Comenzó formalmente la campaña electoral en un clima de desconocimiento total por parte de los electores sobre qué se vota y cuáles son los candidatos. Los ciudadanos están mucho más preocupados por la pérdida del poder adquisitivo, por el aumento de la inseguridad, por la nueva cepa, por el día a día que por las elecciones de las cuales faltan menos de 20 días.

Las elecciones de medio término no suelen ser las más seductoras, los premios mayores (Presidente, Gobernador, Intendente) no están en juego. Pero en otros momentos, la irrupción de nuevos actores generaban nuevos climas, así le pasó a Francisco de Narváez en el 2009, o a Sergio Massa en las elecciones de 2013. Este no parece ser el caso. A pesar que en todos los frentes electorales hay nuevas caras que no ocuparon un lugar central anteriormente: Victoria Tolosa Paz, Facundo Manes y Diego Santilli, esto no parece generar entusiasmo en la primera parte de la campaña.

El oficialismo apostó por una estrategia: la lista única. Nótese que no hablo de lista de unidad. Busca de esta manera mostrar que “todos unidos triunfarán”. No optó por un intendente exitoso del conurbano, sino de una candidata que perdió las elecciones en su territorio (La Plata). El peso específico no es propio, sino de la lista. La candidata pareciera no aportar mucho caudal electoral, salvo el plus de ser la única candidata mujer de peso en las PASO de la provincia. Arranca con el caballo ganador, es oficialista en la Nación y en la provincia.

En Juntos por primera vez tendrán unas PASO competitivas y atractivas. El radicalismo, luego de sentirse un convidado de piedra en la gestión anterior, decidió hacer valer su territorialidad con un candidato innovador, Facundo Manes. Se le anima al PRO, aunque tiene un escollo a superar: el nivel de conocimiento del neurocientífico en el conurbano bonaerense es bajo. Así, el radicalismo, en alianza con el GEN y Emilio Monzó tienen un candidato con importante potencial que si no logra llegar a que el comerciante de González Catán lo conozca, está complicado. Tiene 20 días para aparecer de manera contundente en los medios nacionales y ser tenido en cuenta.

Diego Santilli aunque importado con fórceps de CABA y ahora es orgullosamente bonaerense, tiene más conocimiento público que Manes. Tiene el apoyo del Estado vecino y tiene intendencias importantes del conurbano como Lanús, General Pueyrredón y Vicente López. Esto lo coloca con ventaja cuantitativa. La fórmula malo conocido que bueno por conocer, sigue primando en el elector.    La disputa, siempre que no sea encarnizada, sirve a la coalición, más cuando no hay un liderazgo claro.

Florencio Randazzo busca ser la ancha avenida del medio, pero a diferencia de De Narváez y Massa, pareciera no quedar mucho espacio entre oficialismo y opositor. Lo mismo intenta José Luis Espert con Avanza Libertad. Si bien algunos jóvenes del conurbano parecen haber abrigado las ideas liberales a las que quiere interpretar este sector, parece no ser suficiente. Una gran elección para este sector sería quedar en tercer lugar.

El denominador común de todos los candidatos, es un público bonaerense totalmente abúlico, sin ganas de cruzarse con candidatos, que no conoce, pero tampoco tiene intenciones de conocer. El domingo 15 de agosto hubo elecciones en la provincia de Salta, participó el 64,40% del padrón y de los que participaron, el voto en blanco quedó como segunda fuerza. De ninguna manera creo que esto ocurra en la provincia de Buenos Aires, pero sí que el domingo 12 de septiembre, una parte importante del electorado no llegará a las mesas de votación entusiasmados.

El gran desafío de los candidatos, enamorar al electorado, parece no estar lográndose. Así que, buscarán algún discurso épico que justifique la participación. Aún quedan 20 días, es mucho lo que está en juego, y poco el entusiasmo.

*Lic. En Ciencia Política. Docente e Investigador de la UBA/USAL/UAI. Autor de varios libros sobre  Sistemas Electorales. Twitter: @GusGonzalezok