La situación de total abandono en los calabozos de los tribunales de Quilmes fue denunciada por la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), que luego de una recorrida en sus habituales monitoreos de lugares de encierro constató que en los mismos hay "letrinas rebalsadas y que el lugar está impregnado de un olor nauseabundo a materia fecal".

"Al momento de la inspección se encontraban dos personas a la espera de sus respectivos comparendos al ser el calabozo de tribunales, hay personas en tránsito y permanente movimiento. En muchos casos los detenidos son obligados a esperar por tiempo indeterminado antes de comparecer ante sus jueces o defensores. Esto implica enormes riesgos de contraer enfermedades provocadas por el contacto con desechos cloacales o aguas servidas", contaron desde la CMP.

Con tránsito de personas por el lugar, las condiciones precarias podrían acarrear serios transtornos en la salud de los recluidos. La Comisión Provincial por la Memoria, considera que a pesar de que en todos de los lugares de encierro existen condiciones de precariedad, en  este caso está el agravante que "están en dependencias del Poder Judicial, que es el que debe controlar y garantizar la vigencia plena de las garantías para las personas privadas de libertad".

Además, a través de un comunicado indicaron que el Juzgado de Garantías 2 de Quilmes, a cargo del juez Martín Miguel Nolfi, rechazó el habeas corpus presentado pero reconoció las condiciones precarias de los calabozos en cuestión, por lo que se prohibió el tránsito de personas por el lugar.

"En el mismo edificio donde se asientan los tribunales se padecen estas situaciones aberrantes, no en cárceles lejanas sino a escasos metros de los despachos de los funcionarios. Y en las alcaidías pertenecientes al Poder Judicial los jueces tienen el poder de superintendencia sobre estos lugares, es decir, aun mayor responsabilidad", agregó la CPM.