Durante 100 años de historia de la provincia de Buenos Aires, los Intendentes pudieron ser reelectos de manera indefinida. Esto generó que varios municipios tengan Intendentes durante décadas.

La provincia de Buenos Aires tiene 135 municipios, 96 Intendentes fueron reelectos en el 2019. Durante el gobierno de María Eugenia Vidal, con un acuerdo del bloque de Sergio Massa, se eliminaron las Jubilaciones de Privilegio, la obligación de presentar Declaración Jurada de los Funcionarios y Policías, y la limitación de las reelecciones de los Intendentes.

En un contexto de pandemia y aumento de casos, entre la fiesta de navidad y año nuevo cuando los ciudadanos estaban haciendo las compras, los Senadores y Diputados bonaerenses se reunieron de manera extraordinaria para discutir en torno a… las reelecciones de los 135 Intendentes. Pocas cosas más alejadas de la realidad cotidiana de los bonaerenses. Pero también, pocas cosas tan prioritarias para gran cantidad de Alcaldes que sólo piensan en la reproducción de su poder comunal.

 Algunos Intendentes, adelantados a su tiempo, pidieron licencia de sus “trabajos”, ya que si la licencia es anterior a los dos años de concluir su mandato, no se le impediría volver a presentarse. Los pícaros que iniciaron este camino fueron Gabriel Katopodis Intendente de San Martín (FdT), Jorge Ferraresi Intendente de Avellaneda (FdT), Santiago Maggiotti de Navarro (FdT), Alexis Guerrera de General Pinto (FdT), Martín Insaurralde de Lomas de Zamora (FdT), Leonardo Nardini Intendente de Malvinas Argentinas, Mariano Cascallares (FdT), entre otros. El Pro no podía quedarse atrás, así que el Intendente Jorge Macri de Vicente López, también se alejó del lugar en donde lo votaron sus vecinos para irse a la Capital Federal.

 Sobre tablas, logrando el dos tercios. Oficialismo peronista logró componendas con parte de la Unión Cívica Radical y parte del PRO (esos Intendentes que hasta 2019 respondía ciegamente a María Eugenia Vidal. Todos tratando de explicar de manera sobreactuada, cómo con su mano alzada iban a permitir que la Provincia de Buenos Aires siga siendo cosa de Barones eternos. Este tipo de negociaciones ha sido moneda corriente entre un peronismo que gobernó 30 años la provincia desde la recuperación de la democracia, y un radicalismo que se sintió cómodo en un lugar de “oposición cómplice”. Esto es posible porque sus legisladores son desconocidos por la gran masa de los electores, y por una enorme caja económica que representa tener una banca, becas, contratos, etc. que permiten conformar política territorial.

Los que se opusieron fueron los Diputados del massismo (que habían impulsado la ley), los que responden a María Eugenia Vidal (que entendieron que no podía borrar con codo lo que habían firmado con la mano), la Coalición Cívica y el sector Radical de Evolución (que propugnan por una renovación partidaria).

 Como regalo de navidad se reformó el artículo 7, y se aprobó que “los mandatos de Intendentes, Concejales, Consejeros, Escolares, Diputados y Senadores que se hayan iniciado como resultado de las elecciones del año 2017, 2019 y 2021 serán considerados como primer período a los efectos de la aplicación de la presente Ley". Para ser más explícito, sólo a manera de ejemplo: el Municipio de Ituzaingó desde su fundación ha tenido un solo Intendente, Alberto Descalzo, no tuvo antecesor ni predecesor. De la misma manera el Intendente de Ezeiza, Alejandro Granados. Ambos, 30 años en el poder, para la ley es su primer mandato.

La democracia en el mundo, supone alternancia de poder. En la provincia de Buenos Aires, por el contrario, los alcaldes se sueldan en sus lugares como los viejos Barones, que igual que en la Alta Edad Media, dejan su lugar…con su existencia física.

La política así, cada vez más se aleja de los debates reales de la gente. Lo explicitó el Senador Walter Lanaro  “Estamos entre Navidad y Año Nuevo, viendo si le damos a un puñado de políticos la posibilidad de estar 4 u 8 años más en el poder. En sesión extraordinaria. Vergüenza nos debería dar”. Quizás esto explique porqué en las últimas elecciones, casi 5 millones de personas no se acercaron a las mesas de votación a ejercer su deber cívico.