En América Latina y el Caribe, el 25% de las mujeres y hombres son jóvenes, su representación política parlamentaria debería ser en un porcentaje parecido. Sin embargo, tal como indica la Unión Interparlamentaria con datos de 2021(1)  tan solo el 2,6% de parlamentarias/os son menores de 30 años.

Si focalizamos en las juventudes, las mujeres se enfrentan a una doble discriminación (por género y edad) para acceder a cargos políticos.  En los procesos electorales en Latinoamérica la situación que enfrentan las mujeres jóvenes es la exclusión política. Es más, la participación política de las jóvenes en la región no es un tema de estudio.

Por su parte, las prácticas políticas de las mujeres en general, y las jóvenes latinoamericanas en particular, y sus múltiples formas de organización y de acción en la esfera pública las constituyen como sujetas políticas para la transformación democrática. Del Ni Una Menos argentino del 2005 al “Vivas Nos Queremos” mexicano de 2016. La agenda transversal de 2018 en Argentina por el aborto legal, seguro y gratuito que contagió gran parte de Latinoamérica; y se cristalizó en diciembre de 2020 con la legalización del aborto. En Chile, fueron las estudiantes quienes iniciaron un proceso de toma en colegios y universidades. En 2019, la lucha de las mujeres en México hizo historia con la incorporación de la paridad en todos los niveles del Estado. El estallido social chileno puso el foco en las condiciones estructurales de desigualdad, y las mujeres estuvieron a pie de lucha; la instalación artística de Las Tesis, “Un violador en tu camino”, traspasó fronteras. Y, a su vez, las mujeres, con el protagonismo de muchas colegas de la Red de Politólogas, militaron por la paridad en la reforma constitucional. En diciembre de 2019, por primera vez, en Argentina y en la región se creó el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, además de la incorporación de feministas en el gobierno. De igual forma, en 2021 Chile eligió al Presidente más joven de la historia del país, Gabriel Boric, y se formó un Gabinete con mayoría de mujeres, declarado como gobierno feminista. Esta presencia de mujeres, y especialmente de jóvenes como sujetas políticas todavía no se traduce en una representación política en los puestos de toma de decisiones.

En relación a los avances de la participación política de las mujeres, en los últimos 30 años se han realizado más de 40 reformas electorales inclusivas en materia de género en 17 países latinoamericanos(2) . Si se analiza por etapas, estos procesos reformistas pueden sistematizarse en diferentes olas de cambios institucionales: 1) La primera ola: los mecanismos para sugerir u obligar a los partidos políticos a incluir mujeres en las candidaturas; el objetivo fue asegurar un piso de participación legislativa femenina, pero el 30% se convirtió en un techo. 2) La segunda ola: las reformas encaminadas a obtener una representación paritaria, siendo las mujeres el 50% o más de la población es necesario que su participación en la toma de decisiones públicas sea en una proporción similar. 3) La tercera ola: la igualdad sustantiva, es decir el pleno ejercicio de la ciudadanía de la diversidad de mujeres, indispensable para hablar de democracias paritarias.

Las reformas electorales de género han posibilitado el acceso de las mujeres a las candidaturas para cargos de representación popular obligando a los partidos políticos a incluir mujeres en sus listas. Tal como indica ONU Mujeres (2021) (3) , la paridad ha representado la política más exitosa para incrementar el número de mujeres en los parlamentos latinoamericanos.

En este punto, se puede concluir que los países que tienen mayor porcentaje de representación de mujeres jóvenes son los que han presentado más avances en reformas electorales de género en los últimos años (México, Argentina y Chile); y que además presentan una mayor movilización feminista. México y Argentina que contemplan leyes de paridad tienen una representación parlamentaria de mujeres que alcanza el 50% en México y supera la barrera del 40% en Argentina (44,75%). Les sigue Chile, con el 35,48% de mujeres en la cámara legislativa.

Si se compara la participación de las mujeres jóvenes (de 40 o menos años) en las cámaras legislativas, en México alcanzó el 16%, en Chile es del 13,8%, y en mujeres menores de 30 años es de 8,39%, y en Argentina representan el 8,4% de las menores de 40. Por lo que existe una estrecha correlación entre avances en reformas electorales de género y edad. 


1) Unión Interparlamentaria. 2021. Youth participation in national parliaments: 2020. https://www.ipu.org/youth2021

2) El Observatorio de Reformas Políticas de América Latina, entre otras tareas, se dedica al análisis e investigación de las reformas en las reglas de elección a los cargos de representación presidencial y legislativa en la región. Se puede consultar en: https://reformaspoliticas.org/

3) ONU Mujeres. 2022. Hacia una participación paritaria e inclusiva en América Latina y el Caribe. Panorama regional y aportes de la CSW65.