El curioso caso del elefante que sabía esconderse detrás de una servilleta
Históricamente ignoradas, las elecciones legislativas bonaerenses de 2025 podrían definir el pulso de lo que viene
El último 9 de julio fue mucho más que el feriado por el día de la Independencia de nuestro país. Esto es Argentina, acá no te aburrís ni un feriado. Entre las dudas del establishment y el círculo rojo con el plan económico de Milei-Caputo y la agenda legislativa de proyectos incómodos para el gobierno, hubo un dato llamativo que, entre tanto ruido, tuvo poco eco. El miércoles pasado fue la fecha límite para inscribir las alianzas que competirán en las elecciones de medio término en la Provincia de Buenos Aires.
¿La novedad? Será la primera vez desde el retorno de la democracia que las elecciones provinciales se realizan completamente desdobladas de las nacionales en Buenos Aires. En la Provincia el 7 de septiembre se votarán 46 diputados y 23 senadores para la Legislatura bonaerense y concejales y consejeros escolares municipales, mientras que el 27 de octubre se votarán diputados y senadores nacionales. Tampoco habrá PASO (primarias abiertas) por primera vez desde el año 2011. A esto se suma que se votará con dos sistemas distintos, en las provinciales con la tradicional "sábana" y en las nacionales la debutante boleta única.
De pronto se cae el velo que tapaba un elefante que solía pasar sin llamar la atención, poniendo en primera plana una elección relegada para la opinión pública y los votantes en general. Históricamente las elecciones para la Legislatura bonaerense interesaban más a caciques locales que trataban de “prenderse” en el segundo o tercer cuerpo de las listas de candidatos con proyección nacional. Sin embargo, de cara al sábado 19 de julio, fecha en la que deberán oficializarse los nombres y lugares de las listas, se espera que, más allá de las históricas peleas distritales, lo que termine por captar la atención pública sean las cabezas de lista.
Así las cosas, conviene tener en cuenta algunos datos:
· La Provincia de Buenos Aires tiene 13.361.359 votantes, repartidos en Ocho Secciones Electorales. Por primera vez, la Primera (San Martín, Tigre, San Isidro, San Miguel, San Fernando, entre otros) será la sección con más electores (4,7 millones), habiendo superado a la Tercera (La Matanza, Lomas de Zamora, Lanús, Quilmes, Esteban Echeverría, entre otros que concentra 4,6 millones de votantes). También cabe destacar la Quinta (General Pueyrredón y Necochea, principalmente) con casi 1,3 millones de votantes.
· Las secciones que renuevan Senadores en 2025: Primera, Cuarta, Quinta y Séptima (23 bancas). Las que renuevan Diputados: Segunda, Tercera, Sexta y Octava (46 bancas)
· Unión por la Patria (Ahora “Fuerza Patria”) pone en juego 29 bancas (19 diputados + 10 senadores) de un total de 58. La Libertad Avanza (LLA) + PRO ponen en juego unas 19 bancas de unas 40 bancas (dependiendo según como se cuenten las alianzas de turno y teniendo en cuenta el posible desmembramiento del bloque “Juntos por el Cambio”). Mientras que la UCR pone en juego 11 bancas (4 en diputados y 7 en el senado). Considerando que el escenario de cara a los dos últimos años de la gestión de Kicillof estas elecciones son cruciales para ver qué tanto más cerca o más lejos queda del quórum propio (47 bancas en diputados y 24 en el senado) y en especial cómo queda el balance de fuerzas por proyectos que requieren mayorías especiales. Así con la conformación vigente hasta el 10 de diciembre, la debilidad en las cámaras quedó en evidencia siendo el caso más evidente el fracaso en la votación del presupuesto para el 2025. En síntesis, Kicillof necesitará acuerdos más complejos para garantizar gobernabilidad y ahí cobrarán mayor importancia las negociaciones con fuerzas pequeñas y en contexto de enfrentamiento abierto con el Gobierno Nacional.
· Baja participación electoral: desde 1983 las elecciones de medio término mostraron menores niveles de participación, pero en lo que va de 2025 vienen registrándose los niveles más bajos desde el retorno de la democracia (a modo de ejemplo en la provincia de Buenos Aires en las elecciones en los que se votaron cargos ejecutivos en 1983 participó el 85% del padrón, mientras que en las últimas elecciones de 2023 votó un 76% y los votantes habilitados pasaron de unos 6 o 7 millones a unos 13 millones). Más específicamente, en las siete elecciones que transcurrieron este año, la participación osciló entre el piso del 52% en Misiones el 29 de junio y el techo del 65% en Chaco, Salta, Jujuy y San Luis (11 de mayo). Mientras que en las elecciones en CABA participó tan solo el 53% del padrón (de un total de 3 millones de votantes habilitados). Esto abre la incógnita sobre si los electores bonaerenses profundizarán la tendencia al ausentismo el 7 de septiembre.
LA ANTESALA DE OCTUBRE CON LA MIRADA PUESTA EN 2027
El tema del desdoblamiento de las elecciones provinciales había cobrado algún revuelo cuando el Gobernador Axel Kicillof oficializó el tema a principios de año y se destapó la interna entre cristinistas y axelistas por la conducción del peronismo a nivel nacional. Esta situación recrudeció tras una serie de traspiés en los comicios que fueron desarrollándose este año con magros resultados, particularmente en Salta, Chaco y Jujuy. Sin embargo, la oficialización a principios de junio de la candidatura de Cristina Kirchner en televisión abierta a diputada por la Tercera Sección electoral de la Provincia de Buenos Aires (históricamente la más populosa y afín al peronismo) sacudió el escenario político nacional. La ratificación de la condena por parte de la Corte Suprema en la llamada “causa Vialidad”, corrió del tablero a una de las principales figuras con capacidad de traccionar votos por sí misma. Esta situación reconfiguró rápidamente el universo peronista bajo un único frente (“Fuerza Patria” que agrupa principalmente a La Cámpora de Máximo Kirchner, el Frente Renovador de Segio Massa y el Movimiento Derecho al Futuro, espacio lanzado recientemente por Kicillof con apoyo de distintos intendentes del GBA que presionaba para lanzarse por su cuenta). En otras palabras, en vista a las circunstancias, el peronismo terminó por articular una unidad más forzada por la coyuntura que por las coincidencias. Solucionada la interna, los desafíos que enfrenta Fuerza Patria no son menores: contener las distintas expresiones tras el fracaso del Frente de Todos; ceder cuotas de poder con la mirada puesta en las elecciones de octubre y que dejen conformes a todos los espacios; robustecer músculo que le haga frente al Gobierno de Milei en el frente legislativo; alinear estrategias con gobernadores afines; y construir una alternativa de gobierno nacional tentadora para 2027 y que retenga la provincia de Buenos Aires, siendo que Kicillof deberá definir su destino tras su segundo mandato. Todo esto en un contexto de ajuste, parálisis de la obra pública nacional y menor disponibilidad de recursos por la arbitrariedad en el reparto de fondos coparticipables a las provincias.
Por el lado de los libertarios, lo que debería haber sido una jornada de festejo por el cierre (o absorción) de la alianza “Alianza La Libertad Avanza” con el PRO, terminó opacada por el off de Fantino con Caputo que desnudó las flaquezas del plan económico.
Aquella tarde del 9 de julio, “El Jefe” Karina Milei, en tándem con el armador Sebastián Pareja, fueron por todo y le impusieron condiciones a los referentes del macrismo en la Provincia, que se mostraron predispuestos a dejar atrás el amarillo y pintarse de violeta. En este sentido “El Colo” Santilli, Cristian Ritondo y el intendente de General Pueyrredón, el tiktoker de la crueldad, Guillermo Montenegro parecen seguir el camino marcado por Bullrich en 2023, dejando a Mauricio Macri cada vez más aislado y ajeno a cualquier movimiento de sus antiguos aliados.
Si bien se presentaron otras alianzas para las elecciones en la PBA (10 en total), entre las que cabe mencionar al resto de las “viudas” de la experiencia de Juntos (como la UCR) con peronistas residuales y vecinalistas; libertarios disidentes o desencantados con los armados de LLA; y la izquierda. Sin embargo, pareciera confirmarse la tesis de Santiago Caputo, el “Mago del Kremlin”, de que aquello que realmente importa en sociedades polarizadas y desencantadas es la construcción de poder en los extremos y no hacia el centro a través de la búsqueda de la mayor representatividad posible y ciertos consensos democráticos básicos. Es decir, bajo el lema “kirchnerismo o libertad” que repiten los libertarios en las redes, lo que en realidad estamos viendo es la profundización del discurso centrífugo que propone un gobierno dispuesto a construir una minoría intensa sobre el hartazgo de una mayoría desinteresada. Los datos de participación electoral hasta ahora parecen darle la razón a la estrategia libertaria, aunque al final la gobernabilidad podría verse condicionada si no mejoran las condiciones materiales de la mayoría y, en especial, de aquellos que acompañaron este proyecto en 2023.