Debemos comprender que existen dos modelos que conllevan a salvaguardar el destino de los habitantes. Un país rentista es aquel que depende en gran medida de sus recursos naturales o de las rentas que obtiene de su inversión en el extranjero, como el petróleo, el gas, los minerales, la agricultura, el turismo o las remesas. En general, estos países tienen una economía menos diversificada y dependen en gran medida de un sector económico en particular.

Por otro lado, un país productivista se enfoca en la producción y exportación de bienes y servicios e invierte en infraestructura, educación y tecnología, y fomenta el emprendimiento y la innovación. Estos países tienen una economía más diversificada y un sector productivo más dinámico y competitivo.

En general, los países productivistas tienden a tener una economía más estable y sostenible a largo plazo, mientras que los países rentistas pueden ser más vulnerables a las fluctuaciones del mercado global y a la dependencia de un recurso en particular. Sin embargo, cada país tiene sus propias fortalezas y desafíos, y no hay una única estrategia que funcione para todos.

Sin embargo, no existe país desarrollado que promueva, potencie y fortalezca su industria. La industria nacional es de gran importancia para cualquier país debido a varios motivos. Algunos de los principales son:

-Creación de empleo: La industria nacional genera empleo directo e indirecto en una amplia gama de sectores, lo que contribuye al crecimiento económico y a la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos.

-Desarrollo económico: La industria nacional es un motor clave del desarrollo económico de un país, ya que aumenta la producción y la competitividad, y mejora el acceso a los mercados internacionales.

-Innovación: La industria nacional fomenta la innovación y el desarrollo tecnológico, lo que mejora la calidad de los productos y servicios y aumenta la eficiencia en la producción.

-Reducción de la dependencia del exterior: La industria nacional reduce la dependencia del exterior en términos de producción, lo que ayuda a proteger la economía nacional de las fluctuaciones del mercado global.

-Generación de ingresos fiscales: La industria nacional también contribuye a la generación de ingresos fiscales para el país, lo que puede utilizarse para financiar programas sociales y de infraestructura.

En resumen, la industria nacional es esencial para el desarrollo económico y social de cualquier país, ya que genera empleo, aumenta la producción, fomenta la innovación y reduce la dependencia del exterior. Por lo tanto, es importante que se promueva y se apoye el crecimiento de la industria nacional, con programas específicos donde las pequeñas y medianas empresas tomen un rol protagónico, esencial para el entramado productivo nacional.