El barril sin fondo
La economía argentina con consumo problemático de dólares
A ARGENTINA DEUDORA SERIAL
Desde que tengo memoria, los medios de comunicación y esa rara raza que son los economistas mediáticos, nos dicen que la Argentina es una deudora serial. Que es poco creíble ante el mundo; se nos adjudican distintas características éticas negativas y/o de salud mental. Poseemos una enfermedad que nos obliga a mentir y a consumir recursos de otros, sin ningún sentido. Siempre los culpables son “los políticos”. Ellos nos llevan a través de la inoperancia y/o la corrupción y/o el populismo a gastar más de lo que producimos. Ese gasto se da a través del Estado, y permite la implementación de derechos adquiridos que son, o bien antiguos o fruto de “populismos”. Esta, en resumidas cuentas, es la mirada del actual gobierno también. Por supuesto, en especial la culpa es de su pueblo en general que acepta este Estado y estas políticas. La pregunta siempre es: ¿Cuál es el beneficio que ese pueblo obtiene con ese endeudamiento? ¿A dónde se dirigen esos recursos, que por lo visto no generan ningún progreso?
EL ENDEUDAMIENTO ¿PARA QUÉ?
El argumento general es que es para pagar el déficit fiscal; o sea, que el Estado gasta más de lo que ingresa. El Estado es un peso muerto sobre la sociedad, cobra impuestos y no deja que la sociedad civil, en especial, “los empresarios” puedan desarrollar la economía. “En tu casa no vas a gastar más de lo que ingresas como salario”. Nos dicen. Ese argumento es usado para ajustar, y ¿a quién se ajusta habitualmente? A los que son mayorías y que son los que necesitan del acompañamiento estatal para realizar sus proyectos vitales. Esa simplificación, no dice qué impuesto mantiene las arcas del Estado, ni quiénes pagan en proporción más que otros. O en su defecto, quienes no pagan en relación a lo que obtienen por ser argentinos, por haber nacido, crecido, sido educado, y producir en nuestro país. Seguramente el déficit es producto de malas gestiones y/o de corrupción, pero en su mayoría se debe a que no hay un justo sistema tributario, que cargue más sobre los que más tienen, que también son los que más se benefician con el orden vigente. Milei, se aprovechó de esa injusticia, para “popularizar” el discurso de ajuste, porque las mayorías que lo votaron, son quizás las que no terminan de percibir y entender, el rol del Estado y la materialización de los derechos adquiridos a través de él.
REFORMA PATRONAL
Se suele decir que nuestro sistema económico es el capitalismo. La misma es una generalización que no dice nada. El capitalismo existe en el mundo pero tiene distintas “aplicaciones”. Países desarrollados, subdesarrollados, primer, segundo o tercer mundo. En distintos lugares del mundo, el capitalismo muestra distintas formas, beneficios y malestares a distintas sociedades. Acá en Argentina, los sectores provenientes del peronismo, siempre corridos por derecha, se dedican a aclarar sistemáticamente que “son capitalistas”, que no dice nada del proyecto que tienen. ¿Es igual el capitalismo el que se aplica en Perú, que el aplicado en China, EEUU, Francia? ¿Cuál es la característica de cada uno? ¿Cuál es el beneficio para el pueblo de esos países? ¿Todo desarrollo capitalista presupone una mejora en la vida de los pueblos en los que se implementa? Seríamos simplificadores, como lo es el gobierno argentino, cuando dice que la inflación es producto del déficit fiscal, si decimos que el problema de la economía argentina es únicamente el sistema tributario regresivo. Se debe también a la carencia de inversiones para el desarrollo de la economía. Pero también las inversiones hablan del tipo de capitalismo que se quiere instalar en nuestro país ¿se invierte en commodities o en productos elaborados? ¿En nuevas tecnologías o en generar un desarrollo integrado de las distintas ramas de la economía? ¿Se puede generar un desarrollo aislado de los bloques económicos, regionales? ¿Si no a qué bloques nos vinculamos MERCOSUR, BRICS, UNIÓN EUROPEA, EEUU? Tales preguntas son parte de pensar el capitalismo en la Argentina y se asume que una vez definido el modelo capitalista, requiere que toda la riqueza generada en el país, se vuelque hacia ese proyecto. Por eso, una de las reformas necesarias en nuestro país es una Reforma Patronal o mejor dicho una Reforma de la Élite Económica. Una que ajuste a su empresariado para un desarrollo del capitalismo que les permita ganar plata, pero que mejore sistemáticamente la vida de los habitantes de nuestro país. Una reforma que instaure la idea que el desarrollo del país, de su economía, tiene como variable principal la calidad de vida de su población. También que haga pagar a esa élite, el endeudamiento generado en los destinos gobiernos por ella impulsados.
¿A DÓNDE VA LA PLATA DEL ENDEUDAMIENTO?
Quizás esta es la pregunta más fácil de responder. Porque todo esquema de endeudamiento en la Argentina implicó una transferencia de riquezas del pueblo argentino a las élites económicas. Esos sectores son los que padecen la enfermedad del endeudamiento. Ellos son los que hacen de ese endeudamiento, una forma de hacerse una ganancia extraordinaria, financieras, que no genera valor agregado, solo es un pasamano que perjudica a las mayorías de nuestro país. Y que es funcional también a proyectos económicos de los países centrales, para obtener recursos naturales que abundan en nuestros lares. Dichas élites, que debieran ser responsabilizadas de los circuitos de endeudamiento argentino, logran invisibilizarse, no ser juzgadas como las principales responsables del endeudamiento y el default. Porque el endeudamiento argentino, no es argentino, es de la élite argentina.
EN RESUMEN
Se escucha de fondo una radio, un informe de una de las universidades privadas, preferidas por la élite para mandar a sus hijos y para contratar a sus cuadros de dirección. Dice que en la Argentina la carga tributaria crece desde hace 20 años, creció un 2,4%. En este artículo, desprolijo y desordenado, se intenta señalar a los sectores responsables del endeudamiento en la Argentina, para lograr de una vez por todas que ellos sean los juzgados por los defaults, sean los responsabilizados por la situación que atraviesa el país, y desenmascaradas sus intenciones de destruir el Estado Argentino, dejar definitivamente desprotegidas a las mayorías argentinas. Hay que retomar la iniciativa en la “batalla cultural” para explicar lo que no acontece, para poder trabajar en formas originales, para resolver nuestros problemas. Y a diferencia de las elites que tienen las manos manchadas de sangre y sudor del pueblo argentino, nosotros queremos integrarlas a un proyecto de país, donde subsuman sus prioridades al bienestar general.