Se acerca el fin del segundo semestre sin "brotes verdes"

Está por cumplirse un año desde que Mauricio Macri asumiera la presidencia, y lo hace muy distinto a cómo lo imaginaba la administración cuando asumió el 10 de diciembre de 2015. Al menos, si creemos que creían lo que decían. La actividad industrial retrocedió 8 % en octubre y 4,9 % en el acumulado desde enero; la construcción cayó 19,2 % en el mismo mes, y no hay atisbos de brotes verdes .

Expectativas incumplidas de la lluvia de inversiones

La Argentina tuvo lluvia de dólares , pero de especuladores que aprovecharon las altas tasas ofrecidas por el Banco Central en las Letras (LEBAC), y del endeudamiento público y privado. El blanqueo también está llenando de verdes el sistema financiero. Llegan dólares pero también se van la salida de capitales desde enero suma 11 mil millones de dólares.

La inversión productiva cayó entre 3 % y 5 % en el acumulado del año según distintas estimaciones. Es consecuencia de la política económica devaluación, tarifazos y altas tasas hundieron el mercado interno. Al mismo tiempo están quienes reclaman que aún así no ajustó el valor del dólar lo suficiente; los Ratazzi (Fiat) y compañía ya hablan nuevamente de atraso cambiario para ganar competitividad . Al mercado interno en caída se suma el fuerte deterioro que registra la economía de Brasil. Sólo prosperan inversiones en el agro, beneficiado por la eliminación de retenciones; también en energía, comunicaciones o construcción, en los que los cambios regulatorios, tarifarios y el aumento de la obra pública están creando grandes oportunidades.

Un plan B que no termina de arrancar

Las expectativas incumplidas motivaron el giro hacia un plan B apostar a la obra pública y la revitalización del consumo. Si en el primer semestre el poder adquisitivo del salario cayó 10 %, el gobierno se entusiasmó con que después de las paritarias, gracias a una cierta moderación de la inflación conseguida a fuerza de enfriamiento económico, los salarios empezaran a ganarle a los precios. Pero esta ganancia significa que el poder adquisitivo apenas recuperará una parte de la pérdida. Se espera en el año una caída del poder adquisitivo de 6 % en promedio. Por esto, y por la incertidumbre con el empleo, el consumo sigue cayendo.

La obra pública también está a media máquina. La ejecución del presupuesto nacional del rubro está en 65 %. Desde noviembre el gobierno volvió a frenarla para contener el déficit público.

Aunque todavía no hay nada que lo confirme, el gobierno espera que el paquete pro consumo que incluye los bonos y bonitos de fin de año, la Emergencia Social que se trata en el Congreso, el no pago de Ganancias para el medio aguinaldo (y el cambio de escalas para el año que viene), y el Ahora 18, ayuden a que la economía frene la caída. Pero nadie arriesga que esto ocurra antes de marzo o abril. Tal vez demasiado poco, y demasiado tarde, para las aspiraciones de Cambiemos.

El Frente Renovador de Sergio Massa y las distintas vertientes del peronismo golpean las debilidades del plan del gobierno y hacen circular proyectos más drásticos para recortar el impuesto a las Ganancias a los asalariados y otras medidas similares, pero prestan gobernabilidad y comparten buena parte de la hoja de ruta de Cambiemos, que apenas suspende el sinceramiento (ajuste) iniciado en diciembre de 2015 hasta octubre próximo, para retomarlo con furia si el resultado electoral del año próximo se los permite.