Al Profesor Ricardo Solohaga

El Estado, que parecía ser direccionado a la mínima expresión por el gobierno liberalista, actúa redirigiendo recursos sociales hacia los sectores económicos concentrados. La devaluación y los aumentos de servicios públicos (entre otras medidas) direccionan los recursos de los sectores más vulnerables hacia los sectores económicamente hegemónicos. No es el Estado o el Mercado, son los sectores poderosos de la sociedad argentina contra las mayorías populares (clases medias, trabajadores formales e informales, jubilados) utilizando la herramienta Estado. Algunas de estas cuestiones trataremos de pensar en esta columna.

NO ERA LA CASTA, ERAS VOS; O MEJOR DICHO, LA CASTA ERAS VOS

El discurso de Milei en campaña dejaba ver algo de plebeyismo, algo de igualar a los sectores sociales, enfrentando a la “casta política”. Esa casta no iba a tener más privilegios y lo que ello presuponía era que esa riqueza que se quedaba ese sector social, iba a beneficiar “al privado”. En las primeras medidas de Javier Milei, “la casta” parecerían ser los sectores mayoritarios de la sociedad: aumento de productos de primera necesidad, aumento de precios de los servicios, aumento del transporte, desregulación absoluta de la economía (ningún control de nada).

O sea, la casta eran los propios que votaron a Javier Milei. Nuevamente se benefician de las políticas implementadas por Caputo y Milei, los mismos que se beneficiaron en la pandemia, los mismos que se beneficiaron en el gobierno de Mauricio Macri, los mismos que no dejaron de ganar durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Los que ganan siempre.

La casta, en realidad, era todo aquel protegido por el Estado. Todo aquel, que se protegía con la sombra del Estado, frente al calor agobiante del mercado. El “Mercado” desprotege a la sociedad y protege a los sectores que igualmente se benefician con el Estado. Por qué el Estado, según este gobierno, no está para mejorar condiciones de nadie, sino para que el sistema capitalista funcione sin trabas. Sin trabas el sistema capitalista concentra la riqueza social en un polo. Así los Macris de la Argentina, se quedan con la poca o mucha riqueza (una eterna discusión) que se genera en nuestros lares.

EL RESPETO A “DETERMINADA” PROPIEDAD

El posicionamiento claro de este gobierno presupone la desaparición del Estado. La tendencia desde la caída del muro de Berlin en el 89, es que los ricos son más ricos cada día y que los pobres son más pobres. Hay contra tendencias, países, ciudades donde esa cuestión es desacelerada. En los lugares donde se contrarresta, es donde el Estado aparece defendiendo a esos sectores trabajadores informales y formales, sectores profesionales y jubilados.

¿Qué implica cuando a partir de una devaluación, bajan los ingresos de esos sectores sociales, subalternos diríamos? ¿Se licúa la riqueza o va para algún sector? La teoría ya probada y refutada en varios gobiernos de la Argentina (entre ellos el actual) y del mundo, es que la riqueza se genera arriba y luego se vuelca hacia abajo (teoría del derrame dixit).

En el caso de las políticas actualmente implementadas (que implican también la intervención del Estado) genera una “expropiación” de la riqueza de los que menos tienen y un beneficio para los que más tienen. Primero pueden ser la expropiación de los ingresos, luego de los bienes y por último de las propiedades. Obligando a los que tienen poco a deshacerse de lo que tienen (más ingresos, bienes, autos, casas), obligándolos a vivir cada día con menos y a trabajar cada día más. Lo llaman “hacer un sacrificio en pos de un futuro mejor”. La pregunta para cuando esta pesadilla termine, ¿por qué insistir en una forma social que no garantiza vivir dignamente a las mayorías? ¿La propiedad de la mayoría no vale y solo vale la propiedad de la minoría? La conclusión que el Gobierno de Milei, ataca una propiedad privada, para beneficiar a otra.

“EL LIBERALISMO ES EL RESPETO IRRESTRICTO DEL PROYECTO DE VIDA DEL PRÓJIMO”

Así lo manifiesta Alberto Benegas Linch hijo, principal ideólogo del Presidente. En base a esta reflexión, el gobierno actual no sería liberal, porque violenta el proyecto del prójimo. Las medidas que está implementando o que amenaza implementar, afectan a la mayoría de los individuos de la Argentina. Siempre que se gobierna un país se afecta la vida del prójimo, el tema es de cúantos prójimos se afecta la vida. Por decirlo de otra manera, cuando Milei habla de “gente de bien” ¿De quién habla? ¿Y quiénes son la gente del mal? El Liberalismo, en sus bocas, parece remarcar solo el liberalismo. El principio, implica la lucha por la libertad, la generación de condiciones para que todos puedan vivir mejor, la segunda es solo la primacía del mercado, tal cual existe, con monopolios e intereses corporativos, por sobre las mayorías. Con sus medidas anunciadas y las que seguirán, Javier Milei solo representa el bienestar para una minoría ínfima de la población. ¿Qué hará el resto de los individuos que tienen proyectos de vida no respetados por este gobierno?

¿CÓMO FORMAR MAYORÍAS EN UNA SOCIEDAD FRAGMENTADA?

Es la pregunta que todo sector político se hace para poder ganar elecciones e imponer planes de gobierno. Algunas fuerzas solo necesitan armar una mayoría circunstancial para hacerse del poder del Estado e imponer una política que beneficia a minorías, y en base a esa legalidad circunstancial reprime cualquier intento de oponerse a esa política. Otras fuerzas políticas, por lo menos discursivamente, intentan trabajar para las grandes mayorías, construyen esa mayoría que después se le diluye por no avanzar sobre los poderes de las minorías. Las mayorías son, mayorías circunstanciales por el ánimo que generan las políticas de gobierno, pero no son mayorías orgánicas, con claridad programática, que están seguras de lo que hay que hacer, cuanto hay que avanzar, qué intereses hay que tocar. Porque las mayorías circunstanciales les sirve, valga el juego de palabras, al gobierno de las minorías, que avanza sin contemplar su pérdida de legitimidad. Al gobierno que pretende gobernar para las mayorías solo les sirve las mayorías orgánicas, que puedan avanzar en las reformas sociales necesarias, para que no vuelvan mas los gobiernos de las minorías, sino que se gobierne para toda la sociedad. Ya venimos insistiendo en esta columna que es difícil construir mayorías orgánicas en una sociedad tan fragmentada, donde los espacios de encuentro, sobre todo después de la pandemia, son cada día más difíciles en nuestra Argentina. Las minorías siempre estuvieron aisladas respecto del resto de la sociedad, pero hoy cada sector social tiene su micro sociedad, separada del resto de las microsociedades. No hay lugares donde reconocerse argentinos. No hay lugares donde reconocer intereses comunes ni “proyecto de vida” para la sociedad. Ahí es donde Javier Milei pudo ganar.