Para garantizarse la aprobación en las urnas, Cambiemos necesita fortalecer la imagen en todas sus instancias de gestión, en especial en los sectores donde las displicencias económicas han castigado el bolsillo del ciudadano de a pie.

Es que los problemas financieros son el principal obstáculo de Mauricio Macri, en especial en los barrios del Gran Buenos Aires, donde el electorado está dispuesto a ratificar la gestión del oficialismo a nivel municipal, aunque el malhumor social viene agotando la paciencia con la Casa Rosada.

En ese sentido, con el termómetro puesto en la calle y el puerta a puerta, los intendentes de Cambiemos enfrentan el desafío de reconciliar a los barrios con la imagen de Macri, hoy acorralado por dilemas como el desempleo, la inflación y los tarifazos, entre otros puntos.

 Las paulatinas encuestas han demostrado el avance logrado en la gestión de María Eugenia Vidal, quien logró fortalecer el diálogo de trabajo con los alcaldes bonaerenses, en especial en materia de obra pública y seguridad. Mientras tanto, la imagen de Mauricio Macri encuentra cada vez más dificultades para ganar terreno en varios distritos gobernados por el oficialismo.

 Los condimentos son varios: las fuertes bajas en venta en los comercios (el consumo de carnes bajó un 40% en los últimos meses) o el flojo rendimiento de la temporada de verano en la costa, se combina con los conflictos que atraviesan los beneficiarios de los créditos UVA –apuntados a la compra de viviendas-, cuyos préstamos fueron afectados de manera crítica por la disparada del dólar. Este último punto, generó una fuerte organización en La Plata para reclamar respuestas al Gobierno.

Sin duda, los embates sufridos por el sector de la PYME en los últimos años han desmejorado de manera sustancial la imagen de la gestión de Macri. Cierres de comercios, la dificultad para pagar salarios, enfrentar presiones impositivas, han sacudido con fuerza el bolsillo del trabajador de los barrios del GBA. Desde la CAME insisten con que el macrismo tome cartas en el asunto, después de “13 meses consecutivos de descenso de las ventas minoristas y 8 meses de la producción industrial”.

En territorios como Lanús, Quilmes o Tres de Febrero, Cambiemos logró mantener la aprobación en 2017 de la mano de los jefes comunales, que ahora deben salvaguardar los votos en los cordones industriales donde el peronismo siempre pisa fuerte.

Por su parte, la reciente ola de tarifazos significó un golpe clave para la imagen de Macri, mientras que los intendentes debieron enfrentar los problemas de cortes de luz en todos los distritos.

La reciente disolución del desdoblamiento electoral para sellar el “trabajo en equipo”, pone ahora a Cambiemos en la ardua tarea de lograr que el electorado quiera apostar, en una misma boleta, tanto a los intendentes y a Vidal, como al presidente Macri, que este año apunta a ir por un nuevo mandato.