK, sobre todo en los últimos meses.

A las pocas horas de la designación de Rubinstein, las redes comenzaron a replicar múltiples tuits de su autoría con duras referencias a la gestión económica y política del FdT. “La corrupción es un tema endémico que tuvo un salto muy alto con Menem y uno aún mucho más alto con Néstor y Cristina. Y si hubo/hay corrupción con Macri o Larreta (no me consta pero no la descarto) no hay que dejarlo pasar” disparó, por ejemplo, en diciembre del año pasado.

Pero sus acusaciones no fueron sólo de corrupción, sino que también trató de incapaz tanto al Presidente como a la vice, a quien también llamó hipócrita y comparó con el renunciado vicepresidente de De la Rúa. “Me parece que CFK está preparando su renuncia. Pareciera un mix entre Chacho Alvarez (pero sin banelco), a Menem (cuando no se presentó en segunda vuelta para evitar una derrota segura), y a los Montoneros, cuando se fueron de la plaza” escribió en su cuenta de Twitter el 17 de septiembre del 2021, en plena crisis política del FDT tras la derrota en las PASO, los amagues de renuncias K y el rediseño del gabinete nacional.

Sin dudas que tolerar el desembarco en Economía de un personaje que se refirió en esos términos a ella, significa de parte de CFK una luz verde para las decisiones de Massa. Si esa luz verde representa un apoyo o significa que el kirchnerismo se desligará absolutamente de la gestión económica en lo que se viene, dejando al tigrense librado a la suerte o del éxito o el fracaso de sus medidas, es una pregunta abierta que el correr de los días irá respondiendo. Lo cierto es que hasta ahora Massa contó no solo con los gestos explícitos de banca política por parte del kirchnerismo, sino también con su silencio frente a designaciones que podrían haber sido fustigadas por la tropa K.

QUÉ PRONOSTICABA EL NUEVO VICE DE MASSA

Como se dijo, Rubinstein se desempeñaba al frente de una consultora desde la cual trabajaba con todo tipo de clientes del mercado financiero. Sus lecturas sobre el devenir del rumbo económico se constituían, básicamente, en insumos determinantes de las decisiones económicas de agentes del sistema muchas veces señalados por el kirchnerismo como especuladores. Hace apenas algunas semanas, el nuevo vice de Massa publicó un artículo en la revista Noticias en el cual analizaba tres escenarios posibles del devenir económico del país para los próximos meses/años.

En dicha publicación Rubinstein marcaba como punto de principal de disparada del descalabro económico actual el 9 de junio pasado, fecha en que se rescataron los Bonos Pellegrini, a partir de lo cual empezaron a  caer las cotizaciones de bonos en pesos por el temor a un posible reperfilamiento de esa deuda en moneda local. Al diagnóstico de la crisis, Rubinstein suma el cierre de los pagos al exterior por exportaciones, luego de la denuncia de CFK sobre el festival importador, que para él llevó a un “default comercial”, y finalmente la renuncia de Martín Guzmán el pasado 2 de julio.

Rubinstein juzgó como positiva la llegada de Batakis y sus primeras medidas que puntaban al ordenamiento fiscal. El nuevo secretario de Programación Económica calificó de “tregua” aquel momento del Gobierno, siempre haciendo énfasis en que la tensión política entre los actores del FdT era uno de los principales condicionantes de la crisis y la dificultad para controlarla. Así fue que elaboró tres escenarios posibles, que dependían básicamente del apoyo político que pudiera tener la ahora ex ministra para llevar adelante su plan, algo que resulta extrapolable a lo que pueda suceder con Sergio Massa.

El primero de los escenarios, que denominó “escenario base”, es el que consideró con mayores probabilidades de concretarse. En concreto, le asignó un 40% de chances en relación a los otros dos. Para Rubinstein, las principales características de ese escenario serían “tregua política entre Cristina, Alberto y Sergio, más apoyo político a Batakis. ¿Y las “mejoras”? Una efectiva baja del déficit fiscal, más un mejor accionar en el frente externo, consolidar la mejora del mercado de pesos y adecuadas políticas de ingresos que acompañen cierto desinfle de la inflación”.

De sostenerse esa situación, el economista pronosticaba un crecimiento del 3,1% para este 2022 y un 1,5% para 2023; una inflación del 90% este año y de 70% el año que viene, dependiendo de lo que suceda con las elecciones y el nuevo gobierno; un dólar oficial creciendo al 4% o 5% mensual durante varios meses, y los dólares paralelos también creciendo pero menos que la inflación y el oficial, marcando un valor del Contado con Liquidación de $350 para fin de año.

El segundo escenario pronosticado por Rubinstein era un “Plan de Estabilización posiblemente exitoso”, cuadro al que le asignó un 30% de chances de concretarse. A este escenario, Rubinstein lo dividió en otras tres sub posibilidades, una de izquierda, otra de derecha y otra de centro. La principal diferencia entre un plan de derecha o de izquierda desde la mirada del analista económico tenía que ver con que, en el primer caso, podría unificarse el tipo de cambio oficial con los paralelos provocando una devaluación, mientras que en el segundo se daría un mercado de cambios dual “para que el dólar que está detrás de la “mesa de los argentinos”, no sea el mismo que quiere un ahorrista o quien quiera viajar (obviamente más caro el dólar en este segundo mercado que en el primero)”.

En su descripción de un posible plan de centro, al que comparó con los planes Austral, Convertibilidad o la gestión de Lavagna con Duhalde y Kirchner, Rubinstein pronosticó un mercado de cambios desdoblado, con un mercado “comercial y otro “financiero”, en el cual el primero sería administrado y el segundo libre. Pero una vez acumuladas suficientes reservas en el BCRA (Rubinstein señala unos USD  $20.000 millones), se buscaría unificar los tipos de cambio. En el mientras tanto, las recetas para administrar la brecha podrían ser una devaluación inicial del dólar comercial de entre el 30% y el 50%, el ingreso de capitales desde el mercado financiero o un consenso alrededor del alto costo del dólar libre que limite su adquisición y permita ir emparejando los valores.

Por último, el vice de Massa pronosticó un posible escenario de hiperinflación al que también le asignó un 30% de chances de suceder. “No podemos descartar, de ninguna manera, que antes de la puesta en marcha de un Plan de Estabilización, debamos pasar por una hiperinflación, hecha y derecha” escribió hace apenas unas semanas. Rubinstein definió de la siguiente manera lo que para él sería ese contexto hiperinflacionario: “Un desmadre, gatillado, seguramente, por alguna crisis política, sólo un poco más grave que la vivida en junio, vacío de conducción económica (renuncia de Batakis ante falta de apoyo político, etc.), fuerte suba del dólar libre (inicialmente en la zona de $400), freno muy alto a la liquidación de exportaciones, freno a las importaciones (como los vividos recientemente pero extendidos en el tiempo), fuerte caída de la demanda de pesos, nueva ronda de suba del dólar libre y, finalmente, ciclo de mega devaluaciones del dólar oficial, con retroalimentación en la suba de la inflación, pánico en ahorristas, alza incesante del dólar libre, más suba del oficial, etc”.

En ese contexto, durante unos tres meses el índice de inflación superaría el 20%, obligando a implementar un plan de estabilización pero generando una crisis política en la cual Rubinstein mencionó incluso la posibilidad de una renuncia de Alberto Fernández.

“La situación está que arde. Batakis se empezó a mover correctamente, poniendo foco en lo que podría frenar mejor el caos: las promesas de mejora fiscal. Pero no sabemos si habrá suficiente convicción, eficacia y apoyo político” concluyó en su análisis el nuevo número 2 del superministerio de Economía. En su énfasis por el ordenamiento fiscal pueden verse los puntos de coincidencia con la mirada de Massa y sus primeros anuncios, augurando una profundización de ese camino. En su reparo en relación a la convicción y el apoyo político para llevar adelante un plan de esas características pueden adivinarse sus dudas sobre la posibilidad de éxito de la nueva gestión económica, que por estas horas son las dudas de todo un país.