La criminalización del hambre y la pobreza avanzan
Según el informe del “Mapa de Políticas Sociales en la Argentina” los mayores ajustes ocurrieron en los programas de y en el Progresar, destinados a jóvenes y adultos bajo la línea de pobreza
En las últimas semanas, Laura Alonso, la vocera del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, publicó un posteo en la red social X expresando: “Hasta $900 mil de multa si te gusta hurgar la basura en la Ciudad. Sí, leíste bien. La orden es clara: quien saque bolsas de los contenedores y deje todo tirado, limpia en el acto o lo paga caro”.
A su vez, el Jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, sostuvo en la misma plataforma: “Di la orden al Ministerio de Seguridad y a la Policía de la Ciudad que, si encuentran a alguna persona o grupo de personas removiendo basura de los contenedores y ensuciando nuestra ciudad, les exijan que limpien y ordenen todo de inmediato”. En paralelo, cabe mencionar, se viralizaron en varias redes sociales diversos videos en donde los policías de la Ciudad detienen a personas que buscan comida en los contenedores de basura.
Ahora bien, ¿Qué está pasando con la pobreza en la Ciudad? Los datos presentados por diversas fuentes, como Chequeado y otras instituciones encargadas de la materia, reflejan que la cantidad de personas en situación de calle aumentó entre un 30 y un 60%. A su vez, es importante mencionar que los recuperadores urbanos perdieron un 20% de sus ingresos debido a que el Gobierno de la Ciudad decidió dejar de financiar sus traslados y los programas de ayuda alimentaria tuvieron recortes de más del 70% en términos reales.
En concreto, según un relevamiento publicado por el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat porteño la cantidad de personas en situación de calle pasó de 3286 personas a 4049, lo cual significa un crecimiento del 23%. No obstante, cabe mencionar que esta evolución presentada corresponde a la evolución interanual de noviembre del 2023 y noviembre del 2024. Es decir, se cree que esos números podrían haber empeorado y que la situación actual es aún más alarmante.
Además, es menester mencionar que el Gobierno de Jorge Macri había anunciado el mes pasado la finalización del financiamiento de cartoneros de cooperativas presuntamente vinculadas con el dirigente Juan Grabois, que venían del Conurbano. Según el Jefe de Gobierno porteño, están “desarmando un sistema que, lejos de dar soluciones, se volvió parte del problema”.
Cabe resaltar que, en paralelo, el gobierno nacional implementó recortes en 2024 y el corriente año sobre diversos programas sociales que también brindan ayuda a poblaciones vulnerables. Según señala un informe del “Mapa de Políticas Sociales en la Argentina”, encabezado por el especialista Rodrigo Zarazaga, “los mayores ajustes ocurrieron en los programas de cooperativas (como el Potenciar Trabajo, Volver al Trabajo y Acompañamiento Social) y en el Progresar, destinados a jóvenes y adultos bajo la línea de la pobreza”.
En adición a esto, si bien es real que el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat sigue brindando asistencia a través del programa de Apoyo a Grupos Comunitarios que, entre otras cosas, tiene como objetivo la dotación de alimentos a comedores, jardines comunitarios y diversos grupos que prestan asistencia a barrios carenciados, lo cierto es que esta clase de programas sufrieron recortes. También sufrieron recortes, según un informe de Fundar, los programas alimentarios nacionales dependientes de la cartera de Sandra Pettovello.
En conclusión, las familias en situación de pobreza, incluyendo a miembros de la Economía Popular como los mal llamados “cartoneros”, han sufrido una notable disminución en su calidad de vida. Se les han quitado ayudas para cuestiones de traslado o logística, se les han reducido los montos percibidos por programas sociales, y también se ha reducido notablemente la asistencia alimentaria a los comedores de sus comunidades. No conforme con eso, ahora parece que los más vulnerables deberán pagar una multa de hasta 900 mil pesos por buscar las migajas y los restos de comida que dejan las clases medias y altas de la ostentosa Ciudad de Buenos Aires. No sabemos cómo ni cuándo veremos un cambio en esta alarmante situación, pero lo que sí podemos ver es que la criminalización de la pobreza y del hambre avanzan en la conjunción de LLA y el PRO.