No son días fáciles para la UCR en la Provincia de Buenos Aires. Ya los últimos meses habían sido frenéticos luego de la impugnación y judicialización de los comicios partidarios, tras conocerse irregularidades en la votación de las autoridades por el Comité en distritos como La Matanza, Quilmes y Ezeiza.  

La tensión había llegado a niveles inusitados por las disputas entre el ala más conciliadora con el gobierno nacional, liderado por el senador nacional Maximiliano Abad, y el bando que se muestra más opositor, que tiene como máximo gerente al líder de Evolución y también senador Martin Lousteau.

Esta semana las partes pudieron acercarse con la intención de alcanzar un reordenamiento institucional y se acordó un liderazgo compartido. Por un lado, fue designado el exintendente de Trenque Lauquen y ahora titular del Comité de Contingencia radical Miguel Fernández, integrante del sector de Abad. Por el otro, se hizo cargo de la Convención de Contingencia el diputado, Pablo Domenichini, que responde a Lousteau.

De los intercambios que Diagonales pudo establecer con las nuevas autoridades, se manifestó un ambiente más pacificado. Al menos circunstancialmente. Reforzaron el desafío inmediato para la nueva dirigencia de recuperar la legitimidad del partido.

“Toda renuncia es una forma secreta de elección”: La ruptura del radicalismo y las chances de aliarse con el PRO y LLA

Deberán organizar la estrategia territorial y reforzar la presencia en las Secciones Electorales que son vitales para el elenco “boina blanca” como la cuarta, quinta y sexta, donde cuentan con intendencias y con mayor estructura propia.

“Creo q fueron muy buenas reuniones y que el partido está de pie y caminando”, aseguró a Miguel Fernández a este medio.

“Todo eso es lo que vamos a construir en este corto tiempo… todavía hay mucho ruido y mucha espuma”, aseguró Fernández a este medio. Y sintetizó: “Para planificar primero hay que ordenarse y eso es lo que empezamos a hacer”.

De estas declaraciones se desprende el agitado debate intrapartidario por la propuesta del radicalismo para los comicios legislativos provinciales del 7 de septiembre: qué espacio ocuparán en el tablero electoral.

El radicalismo que representa Abad es el espacio más proclive a sumarse a LLA, en medio de las disputas con el PRO por la forma en la que se presentará la alianza entre las fuerzas de la derecha nacional. El senador sigue jugando al misterio, pero al interior de la UCR lo acusan de querer acordar con los “libertarios”.

Los señalamientos provienen principalmente del bloque Evolución y es por esto que se habían resistido a conformar una lista de unidad en las últimas elecciones internas. Pero el mal trago de Lousteau, tras la fuerte derrota en la ciudad de Buenos Aires de su candidata Lula Levy, que no pudo alcanzar el 3% de los votos y quedó fuera de la Legislatura porteña, hizo que muchos correligionarios mirasen de reojo la propuesta “progresista” del partido.

Desde ambos bandos insisten en que este marco de nuevos acuerdos debe prosperar más allá del año electoral. Este periodo de acercamientos tendrá otro capítulo la próxima semana cuando se realizará una reunión con el Foro de los 27 Intendentes Radicales que hoy tiene el partido y se avanzará también con encuentros sectoriales.

LOS QUE YA SE FUERON

Mientras los que se quedan dirimen una confrontación que los dejó al borde del estallido, hay otros que abren nuevos horizontes y se despegan del partido centenario. Son los hermanos Manes que presentan en Tigre un nuevo movimiento que buscará agrupar a ciudadanos, referentes sociales y dirigentes desencantados con las ofertas partidarias actuales.

Tras romper su alianza con Lousteau, formando parte del sector anti acuerdo con Javier Milei, se plantean como una alternativa frente a lo que califican como “el fracaso del pasado” y “el presente destructivo sin futuro”. “No ha primado la voluntad de lo que alguna vez fuimos: un partido de ideas, no de circunstancias”, aseveran.

“Toda renuncia es una forma secreta de elección”: La ruptura del radicalismo y las chances de aliarse con el PRO y LLA

Gastón Manes fue el más duro de los hermanos, y en su carta en la que renunciaba a su cargo como presidente de la Convención Nacional de la UCR planteó que “el partido se ha transformado en una confederación de posturas provinciales, sin visión común ni vocación transformadora”. “En lugar del ‘nadie se salva solo’ ha primado un ‘sálvese quien pueda’”, aseveró.

En su manifiesto “anti casta”, los Manes buscarán romper con el discurso “libertario”, apuntando a una prédica anticorporativista, y recomponer la “esencial” del radicalismo. “Toda renuncia es una forma secreta de elección”, sentenció el hermano del neurocientífico.