El gobierno de la provincia de Buenos Aires determinó que aquellos bonaerenses que regresen al país desde el exterior deberán hacer un aislamiento obligatorio durante cuatro días en un hotel, con costo a cargo de la persona, y, luego, completar los siete días en su domicilio.

“Estamos trabajando con equipos legales y técnicos en una normativa que implica que toda aquella persona que ingrese del exterior debe aislarse cuatro días en hoteles que vamos a poner disposición y después completar el aislamiento total de siete días en su domicilio”, explicó el jefe de Gabinete, Carlos Bianco.

Se estima que de las 600 personas que pueden ingresar al país por día, a través del aeropuerto de Ezeiza, alrededor de 270 serían de la provincia de Buenos Aires. Por ello y ante el avance de la variante Delta en el mundo, 120% más contagiosa que la cepa original de Wuhan,  la administración de Axel Kicillof decidió reforzar los controles vigentes. 

El gobernador bonaerense remarcó la necesidad de “retrasar” lo más posible el ingreso de la variante Delta de coronavirus al país, para que “el esfuerzo” que se está haciendo “no vuele por los aires”.

“Se trata de una cuestión solidaria. Son medidas de cuidado y prevención”, dijo Kicillof al defender el aumento de los controles y rechazó los cuestionamientos de “los que militan los contagios y la falta de cuidado, y luego se rasgan las vestiduras”. 

Por otro lado, el viceministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak advirtió que el 33% de los bonaerenses que regresaron al país en las últimas semanas “no cumplieron con el aislamiento obligatorio”. 

“Comenzamos en las últimas semanas a hacer el seguimiento en el territorio de los bonaerenses que ingresaron del exterior y fuimos a buscar esas personas a su domicilio. De 314 casos, 104 estaban ausentes”, agregó Bianco. 

Por este motivo, el jefe de Gabinete explicó que “en caso de incumplimientos vamos a estar aplicando una multa en el marco de nuestro decreto 1, que tiene montos de hasta 4,3 millones de pesos”.