“Un detalle simbólico, pero relevante, es que el Ministerio de Producción de la provincia de Buenos Aires estuvo siete meses sin ministro”, señala el economista Augusto Costa en una entrevista con Diagonales. El ex secretario de Comercio Interior presentó su libre ‘Todo precio es político’, en el que analiza el rol del Estado para dinamizar el comercio. “El Estado tiene que recuperar las herramientas que hacen falta para podamos aspirar a un mercado interno más dinámico y a que se puede generar más competencia y poner límites a los abusos”, asegura quien se perfila a ser el próximo ministro de Economía bonaerense, de la mano del candidato a gobernador Axel Kicillof. “Sabiendo que vamos a enfrentarnos a muchas restricciones, tenemos que atender las prioridades, como la salud, la educación y el trabajo”, agrega Costa. No descarta la necesidad de reestructurar la deuda provincial, aunque aclara que debe ser un proceso coordinado con Nación.

¿Cuál es la intención del libro?

-La idea es darle herramientas a quien no tiene un conocimiento acabado de economía para que pueda entender cuestiones que son centrales para la vida diaria en la sociedad actual. Tiene que ver con el funcionamiento de los mercados y sobre cómo se determinan los precios que pagamos, a partir de distintas reflexiones. La teoría convencional interpreta que los mercados, cuando funcionan competitivamente, es decir que no hay nadie que tiene más poder que el resto, se alcanza el mejor resultado. Pero, en la realidad los mercados están concentrados. Hay pocas empresas que producen en cada uno de los rubros que consumimos. La realidad es completamente distinta. El planteo tiene que ver con discutir todas estas cuestiones y, a partir de la experiencia como funcionario, mostrar los desafíos de las políticas públicas respecto del rol del Estado en el mercado interno y en el comercio. También contrastar dos modelos intervención del Estado y políticas públicas hasta 2015 y desde ese año hasta ahora.

-¿Cómo distingue el actual período?

-Eliminó toda lógica de intervención en el mercado interno, desde la política macroeconómica que quitó cualquier tipo de rol del Estado como motor para que haya ingresos, producción y más empleo y, por otro lado, como regulador de lo que pasa al interior de la economía y de los mercados. Para ponerle límites al abuso de posición de lo que llamamos formadores de precio, que está impidiendo prácticas que implican una menor competencia y hace que las familias deban pagar mayores precios. Hoy es esa la realidad en el mercado y el desafío que está planteado en el libro en el último capítulo es que el Estado tiene que recuperar las herramientas que hacen falta para podamos aspirar a un mercado interno más dinámico y a que se puede generar más competencia y poner límites a los abusos.

"El Estado tiene que recuperar las herramientas que hacen falta para podamos aspirar a un mercado interno más dinámico y a que se puede generar más competencia y poner límites a los abusos".

Pero mantuvo su plan de Precios Cuidados.

-Dejaron una política desnaturalizada en dos sentidos: primero porque no se implementa en el marco de políticas en la cual tiene sentido Precios Cuidados y, segundo, porque el propio programa fue desvirtuado cambiando cuestiones esenciales para el éxito de esa política. Por ejemplo, que los productos del listado sean representativos del consumo de los argentinos, después negociar con las empresas los precios para que sean razonables y, en tercer lugar, controlar y sancionar en caso de incumplimiento. Ninguna de estas tres cosas hoy existe. Entonces es una política que la dejaron pero que no tiene ningún tipo de impacto en la vida cotidiana de la población.

El gobierno parece haber incrementado los privilegios de los sectores concentrados. ¿Se puede volver a poner límites?

-Acá se dejó librada a la fuerza de cada una de las empresas la posibilidad de obtener beneficios en los mercados. Cuando se deja todo librado a la fuerza, el más poderoso es el que gana. En ese sentido hace falta un acuerdo para que el Estado asuma ese papel protagónico, pero también la experiencia.  Este desquicio que generó la retirada del Estado en regulaciones clave para el mercado interno le va a dar mayor legitimidad a cualquier política que se quiera implementar en ese sentido, porque las consecuencias están a la vista y tiene que ver con un deterioro generalizado de las condiciones de vida. En estos años hubo unos muy poquitos sectores a los que le fue muy bien cuando al resto le fue muy mal.

"Acá se dejó librada a la fuerza de cada una de las empresas la posibilidad de obtener beneficios en los mercados. Cuando se deja todo librado a la fuerza, el más poderoso es el que gana".

¿Cómo está la situación de la Provincia?

-Muy delicada, porque el esquema de la política nacional le impacta muchísimo y eso se ve en diferentes niveles. La situación de las  cuentas públicas es muy delicada porque hay una necesidad de cubrir un déficit financiero superior a los 50.000 millones de pesos, mientras la gobernadora deja la Provincia con una deuda de 12.000 millones de dólares donde más del 80 por ciento es en moneda extranjera y una buena parte también bajo ley extranjera. El perfil de vencimientos que deja es muy complicado. Ya en enero hay un vencimiento de más de 50 millones de dólares, lo que pone mucha presión a las finanzas públicas. Y desde el punto de vista productivo, la provincia se encuentra completamente paralizada, con pymes en situación crítica, con 140 empresas que cierran por mes desde que asumió Vidal. Esta realidad atraviesa tanto a los sectores industriales como así también a los pequeños productores agropecuarios, que se ven muy complicados por la dolarización de las tarifas y de los insumos. Desde el punto de vista social, estamos con indicadores de pobreza del 40 por ciento en el Conurbano, tasa de desempleo promedio del 12 por ciento, con municipios en donde es todavía más alta y situaciones de emergencia alimentaria. Es un combo muy preocupante que va a haber que enfrentar con las herramientas disponibles, sabiendo que vamos a tener muchas restricciones. Con este diagnóstico tenemos que atender las prioridades que tienen que ver con la salud, la educación y el trabajo.

"La Provincia se encuentra completamente paralizada, con pymes en situación crítica, con 140 empresas que cierran por mes desde que asumió Vidal".

¿Cuáles son las medidas más urgentes?  

-Hay algunas herramientas que tiene la Provincia que pueden contribuir a un impulso al comercio y a la producción, que tiene que ver con una visión integral de las cadenas de valor. Hay que tratar de facilitar la relación entre los diferentes rubros y actividades de las provincias sabiendo también que gran parte del partido se juega con la política económica nacional. Nosotros confiamos mucho en el equipo que Alberto Fernández disponga para una buena coordinación en los distintos niveles de gobierno.

¿Vidal no podría haber desacoplado la suerte de la Provincia de la crisis macrista?

-Desacoplar es una palabra fuerte. Podría haber atenuado el impacto de las políticas de ajuste del macrismo en la provincia. Eso sí lo podrá haber hecho tranquilamente. Por ejemplo, poniendo al Banco Provincia al servicio de la producción y de las familias; dándole mayor jerarquía al Ministerio de Producción. Un detalle simbólico pero relevante, es que el Ministerio de Producción estuvo siete meses sin ministro. Eso habla a las claras de las prioridades en cuestiones productivas y de atender a las urgencias de empresas y productores ante una política nacional de apertura y pérdida de poder adquisitivo, tasas de interés exorbitantes y tarifazos. Vidal no hizo nada.

¿Hay que reestructurar la deuda?

-Estamos analizando cual es la composición de la deuda, pero entendemos que la Provincia tiene que trabajar junto con Nación; o sea no puede la Provincia por su cuenta llegar a un esquema de reestructuración de deuda que no esté en línea con lo que haga Nación. Vamos a tener que trabajar de manera conjunta o, al menos, consistente.

"No puede la Provincia por su cuenta llegar a un esquema de reestructuración de deuda que no esté en línea con lo que haga Nación".

¿Le queda espalda al BAPRO para financiar la producción?

-La situación del banco provincia es muy comprometida. Sabemos que va a tener muchas restricciones para volver a ser un banco que se alinee con una estrategia productivas.  Pero nuestra prioridad es lo más rápido posible colocar al BAPRO como un instrumento para de desarrollo productivo.