Corren horas decisivas en los cierres de listas de los 135 distritos de la PBA, las secciones electorales y los acuerdos para las candidaturas nacionales de Fuerza Patria. Las tensiones están a la orden del día y cruzan la provincia de punta a punta, pero hay epicentros donde la discusión parece muy difícil de destrabar. Tal vez el mayor ejemplo de ello sea el municipio de Morón.

Allí, el intendente Lucas Ghi mantiene un enfrentamiento con el líder de Nuevo Encuentro, Martín Sabbatella, que se traduce al armado de la lista local. “Hay una disputa por la cabeza de lista, que tiene un carácter simbólico”, expresan desde el sabbatellismo. La estrategia de ese sector es que el propio Sabbatella encabece la nómina para el Concejo Deliberante, como un anticipo de su candidatura a intendente en el 2027.

La contracara a ese planteo es que el propio Lucas Ghi sea quien asuma una candidatura testimonial al frente de la lista. Esto iría en línea con lo que otros jefes comunales del MDF vienen anunciando en sus distritos, en una estrategia donde el mensaje pareciera ser que el kicillofismo pone todo lo mejor que tiene en la cancha para obtener el mejor resultado posible el 7 de septiembre.

“El tema es que Morón es un municipio de Cristina. Si Lucas quiere que sea un municipio de Kicillof tendrá que ver cómo lo sostiene. La inmensa mayoría de los fiscales, de los locales y de la estructura política es de Nuevo Encuentro”, sentenciaron desde la fuerza conducida por Sabbatella, hoy desplazada prácticamente de todos los puestos de gestión por el intendente a raíz de la fuerte interna que mantienen. “Nosotros queremos la unidad y estamos con todo empujando por la unidad, pero lo que buscamos es que esa unidad exprese a todos los sectores en una repartición coherente de las candidaturas”, agregaron.

Si efectivamente Lucas Ghi decide encabezar la lista, hay una chance concreta de que el peronismo se rompa al menos a nivel local en el distrito. La posibilidad sería que Nuevo Encuentro vaya con boleta corta con Sabbatella a la cabeza, y Ghi presente su propia lista con algún otro sello vecinal. Esto no comprometería necesariamente el armado provincial, pero sí sería un golpe muy fuerte a nivel electoral en un municipio complicado en cada elección para el peronismo.

“Se está negociando la unidad, pero está difícil”, afirmaron desde el entorno del jefe comunal, y agregaron que “la postura es que la decisión la tiene el Intendente en el distrito porque es lo que se acordó. Las negociaciones incluyen a todos los sectores, decide el Intendente”. Por su parte, desde el sabbatellismo plantean ir a fondo: “la única posibilidad de que nos bajemos de encabezar la lista es que nos llamen Máximo o Cristina y nos pidan que lo hagamos por la unidad del frente. Pero hasta ahora nadie puso esa posibilidad sobre la mesa”, sentenciaron.

El cierre está caliente y la posibilidad de la ruptura es más que concreta. En un contexto donde al peronismo no le sobra un voto, las tensiones en un distrito siempre complejo no prometen horizontes felices para la incipiente Fuerza Patria. Todo puede resolverse a último momento, pero la disputa quedará planteada: ¿Morón de CFK o Morón de Kicillof?