“Preparame la boleta, pa votar a Sergio, que la damos vuelta”, el jingle fruto de la creatividad popular se escuchaba a todo volumen desde las inmediaciones del estadio de Arsenal de Sarandí, entre una marea de gente que buscaba infructuosamente su forma de entrar a lo que sería el cierre de campaña bonaerense de tinte nacional. Con un buen rato por delante para las cuatro de la tarde, la hora señalada para el inicio del acto, ya era una odisea circular por los accesos al estadio. Más tarde, el propio Axel Kicillof le pondría una cifra a la demostración de fuerza del peronismo provincial para consolidar su reelección el domingo y apuntalar al candidato presidencial de Unión por la Patria hacia un balotaje: “Que alegría encontrarnos acá, somos 40 mil adentro y 20 mil afuera” sentenció el gobernador con la voz desgajada por el esfuerzo de la campaña.

El peronismo bonaerense movilizó con fuerza y en unidad para dejar un mensaje esperanzador a cinco días de las urnas. Pese al difícil momento económico del país, que sería la tumba segura de cualquier otra fuerza política en el gobierno, UP se siente arriba del ringo y con chances concretas de llevarse dos buenas noticias el domingo: retener la principal provincia del país y llegar a una mano a mano final en la elección nacional frente al candidato que, a priori, más rechazo puede generar en buena parte del electorado. Ciencia ficción o mística, depende cómo se lo quiera mirar, en un contexto de inflación de tres dígitos y varios años consecutivos de caída del poder adquisitivo de los trabajadores.

Unidad bonaerense para darla vuelta

El estadio de Arsenal estaba repleto. Las tres tribunas que circundaban el escenario estaban divididas por sectores. A la derecha del escenario, un ruidoso movimiento obrero que se hizo sentir durante todo el acto. La CGT y las dos CTA dijeron presente con varios sus principales sindicatos como la UOCRA, la UOM, UPCN, Curtidores, SMATA, Petroleros. Enfrente de las tarimas, el espacio lo ocupaban estructuras municipales como la de La Matanza o San Martín y parte del Movimiento Evita. Hacia la izquierda cerraban los movimientos sociales, con el Evita y Barrios de Pie como protagonistas y la participación de otras organizaciones, entre la que resaltaba el Frente Patria Grande de Juan Grabois. Todos adentro, nadie afuera. Ese fue el principal mensaje del peronismo en la tarde de Avellaneda.

Abajo, sentada frente al escenario y cerrando un campo repleto de militancia, la dirigencia de UP fue ubicándose desde temprano a la espera de los protagonistas. La asistencia fue de lo más amplia posible, reforzando la imagen de unidad que brindó la militancia. Referentes de organizaciones políticas como La Cámpora y La Patria es el Otro, intendentes, referentes provinciales, sindicalistas, dirigentes de los movimientos sociales, funcionarios del gobierno provincial y nacional. El menú, amplio y abarcativo, pasó desde camporistas como Máximo Kirchner y Eduardo Wado de Pedro, albertistas como Victoria Tolosa Paz o Santiago Cafiero, sindicalistas como Piumato o Gerardo Martínez, dirigentes nacionales como Juan Manzur o hasta un Juan Grabois, perdedor de la interna peronista y crítico de Sergio Massa que alineó su tropa para el tramo final de la campaña. Todos unidos pensando en triunfar.

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El anfitrión, Jorge Ferraresi, fue el primero en hablar. El jefe comunal de Avellaneda comenzó recordando cómo hace 78 años “los trabajadores de Berisso y Ensenada se juntaron con los trabajadores de Avellaneda para recuperar la libertad del Coronel Perón  y fue a partir de ese 17 de octubre que tenemos el legado de la justicia social”. La referencia al eje Beriso, Ensenada, Avellaneda, más allá de justificación histórica, tiene también un anclaje en un presente donde cierto sector de la estructura provincial comienza a ganar cierta autonomía junto a Kicillof frente a los planteos de Máximo Kirchner.

“Hoy también es necesaria la unidad de las y los argentinos para construir un futuro mejor, junto a Axel Kicillof en la gobernación y a Sergio Massa en la presidencia” expresó Ferraresi marcando el pulso del acto: militar la boleta completa para el domingo.

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Luego del intendente llegó el turno de Kicillof, que comenzó celebrando las 60.000 personas entre los que estaban adentro y afuera del estadio, y definió la jornada como “un acto de militancia, de unidad, de alegría, acto donde cargamos las pilas para que Sergio Massa sea presidente este domingo”. Desde allí el gobernador dejó claro el principal objetivo que parece tener hoy por hoy UP. Con la lógica y las encuestas indicando que el triunfo en la provincia debería ser un hecho, los cañones apuntan a una levantada bonaerense de la boleta presidencial para empujar un balotaje con Milei. Desde el orden de los oradores, el contenido de los discursos y hasta la disposición espacial de los candidatos, todo en la tarde de Avellaneda mostró a las claras ese horizonte al que apunta el peronismo.

Durante distintos pasajes de su discurso Kicillof recorrió todos los lugares políticos necesarios de ser tocados en una instancia como la de esta tarde. Mencionó dos veces el tándem “Perón, Evita, Néstor y Cristina” para resaltar los logros históricos del peronismo que UP está llamada a defender, y para volver a marcar su pertenencia cristinista luego de los cruces con La Cámpora por su pedido de componer nuevas canciones. Agradeció a intendentes, candidatos, dirigentes obreros y de movimientos sociales, a gobernadores, funcionarios de su gabinete y de la gestión provincial, que definió como “un equipo que puso todo y empezó a reconstruir el orgullo y la dignidad del pueblo bonaerense”. Agregó también allí a los “miles y miles de compañeros militantes que dejaron todo en esta campaña”. La unidad seguía marcando el pulso de la tarde peronista.

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Luego pasó a responder los discursos de la oposición a partir de distintos ejes y resaltando números de su gestión al frente de la provincia. Inauguración de edificios escolares y universidades para responder al cierre de escuelas de Macri y Vidal y el afán privatizador de Milei; 300 nuevas ambulancias, 164 Centros de Atención Primara de la Salud para contraponer a la retórica privatizadora del libertario; siete millones y medio de usuarios de la Cuenta DNI, “la primera billetera electrónica de la banca pública de la provincia de Buenos Aires” para discutir con el modelo financiero privado como única alternativa. “No hacemos negocio con los derechos, lo que hacemos es justicia social en la línea de Perón, Evita Néstor y Cristina” sintetizó el gobernador.

“En esta elección hay mucho en riesgo, pero también mucho por defender: la boleta completa de Unión por la Patria es un escudo para proteger los derechos de nuestro pueblo y un impulso para avanzar hacia un futuro mejor, en el que se garantice todo lo que falta hacer” continuó, profundizando la línea de la boleta completa iniciada por Ferraresi. En otro de sus pasajes fuertes, Kicillof afirmó que “a los dos candidatos que apuntan contra las conquistas de las y los trabajadores y que proponen exterminar al peronismo, no les respondemos con odio, sino con propuestas y organización para defender los derechos de los y las bonaerenses”. Polarización positiva para trazar las diferencias de modelos a días de las urnas.

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Antes de concluir, el gobernador dejó otra definición interesante y que lo acerca a la posición de Sergio Massa, en una conexión que habrá que seguir de cerca en la renovación del peronismo que viene, salgan como salgan las elecciones. “Apoyamos el planteo de unidad nacional. Ya lo había dicho Cristina, necesitamos grandes acuerdos para enfrentar lo que viene. Sergio, te vamos a acompañar” lanzó el gobernador.

Tras las palabras de Kicillof y el abrazo con el candidato presidencial, llegó el momento de cierre con el discurso de Massa. Desde la tribuna del movimiento obrero, particularmente desde un sector donde estaba ubicada la columna de UPCN, comenzó a sonar con fuerza el hit de la tarde: “ponga huevo, huevo Sergio Massa, ponga huevo, huevo sin cesar, que el domingo cueste lo que cueste, el domingo tenemos que ganar”. La hinchada no paraba y contagió al resto del estadio, al punto tal que el ministro candidato tuvo que demorar unos segundos el inicio de sus palabras y hasta prenderse en el canto micrófono en mano.

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Massa fue el único orador de la tarde que no utilizó el atril. Con micrófono inalámbrico, caminó hasta final de la pasarela que extendía el escenario hacia el centro del estadio y entre la dirigencia sentada a sus lados. Mismo formato que todos los últimos actos que viene encabezando el candidato, una muestra también de la centralidad de la jornada puesta en su figura.

El ministro candidato también comenzó agradeciendo: “Vengo a decirles, a cada uno de ustedes, gracias de todo corazón. Sé del esfuerzo que vienen haciendo. Sé que ese deseo, cueste lo que cueste, se va a hacer realidad el domingo, porque estamos dando vuelta la historia, estamos construyendo desde la provincia de Buenos Aires, desde el norte argentino, desde la Patagonia, la victoria de Unión por la Patria el próximo domingo” expresó subiéndose al canto de la hinchada y marcando los territorios en los que el peronismo tiene sembradas sus esperanzas.

Massa también eligió distintos temas para polarizar con La Libertad Avanza. El candidato de UP afirmó que “Argentina es símbolo de educación pública, gratuita, de calidad, inclusiva”; resaltó “la protección social como valor del Estado presente y del Estado eficiente”; reafirmó su compromiso para profundizar el federalismo planteando “un nuevo pacto federal, más coparticipación a las provincias”. En términos económicos, Massa volvió a enfatizar en un modelo productivo: “Queremos que nuestras exportaciones sean con un modelo de desarrollo que lleve trabajo argentino, no queremos un país que solo venda productos primarios, queremos vender el talento y la capacidad de emprender de los argentinos al mundo”.

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En otro de los ejes que el candidato viene desplegando y que lo acercan a las posiciones del kirchnerismo, Massa volvió a apuntar contra el FMI en forma tajante. “Queremos una Argentina que honre sus deudas, insertada al mundo, pero queremos discutir con el FMI un programa que tenga que ver con el crecimiento y el desarrollo de la Argentina, y no con la inflación y la acumulación de reservas para que ellos cobren su deuda” lanzó el ministro hablando de la independencia económica del país.

Junto a la reafirmación de la soberanía argentina sobre las Malvinas, Massa afirmó que “no regalamos la sangre de nuestros soldados, no resignamos nuestra pretensión y nuestra mirada a Malvinas y a la Antártida como parte de nuestro proyecto de Nación”.

Massa dedicó un capítulo especial de su discurso a la provincia de Buenos Aires. “Soy bonaerense por elección y por condición. Sé que el domingo que gran parte del triunfo va a ser producto del esfuerzo, del trabajo y del resultado de los compañeros y compañeros de la provincia de Buenos Aires. Gracias Axel, de verdad, por el trabajo de estos meses” lanzó el ministro candidato, luego de afirmar que la PBA es “la locomotora del país”, una definición para la cual antes le pidió permiso en tono de broma a Juan Manzur por su condición de tucumano.

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El tema de la inseguridad fue uno de los centrales en el abordaje bonaerense de Massa. “Querido Axel, quiero que cuentes conmigo. La lucha contra la inseguridad va a ser una pelea personal. Contra la inseguridad, contra el narcotráfico, contra la trata de personas, contra el delito, contra aquella justicia que se hace la desentendida y libera delincuentes que conviven con las víctimas” expresó el candidato presidencial de UP en referencia a un tema que, junto a la inflación, encabeza todos los estudios como la principal problemática para el pueblo bonaerense.

Massa volvió a mencionar el gobierno de unidad nacional con el que viene insistiendo y al que antes le había tirado un centro Kicillof. El ministro propuso dejar “asentadas 10 políticas de Estado que nos enorgullecen”. En su listado mencionó la política del empleo en blanco y protegido, el desarrollo de la industria nacional, la explotación inteligente de nuestros recursos naturales, la discusión del endeudamiento externo argentino, y la política de derechos humanos. Así, el candidato de UP empieza a ponerle una agenda concreta a lo que será su convocatoria a otros sectores del arco político opositor en caso de llegar un balotaje con Milei.

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Después de afirmar que dejará su piel y hasta su última gota de sudor para lograr un triunfo el domingo, Massa lanzó que “el 10 de diciembre empieza un nuevo gobierno, con un presidente que tiene el coraje para hacer los cambios que hacen falta, que tiene la determinación de encarar la reconstrucción de la Argentina”. “Lo peor está pasando, lo que viene es mucho mejor y lo tenemos que hacer juntos” expresó, reformulando su frase previa a la corrida cambiaria de las últimas semanas que quedó en offside luego de que el dólar tocara los mil pesos.

“El domingo tenemos que ganar y el domingo vamos a ganar y a empezar a dar vuelta la historia” cerró Massa a todo trapo. Kicillof y Ferraresi lo acompañaron en un abrazo al borde de la pasarela al que se sumó la vicegobernadora y dirigente de La Matanza, Verónica Magario. La foto de los cuatro fue la última de la tarde, y sintetizó el espíritu de unidad con el que el peronismo bonaerense cerró su campaña a cinco días de las elecciones.