En las ciencias sociales existen algunas situaciones que son difíciles de explicar racionalmente. La lógica nos induciría a pensar que, bajo una crisis económica intensa, el partido en el poder debería perder apoyo con la consiguiente merma de su imagen positiva. La situación actual de la Argentina desafía este razonamiento. ¿Cómo es posible que, en el contexto de crisis económica y las medidas adoptadas por el Gobierno, Javier Milei no ha perdido significativamente sus niveles de apoyo ni su imagen positiva? Intentemos ensayar algunas respuestas.

La Política Comparada denomina periodo de “luna de miel” a los primeros meses de gestión en los cuales un nuevo gobierno se desempeña. Bajo este lapso, la oposición legislativa y en general, suele ser más indulgente. Al mismo tiempo, la ciudadanía es paciente respecto de la resolución de problemas pensando que el flamante presidente necesita tiempo para arreglar las cosas. Esta perspectiva nos conduce a pensar que el gobierno de la Libertad Avanza se encuentra en un periodo de gracia y que, eventualmente, con el paso del tiempo y la consecución (o no) de determinados resultados, la paciencia y el apoyo popular se verá afectada.

Cabe añadir que la hipótesis “Luna de Miel” tiene algunas particularidades para el caso analizado. El gobierno de Javier Milei enfrentó una manifestación en su contra a los pocos días de asumir. Al mismo tiempo, las relaciones con algunos sectores del espectro político y social han sido abiertamente hostiles. Es posible, que estas circunstancias puedan oficiar como un aliciente a la falta de resultados dada la falta de cooperación. Algo similar puede pensarse con los reveses legislativos de la Ley Bases y el decreto enviado en diciembre de 2023.

La Teoría Económica de la Democracia de Anthony Downs entiende al proceso democrático como una transacción entre bienes públicos y servicios a cambio del apoyo electoral de la ciudadanía. Siguiendo esta lógica, las personas eligen apoyar a determinado candidato en función de la utilidad esperada que les podría reportar una vez en el poder.

Las promesas de mejorar la crisis económica fueron moneda corriente durante la campaña. Paradójicamente, el candidato que finalmente se alzó con la victoria fue quien prometió medidas de ajuste con el fin de sanear la economía y crear las bases para un crecimiento en el futuro. Si seguimos la lógica de las teorías económicas, la ciudadanía optó por una utilidad esperada dilatada en el tiempo. Este escenario es poco razonable, salvo que el cálculo del votante promedio indique la percepción de un bien superior en un tiempo futuro. Definitivamente, una hipótesis demasiado elaborada.

También podríamos pensar la utilidad esperada desde otra perspectiva. ¿Qué esperaban obtener varios de los argentinos que optaron por LLA en el balotaje? Mucho se ha dicho respecto de la capacidad de Milei de interpretar un sentimiento de hartazgo en la sociedad respecto de la clase política. El apoyo al candidato libertario fue también una decisión de cambio respecto de la “política tradicional”. De aquí que la elección no haya sido solamente el salir de la crisis económica sino también de castigar a parte de los responsables de haber conducido al país a tal situación.

Si combinamos esta explicación con la hipótesis “Luna de Miel”, podemos pensar que la persistencia de la imagen positiva del Gobierno a pesar de la crisis es una posible mezcla de enojo profundo y paciencia. Ambos elementos son interdependientes. Luego de varios años en los cuales las soluciones actuaron como parches que repercutieron negativamente en los problemas ulteriores, parte de la ciudadanía entiende que las medidas impopulares son parte del tratamiento de choque para obtener resultados positivos.  Al mismo tiempo, después de varias decepciones políticas, la elección de Milei puede interpretarse como una respuesta alternativa a la situación argentina. En ambos casos, el enojo y el cansancio son lo que motoriza la acción y al mismo tiempo, lo que explica tanta paciencia. En el fondo, parecería que la imagen positiva del gobierno a pesar de la crisis no es el resultado de las buenas acciones de Javier Milei sino de las malas actuaciones previas de la política en general. Empero, esta paciencia no está exenta de ofrecer algún resultado palpable en el corto plazo. Después de todo, se dice que del amor al odio hay, también, hay un solo paso.