El Ministro Aníbal Fernández, en un avance por el intento de reelección del Presidente de la Nación afirmó que “Lo que Alberto ha hecho por este país y las cosas que ha conseguido en situaciones adversas son mágicas. Debe ir por la reelección”. En contraposición, el kirchnerismo duro y puro decía “no fue magia”. Pareciera que el ilusionismo se ha hecho parte del discurso político.

Lo cierto es que el gobierno está en sus horas más difíciles. Si bien la Constitución dice que el Poder es unipersonal, el doble comando funcionó desde el inicio de esta gestión, y el Presidente no logra superar la prueba de manejo.

Juan Domingo Perón en el Manual de Conducción Política reza: “Un partido político sin unidad de acción es una fuerza inorgánica que no realiza grandes obras ni se consolida en el tiempo.” Por primera vez en la historia política argentina del peronismo, quien gobierna el país, no conduce su frente electoral y está con importantes problemas de legitimidad. Hace unos meses, la Diputada Fernanda Vallejos le dijo: "Es un ocupa, porque no tiene votos, no tiene legitimidad”; en boca de la oposición, esto sería desestabilizante. Mientras que Cristina Fernández le afirmó en la cara que “use la lapicera”.

El Ministro de Economía, Guzmán se fue de manera desprolija. La nueva Ministra Silvina Batakis, asume sin peso político propio; ni una línea directriz clara. Con una inflación del 70%, 5,3% en junio y 4.426 manifestaciones sociales en los 7 meses del 2022 entramos en la etapa de flagrante desgaste del gobierno; la mitad de los jóvenes de nuestro país no terminan el secundario. Las etapas más duras de la historia democrática argentina están normalizadas en un Presidente no peronista, pero de ninguna manera con un Presidente de un gobierno Nacional y Popular. Presidente es igual a conducción, así fue con Perón, Menem, Néstor y Cristina Kirchner, no lo es con el actual presidente.

Queda un año y cinco meses para el recambio presidencial, Aníbal Fernández no es ingenuo, sabe que las posibilidades de reelección del presidente son directamente proporcionales a la paz entre Rusia y Ucrania. Pero al hablar de la reelección intenta ganar tiempo, da la sensación de un Presidente que le sobra nafta para llegar a un segundo mandato. Alberto Fernández ya navega en el pantano de los dirigentes con mayor registro de imagen negativa. En algunos sondeos, sigue el camino de desventura con Mauricio Macri. En otros califica peor. Baja todavía un escalón más, hasta el nivel de rechazos que provoca Cristina Kirchner.

La varita mágica del Mago Alberto no aparece aún. El Frente de Todos está dividido, la Vicepresidenta habla del gobierno como si no fuera propio. El peronismo sabe de conducción política, aunque hoy no pareciera.

Y la oposición hace la plancha, sabe que no haciendo nada tendrá el poder en el 2023. Así, el ciudadano común percibe que no tiene solución. La dirigencia política va por la autopista, y la ciudadanía por la colectora… Eso lo tiene claro cualquiera. Faltan 17 meses para el fin del mandato, no hay gobierno ni oposición a la altura de la circunstancia, y en el medio nosotros.