En los últimos días, Sergio Berni volvió a criticar al Gobierno nacional y a tomar distancia de las políticas de Alberto Fernández. Esta vez, los cuestionamientos fueron a la postura adoptada por el Ejecutivo respecto del conflicto mapuche en el sur del país y a la carta escrita por Alberto Fernández en la que aseguró que “no es función de la Nación" reforzar la seguridad en la región.

Tras la misiva que el jefe de Estado envió a la gobernadora de Río Negro, el ministro de Seguridad bonaerense aseguró que "el conflicto mapuche es terrorismo y el Gobierno nacional debe enviar tropas". 

Tras varios cruces con Nación, Berni confirmó que decidirá si sigue o no en el Frente de Todos tras elecciones “en un plenario de su espacio”. Sin embargo, aseguró sentirse "muy cómodo" en su rol frente a la cartera de Seguridad de la provincia y elogió al gobernador Axel Kicillof.

“Son dos cosas distintas. Una cosa es la responsabilidad institucional que tengo, que me ha dado el gobernador y que llevo adelante con mucho compromiso, responsabilidad y pasión; y otra cosa son las cuestiones políticas en las cuales tenemos no diferencias de opinión sino metodológicas y en el próximo plenario de nuestra agrupación definiremos cuál será nuestro futuro”, sostuvo en declaraciones a radio Futurock.

"Siento que hay un gobernador que por primera vez empieza a generar los cambios estructurales para una enfermedad endémica, como es la seguridad en la provincia de Buenos Aires, que tiene cuestiones estructurales que nadie quería afrontar porque tienen un costo económico y político. Pero sin embargo las llevamos a cabo. Me siento muy cómodo trabajando en esas situaciones”, detalló. 

Respecto del Frente de Todos, remarcó que la coalición está "atravesando una situación complicada desde el punto de vista político y así como decía que estamos muy cómodos en nuestro trabajo en la provincia de Buenos Aires, no sentimos esa comodidad a la hora de discutir política dentro de nuestro espacio”.

En ese sentido, Berni sostuvo que una de las cuestiones que "le ha hecho mal" al Frente de Todos "es la situación de muchos dirigentes que siempre están a medias y que nunca se juegan”, aunque evitó dar nombres. 

Respecto a su decisión tras las elecciones generales de noviembre, aseguró: “Tomaremos la definición que tengamos que tomar. Así como tenemos todas las diferencias, también tenemos una responsabilidad política que es trabajar para recuperar el resultado adverso en la provincia de Buenos Aires”.

El ministro no adelantó qué definición tomará y dejó todas las alternativas sobre la mesa. “Esta no es una cuestión de convencer, es una discusión política profunda. No tengo un problema personal con nadie de nuestro espacio, pero sí con la metodología utilizada en esta última etapa electoral”, concluyó.