Pese a ser la fuerza política derrotada en las elecciones del domingo 22 de octubre, en la jornada del miércoles la centralidad la tomó Juntos por el Cambio. Los integrantes de la coalición que supo ocupar el sillón de Rivadavia desde diciembre del 2015 hasta el mismo mes de 2019 expresaron sus posturas de cara al balotaje de noviembre que enfrentará a Sergio Massa contra Javier Milei.

El mal ministro de Economía que es parcial responsable de la suba del dólar, el aumento de la pobreza y de una inflación imparable deberá enfrentarse al economista que finge saber cómo solucionar de raíz los problemas del país. Un contendiente que, dicho sea de paso,  ha llegado a la segunda vuelta pese a un conglomerado de propuestas tan extrañas como extravagantes que incluyen quemar el Banco Central, legalizar la venta de órganos, romper relaciones con el Vaticano y permitir la renuncia a la paternidad.

Estos dos candidatos se pelean voto a voto la torta que cosechó Juntos por el Cambio. Una jugosa cosecha de más de seis millones de votantes. Así, Unión por la Patria trató de acercar al radicalismo, más ligado a la centroizquierda, y La Libertad Avanza trató de captar el voto del votante PRO, más ligado a la derecha. En este marco, el que parece haber tenido un poco más de éxito fue el grupo libertario, ya que en conferencia de prensa Patricia Bullrich y Luis Petri manifestaron y ratificaron su apoyo expreso a Javier Milei.

¿Por qué hicieron eso? Independientemente de sus declaraciones (Bullrich afirmó que “no podemos ser neutrales ante el peligro que representa la continuidad del kirchnerismo”), lo cierto es que la carrera política de Bullrich se iba ir a pique en los próximos meses. Sin cargo político y teniendo que entregar la presidencia del PRO, no le quedaban muchas más opciones en el corto plazo que la posibilidad de integrar el Gabinete de Javier Milei. Algo similar ocurría con Petri, hombre ligado a Julio Cobos que en Mendoza perdió consecutivamente las internas radicales contra las listas de Cornejo. De esta forma, la decisión de ambos candidatos se “entiende” (pero no se justifica) como una forma de darle continuidad y vida a sus carreras políticas.

No obstante, esta elección de irse con Milei de forma deliberada no debe ser comprendida como una partición de Juntos por el Cambio. No es una explosión de la coalición, sino que es una ruptura dentro de uno de sus miembros. No se rompe la coalición en sí misma (al menos por ahora), sino que se parte el PRO. Una parte (la moderada y progresista de Larreta) permanece en la coalición, mientras que la otra (conservadora y combativa de Patricia) se va con Milei. En esa línea, si bien algunos dirigentes como Waldo Wolff y Javier Iguacel podrían ir con el “León”, muchísimos dirigentes de renombre (como Ritondo y Vidal) se quedarían en Juntos por el Cambio.

Más uniforme y neutral fueron las posturas de la UCR y la Coalición Cívica. Ambos grupos manifestaron que “ninguno de los dos candidatos garantiza el futuro de progreso para la Argentina”. En sintonía, Horacio Rodríguez Larreta afirmó que “las dos opciones son muy malas para el futuro de la Argentina”, y argumentó que “Massa es la reelección del populismo kirchnerista y del desastre económico de este Gobierno”, mientras que Milei “es un nuevo populismo” y “representa un salto al vacío”. Así, puede pensarse que  Juntos por el Cambio seguirá siendo una “oposición responsable” en el corto plazo, independientemente de cuál sea la fuerza política que triunfe en las elecciones del 19 de noviembre.

Para concluir, es útil retomar una de las célebres frases de Néstor Kirchner: “No pasarán a la historia los especuladores, sino quienes más se la jueguen”. En este contexto, la decisión de Bullrich y Petri es sin lugar a dudas muy “jugada”, verdaderamente arriesgada. Si les sale bien, podrían integrar el Gabinete de la próxima presidencia de Javier Milei (se rumorea que a Bullrich podrían darle Seguridad y a Petri Interior). Si les sale mal, podría caer sobre ellos el precio de la traición y su carrera política podría estar (casi) terminada. El 19 de noviembre se verá si pasarán a la historia como “héroes” que “vencieron” al kirchnerismo, o como “villanos” que traicionaron a Juntos por el Cambio.