La pulseada de poder en que se convirtió el debate por la Ley Impositiva bonaerense enterró la mentada intención de Cambiemos de ser una “oposición responsable y de consenso”. Con una María Eugenia Vidal ausente y el ala dura del Pro decidida a confrontar con Kicillof, es Emilio Monzó quien ahora busca abrir un nuevo camino en las filas de la oposición, de la mano de intendentes radicales.

En honor a su reivindicación por “la rosca”, Monzó comenzó a tejer diálogo con jefes comunales boina blanca, que comenzarían a mostrar sus serias diferencias con la conducción (o la falta de una) dentro de la estructura de Juntos por el Cambio.

El desorden y las imprecisiones suscitadas por parte de la oposición durante las jornadas legislativas por la Ley Impositiva, sellaron fuertes roces entre el sector más leal Macri y Vidal y el radicalismo bonaerense que apunta a fortalecer el diálogo con el Gobierno. Allí, los intendentes de la provincia de Buenos Aires juegan un papel crucial, pues son quienes deberán atender las cuentas en los municipios del interior bonaerense y lo último que necesitan es cargarse al propio Gobernador en contra.

En ese sentido, Monzó apareció en escena y decidió mostrarse junto a los alcaldes del partido centenario, en el marco de una cena que compartió con referentes de distintas facciones de la UCR.

Al evento, que tuvo lugar en el distrito de Rivadavia, concurrieron los intendentes Guillermo Pacheco (Pellegrini), Martín Randazzo (General La Madrid), Miguel Fernández (Trenque Lauquen), Javier Reynoso (Rivadavia), Eduardo Campana (General Villegas), Franco Flexas (General Viamonte) y Calixto Tellechea (Florentino Ameghino).

Cabe señalar que Monzó ya había comenzado a tener sus esporádicas apariciones en distintos lugares del territorio bonaerense en las últimas semanas, hechos que fueron leídos como un temprano intento de ya marcar la cancha de cara a una eventual candidatura a gobernador, aun dentro del espacio de Cambiemos.

Este incipiente “monzoísmo” gestado alrededor de distintos sectores UCR, buscaría replicar, a nivel provincial, lo que gobernadores como Gerardo Morales ya comenzaron a maniobrar a nivel nacional. Esto es lograr un canal de diálogo con el oficialismo, ya sin el obstáculo en el medio de figuras como Daniel Salvador –a quien  sostuvieron como el interlocutor máximo con el Pro vidalista, pero sin éxito-. En tanto, con Vidal aun “exiliada” en París y el macrismo duro decidido a poner palos en la rueda de Kicillof, el radicalismo busca una salida alternativa y Monzó intentaría marcar el rumbo.