Ante las condiciones de suma precariedad en que funcionan, exigieron reforzar medidas de prevención sanitaria en las cárceles bonaerenses. Los posibles brotes no sólo de coronavirus, sino también de dengue y sarampión, son la principal preocupación en los espacios de encierro donde el hacinamiento de la población hace estragos.

En pleno contexto de emergencia, la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) formalizó su demanda ante el ministerio de Salud bonaerense, a cargo de Daniel Gollán. “Las condiciones inhumanas de detención, el hacinamiento, los déficits de atención a la salud y la falta de elementos de higienes en cárceles, comisarías, alcaidías, neuropsiquiátricos y centros cerrados deja a las personas detenidas en una situación de especial riesgo frente al contagio de enfermedades virales”, manifestaron desde la CPM.

En la nota enviada al ministro Gollán, el organismo requirió que se le informe sobre las medidas de prevención dispuestas para establecimientos que alojan personas bajo la dependencia de los ministerios de Justicia y Seguridad, Órgano Provincial de Niñez y Adolescencia y el propio Ministerio de Salud.

Mientras el país se mantiene en vilo por el avance del coronavirus, desde el organismo exigieron insumos básicos para prevenirlo como “jabón, detergentes y alcohol en gel” para mantener las medidas de higiene necesaria. Asimismo se solicitaron “elementos para limpiar los espacios comunes dentro del encierro”. Además, se pidió que se garantice la ventilación de forma regular para permitir el recambio de aire.

También solicitó la entrega de barbijos a las personas detenidas que ya presenten alguna enfermedad respiratoria crónica. Y recomendó que se implemente el plan nacional de vacunación antigripal para todas las personas detenidas y se vacune contra la neumonía a la población en riesgo.

Al mismo tiempo, se le solicitó al Poder Judicial que agilice medidas de prisión domiciliaria para “mayores de 60 años, mujeres, mujeres con sus hijos y personas con enfermedades infectocontagiosas, respiratorias o graves”,  que “no deben estar alojadas en lugares donde las condiciones y hacinamiento las exponen aún mucho más frente a estas epidemias”.