El 2019 no será sólo un año de disputas políticas e ingeniería electoral. La bola de nieve en que se transformó el creciente endeudamiento en dólares y euros de la gestión de María Eugenia Vidal comenzará a sentirse en tan sólo dos semanas. El primer vencimiento será el 20 de enero y corresponde al bono en euros “a 15 años”, que enorgullecía al recién llegado gobierno de Cambiemos años atrás.

En el año, la Provincia deberá pagar sólo en conceptos de intereses por la deuda contraída entre 2016 y 2017, unos 256 millones de euros y $1.624 millones de dólares. En pesos, se estima que la cifra que deberá pagar la Provincia en devolver una pequeña parte de lo prestado por organismos multilaterales de crédito sea de $80.000 millones. Es decir, más del total Presupuestado para gastar en Salud ($51 mil millones) y Desarrollo Social ($23 mil millones) para los 16 millones de bonaerenses en el año electoral.

Los pagos de este año están muy por encima de los de 2018, cuando para terminar el año en paz, Vidal debió dar un manotazo de ahogado y tomar $ 28.400 millones del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la ANSES. 

En paralelo, la Provincia deberá afrontar unos $25.000 millones para hacerse cargo del traspaso de los subsidios al transporte que determinó el Presidente Mauricio Macri. La medida, que generará rispideces principalmente con alcaldes del interior exigirá desembolsar unos $23.000 millones para subsidiar las líneas de colectivos interurbanas del Conurbano y otros $2000 millones para subsidios de líneas locales de 23 municipios del interior.

Con estos montos, la Provincia cubrirá sólo una parte del valor del boleto (los mismos montos que Nación pagó en 2018, sin contar la inflación), y serán los intendentes o los vecinos bonaerenses los que deberán afrontar los aumentos que regirán entre enero y marzo.

A partir de la mitad de este mes se aplicará un alza del 15,4% sobre el boleto a los usuarios, mientras que a mitad de febrero se aplicará una suba del 9,1% y un porcentaje igual en marzo.