Sé que te encontraré en esas ruinas
Ya no tendremos que hablar (Y hablar)
del temblor  (Cuando pase el temblor, Soda Stereo, 1985)

El paréntesis que atravesó el mundo y nuestras sociedades a partir de la pandemia produjo un conjunto de prácticas sociales como modo de soportar la cuarentena y evitar la enfermedad. La ciudad se congeló a la manera de una escena de la plataforma zoom y se replegó en el espacio doméstico.  Los transportes públicos otrora atestados de gente de repente se convirtieron en vehículos vacíos y los taxis desaparecieron. Oficinas, fabricas, comercios, centros comerciales, gimnasios, lugares varios de esparcimiento, espacios gastronómicos, espacios educativos debieron cerrar sus puertas, En síntesis, se creó un mundo otro y muchos trabajos no pudieron desarrollarse, lo cual produjo una profunda recesión económica con implicancias en el mercado laboral.  Sin embargo, la sociedad se reconfiguró de otra manera. En este mundo postpandemia, y ya pasado el temblor parafraseando la canción de Soda Stéreo, varias de estas actividades volvieron, es aquí donde nos preguntamos ¿lo hicieron de la misma manera? ¿Qué cambio en la sociedad argentina?  Muchas veces decimos que ya no somos los mismos después de semejante presión y resignificación, afirmación que nos lleva a pensar en múltiples dimensiones.  Aquí nos circunscribiremos en tres cuestiones: digitalización, ciudad y trabajo, desigualdad.

PLATAFORMIZACIÓN DE LA SOCIEDAD

En la cuarentena la dinámica social cotidiana acentuó la digitalización social, económica y cultural que ya se venía produciendo a partir de la creciente presencia de los smartphones, la expansión de la banda ancha y en consecuencia los consumos digitales.   Estos fenómenos fueron advertidos en la Encuesta Nacional de Consumos Culturales de 2017 en relación a las transformaciones en el consumo cultural. En el nuevo escenario las plataformas de streaming se expandieron notablemente y crecieron las suscripciones a una o más plataformas así como también aquellas vinculadas con la difusión de nuevo cine argentino, un tipo de cine caracterizado por la escasez de público. 

Así es como el acceso a contenido audiovisual se modificó en muchas direcciones, produciendo cambios en las empresas de televisión por cable, dado que la plataforma implica el consumo on demand. Asimismo, plataformas que antes se utilizaban a nivel empresarial para reuniones se difundieron masivamente y permitieron que el sistema educativo, laboral, etc, continuara generando formas de interacción social de carácter virtual hasta abarcar un sin número de actividades incluidas fiestas, performance de stands up, presentaciones musicales, etc. 

Nick Srniceck en el Capitalismo de Plataformas reflexiona acerca de esta nueva instancia de la economía, instaurando un nuevo modelo de negocio. Así es que hablamos de Economía digital en el sistema productivo y de servicios. Esto significa que lo digital no se limita a la economía de las nuevas tecnologías, sino que abarca un sinnúmero de actividades económicas-materiales como la manufactura, servicios, transporte e industrias. El acceso a bienes culturales via plataformas es un proceso que sigue y lo vemos claramente en el modo de producción, distribución, circulación y consumo de cine, como el caso de la película de reciente estreno y repercusión internacional  Argentina 1985, producida por Amazon, que, si bien se exhibe en algunas salas de cine, dentro de 10 días estará disponible en su plataforma de video.

CIUDAD  Y TRABAJO

.El acceso a la vida social y económica vía las plataformas también alcanzó al trabajo.  ¿Qué consecuencias tiene esta cuestión?  Un fenómeno que se expandió en trabajadores de oficina y profesionales en general, es el llamado home office o trabajo remoto. Como señala Federico Poore, este modo de trabajar impactó en la dinámica urbana produciendo un vaciamiento del microcentro al menos en la ciudad de Buenos Aires (habría que observar que paso con otros centros urbanos del país).  Este proceso tuvo consecuencias en el cierre definitivo de bares, restaurantes destinados a estos trabajadores generando nuevos centros de consumo en las zonas donde viven estos trabajadores generalmente de alto nivel educativo.  Si bien se volvió a la presencialidad, muchos de estos trabajos continúan siendo remotos y no se ha recuperado la dinámica anterior.  A ello se le suma la perdida de múltiples empleos en particular de corte informal, precario y no registrados, los cuales acentuaron la masa de trabajadores en disponibilidad para plataformas de delivery, reciclado y diversas formas de manifestación de la indigencia.  Si bien ya existía en el caso de Buenos Aires un proceso de crecimiento de la desigualdad entre Norte y Sur de la ciudad, esta nueva dinámica laboral acentuó las diferencias que no pudieron ser resueltas en el 2011 con la división de CABA en distritos.

Esta nueva dinámica urbana de concentración de home office en barrios de la zona norte de la ciudad tuvo consecuencias en la renta urbana y el precio del metro cuadrado, sumado a otros factores de carácter más global.  El acceso a la vivienda, posible en el imaginario de la clase media hasta mediados de los años 70, como meta a partir del ahorro y sacrificio. En un contexto de movilidad social, hoy ha desaparecido en el horizonte de realizaciones a futuro.  El alquiler casi temporario atraviesa a las familias y a los jóvenes de clase media que aún pueden acceder via un trabajo estable. En los más aventajados hay una tendencia vivir en urbanizaciones alejadas de los centros urbanos.

Dado que el espacio doméstico se resignificó por la cantidad de actividades que realizamos en su interior, a la vez se encareció en un contexto de especulación inmobiliaria. Así es como se observan camiones de mudanza los fines de semana, vecinos que ya no los vemos en el barrio y jóvenes que te dicen “Vivo en tal barrio, pero el mes que viene me mudo, no soy de ningún lugar”.
Si en el horizonte de corto y mediano plazo predomina un clima de incertidumbre que atraviesa nuestros horizontes y proyectos, emergen depresiones e inestabilidad emocional. Así vemos en la prensa múltiples notas que dan cuenta de alteraciones de la salud mental en un contexto de fuertes dificultades económicas.  El desencanto es la nota predominante hoy, no lo dejemos avanzar.