Estaba claro que en diciembre de 2023 se jugaban dos modelos de país. Uno de generación de divisas y empleo, promoción del consumo, corrección de las asimetrías, cuidando principalmente nuestra industria nacional, y el otro es el que estamos viviendo ahora.

¿Podremos construir una nación sin industria nacional y sin trabajo genuino, donde solo la especulación y bajar la inflación a cualquier costo sea el objetivo?

Para hacer un análisis de la realidad y tratar de encontrar algunas respuestas tenemos que ver algunos datos duros. Según un informe de CAME, nos muestra que el sector manufacturero PyME registró en marzo una caída anual del 11,9%, experimentando así un nuevo descenso. A su vez, en el primer trimestre del año la producción industrial acumuló una baja del 19,1% en comparación con el mismo periodo de 2023. Asimismo, se produjo un retroceso del 3,4 % en la comparación mensual. Es el cuarto mes consecutivo que la actividad fabril retrocede.

Hoy el gran debate es entre seguir produciendo para no cortar el proceso de fábrica y tener que suspender personal, o directamente cortar la producción, viendo que no hay muchas expectativas de ventas.

El panorama no es muy alentador. Seis sectores manufactureros del segmento PyME tuvieron fuertes caídas en sus ventas y producción.El promedio de la caída fue del 25%. El aumento de las tarifas y la fuerte caída en las ventas hace que en muchos casos no se lleguen a cubrir los costos, y en estos sectores ya se comienzan a experimentar suspensión de personal y reducción en las horas de trabajo.

Está claro que estas son consecuencias de decisiones políticas, tal así como es la suspensión de la obra pública, perjudicando así a trabajadores y empresarios.

Según los datos de la Secretaría de Trabajo, Empleo y Seguridad social, en enero de 2024 se perdieron 30.445 puestos de trabajo registrados en el sector privado.

Tenemos que destacar que hasta agosto de 2023 se registraron 37 meses de crecimiento sostenido del empleo registrado. Está caída es la mas significativa desde abril de 2020, que fue el primer mes de pandemia.

Siempre digo que tenemos que tener un punto de partida cercano para un análisis, y creo que el endeudamiento que nos provocó el gobierno de Mauricio Macri, que generó cierre de PyMEs, fábricas y desempleo, sumado a la pandemia, fueron dos golpes muy duros del cual nos cuesta recuperarnos.

Hoy nos encontramos con una fuerte recesión en un amplio sector de nuestra industria, una fuerte baja del consumo interno, nueve de los catorce sectores de la actividad industrial se encuentran en baja y redujeron la cantidad de personas trabajadoras.

La construcción, hoteles y restaurantes, y comercios son los sectores que expresan la mayor caída en el empleo.

La caída en la actividad económica, producto del brutal ajuste producido por el gobierno de Milei y la decisión de paralizar la obra pública, ponen a trabajadores y PyMEs en una situación crítica. Esto se muestra en todo el territorio nacional, ya que 19 de las 24 provincias registraron una caída del empleo registrado con respecto a diciembre 2023.

Recordemos que a todo esto tenemos que sumarle la perdida del poder adquisitivo de los trabajadores producida por la fuerte devaluación generada por el gobierno nacional, que pese a las recomposiciones que se otorgaron nunca lograron recuperar lo perdido.

Esta era la gran discusión de como salíamos de la crisis en la que estábamos. Podía ser con el sufrimiento de todo el pueblo o generando empleo genuino, fortaleciendo el consumo interno y valorando nuestra industria nacional, haciendo los reacomodamientos necesarios, pero sin golpear a la gente. No supimos explicarlo, cometimos errores políticos y económicos. La gente depositó las esperanzas en otro modelo que le prometió que todo el sacrificio lo realizaría la “casta”. Está claro que el pueblo una vez más está siendo defraudado.

El gobierno celebra logros económicos, ¿pero a costa de qué y quiénes los consiguió? Sus políticas económicas hasta ahora generaron desempleo, su ajuste provocó una baja en el consumo y en las ventas, un ajuste a los jubilados y pensionados, el pago en dos cuotas de sus haberes, quita o suspensión en la entrega de medicamentos oncológicos, quita de subsidios al transporte y servicios básicos trasladando precios al pueblo, ajustando a la educación publica.

Este no es el país con el que soñamos, no era el modelo que proponíamos, por eso hoy tenemos que estar de pie para poder levantar a los caídos, que van a ser muchos, abrazar a los que sufren y la pasan mal, encontrarnos, cerrar todas las grietas abiertas en nuestro país, organizarnos, prepararnos y estar dispuestos para el día que nos toque ser protagonistas. El desastre que dejarán va a ser histórico: con pobreza, desocupación y miles de PyMEs y fabricas cerradas.