La paritaria con los gremios docentes en la provincia de Buenos Aires comenzó difícil. Desde un principio, las exigencias de los docentes- que consideran que el año pasado sus salarios perdieron valor adquisitivo con el avance de la inflación- fueron el doble de lo que la Provincia ofertó 35% de los gremios y 18% de la gestión de María Eugenia Vidal. A tres semanas de la fecha pautada para el inicio de clases, hay más dudas que certezas en la negociación y el comienzo del ciclo lectivo no está garantizado.

Los sindicatos que representan a los docentes bonaerenses ya preparan un plan de lucha al notar la firmeza de la Provincia en mantener la oferta inicial y que va en concordancia con lo que se arregló con los estatales a fines del año pasado.

Tras el rechazo a la oferta del 18% en cuatro pagos, los docentes realizan asambleas y reuniones de delegados convocados por Suteba y la Feb en una semana en que los educadores comienzan a asistir a las aulas a tomar exámen y a planear el año lectivo.

Desde diciembre que los gremios advierten que en caso de no llegar a un acuerdo, las clases podrían no iniciarse. Ese escenario no es el deseado por ninguno de los sectores, ni mucho menos por los padres de los estudiantes.

Por lo pronto, esta semana no habrá ninguna convocatoria, por lo que las negociaciones están congeladas, algo que trae preocupación a los gremios y las familias comienzan a mirar el desarrollo de las paritarias.

Que las clases no comiencen significaría un revés para el oficialismo, que deberá mantener el clima calmo en un año electoral. Si aumenta a los docentes, los estatales pondrán el grito en el cielo, ya que ellos arreglaron una cifra anual. En cambio si no hay aumento, peligra el inicio de clases. 

El año comenzó problemático con los gremios docentes y resta esperar cómo continúan ambas partes la negociación. Por ahora, el panorama no es alentador.