Ni siquiera un nuevo aniversario por la desaparición de Julio López impidió que Victoria Villarruel vuelva a dejar una cuota de negacionismo a nivel público. En el marco de los 17 años de la segunda y definitiva desaparición del testigo clave en el juicio contra el represor Miguel Osvaldo Etchecolatz, la candidata de La Libertad Avanza volvió a hacer gala de su propaganda en contra la “subversión”, con clara apología al terrorismo de Estado.

En efecto, en el transcurso de esta mañana, mientras figuras de la política y organismos de derechos humanos enviaban sus palabras de homenaje a López, Villarruel decidió compartir en redes una invitación a leer su libro “Los llaman… ‘Jóvenes idealistas’”, publicación de clara propaganda pro-dictadura, de la autoría de la actual compañera de fórmula de Javier Milei.

X de Arturo C. Larrabure

“No debería faltar en tu biblioteca, libro de cabecera Los llaman... ‘jóvenes idealistas’ de Victoria Villarruel”, fue el mensaje enviado hoy en twitter por Arturo Larrabure, del Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctima, entidad referenciada en Villarruel dedicada a difundir ideas reivindicativas de la última dictadura militar.

En tanto, la dirigente de LLA decidió retuitear la publicación de Larrabure en su propia cuenta de twitter en el transcurso de esta mañana, mientras los mensajes en memoria de Julio Lopez ya se replicaron entre figuras como el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla Corti; el legislador y dirigente de la CTA, Hugo Yasky; la dirigente de izquierda Myriam Bregman, entre otros.

Cabe recordar que Jorge Julio López, albañil víctima del terrorismo de Estado durante la dictadura, fue visto por última vez en septiembre de 2006, tras testificar contra el represor Miguel Osvaldo Etchecolatz. Su desaparición en pleno marco de audiencia en una juicio por la Memoria, Verdad y Justicia generó una contundente movilización y lucha que perdura hasta estos días, como símbolo del movimiento de derechos humanos. 

De manera reciente, la abogada Guadalupe Godoy -quien en su momento representó a Julio López-, hizo pública una nota que llevaba el propio genocida Etchecolatz durante aquellos juicios, donde figuraban una serie de nombres de “confianza” de su entorno, entre ellos el de la propia Villarruel.