Era esperado el encuentro que mantendría la futura presidenta del Senado Victoria Villarruel con el bloque radical. Los legisladores “boinablancas” fueron los últimos en ser recibidos por Villarruel y la tensión acumulada en los últimos meses por el halo de declaraciones “libertarias”, atacando la figura del expresidente Raúl Alfonsín, se preveía que estaría presente en el encuentro que mantuvieron en el segundo piso del Palacio Legislativo.

La sintonía de “entendimiento” que consiguió Villarruel en el Senado como gestos de “acompañamiento” para la gobernabilidad parece desterrar las hipótesis de una temprana confrontación legislativa en la Cámara Alta. La tarea de la vicepresidenta electa era clara: aumentar el marco de apoyo para su pequeño número de senadores, que son solo 7.

De acuerdo a las partes consultadas por Diagonales, el mitin de media hora se dio en “buenos términos” y Villarruel les expresó que las puertas de su despacho estaban siempre “abiertas”. Así lo ratificó la vicepresidenta electa: “Fue una reunión muy cordial. Me dieron la bienvenida y cada uno de ellos se fue presentando”.

Villarruel y los radicales del Senado intentaron hacer las paces

El cuerpo de radicales que se reunió con ella estuvo integrado por el nuevo titular de la bancada, el correntino Eduardo “Peteco” Vischi; el porteño referente del bloque Evolución Martín Lousteau; la santafesina Carolina Losada; el chaqueño Víctor Zimmerman; el catamarqueño Flavio Fama; la correntina Mercedes Valenzuela; y, el pampeano Daniel Kroneberger.

Villarruel indicó, sin detalles, que se les informó a los senadores que los primeros proyectos de ley que enviarán tienen que ver con “la reforma del Estado, a la derogación de regulaciones y a cuestiones de tipo económicas”.

Losada destacó a Diagonales que la reunión fue “excelente”, y que “cayó muy bien en el bloque”. “Su visita no es algo normal”, aseguró la excandidata a gobernadora por Santa Fe. Villarruel y Losada mantuvieron luego una pequeña charla en privado, según destacó la legisladora de la UCR.

Zimmerman también dio algunas precisiones a Diagonales sobre el encuentro con la futura titular del Senado. Indicó que Villarruel les pidió “opiniones” al bloque radical para “cambiar el funcionamiento del Senado que, desde hace dos años, no viene teniendo casi sesiones”.

Villarruel y los radicales del Senado intentaron hacer las paces

Además se expresó sobre el aval del bloque de la UCR, que estará compuesto desde el 10 de diciembre por 13 miembros, para que el presidente provisional del Senado sea el formoseño Francisco Paoltroni, designado por La Libertad Avanza (LLA). El productor agropecuario irrumpió en la política de su provincia y, en tiempo record, desplazó a la UCR como líder de la principal fuerza opositora al gobernador peronista reelecto Gildo Insfrán.

“Es un hombre que viene de la producción, defiende al campo argentino. Esto es muy importante porque lo que queremos es que la economía crezca. Y este es uno de los sectores más tecnificados. Vamos a acompañar iniciativas de estas características”, planteó el senador chaqueño.

“Ya tuvimos dos o tres reuniones con él (Paoltroni) para abordar el tema de nuestra tarea como senadores, en representación de nuestras provincias del Norte, y esperamos poder trabajar junto con ellos. En mi caso voy a ser oficialismo en el Chaco a partir del 10 de diciembre, pero opositor a nivel nacional”, aseguró Zimmerman a este medio, en relación a la inminente asunción de su par radical Leandro Zdero como gobernador de su provincia.

Villarruel y los radicales del Senado intentaron hacer las paces

Atrás parecen haber quedado las difamaciones que el presidente electo Javier Milei y varios miembros de LLA hicieron contra el radicalismo, Alfonsín, y los principales símbolos partidarios, como el juicio contra las Juntas militares, denostado por Villarruel.

Uno de los trascendidos es que el radicalismo y el peronismo, que renovará su bloque con 31 bancas, iban a impulsar una jugada para quedarse con la Secretaría Administrativa y la Secretaría Parlamentaria, y asegurarse la conducción de la cámara. Con la primera, se quedarían con los recursos; y, con la segunda, con el control de la sesión.

Esto fue desterrado, tras la irrupción de Villarruel. “No lo veo posible”, remató Zimmerman.