El amargo sabor de la derrota que reavivó la interna del peronismo
Apenas pasadas las 19 horas, Fuerza Patria vaticinaba una victoria en la provincia de Buenos Aires. Con el transcurrir de unos pocos minutos, los pronósticos cambiaron radicalmente. La sorpresa y la incredulidad inundaron el aire del búnker en La Plata, y los dardos cruzados no tardaron en aparecer.
El búnker de Fuerza Patria en La Plata fue en el hotel Grand Brizzo, el mismo que habían elegido para el 7 de septiembre. También armaron un escenario gigante sobre calle 51, frente al Teatro Argentino, al igual que el mes pasado. A partir de las 17 horas había militancia en el lugar, como había sucedido en las elecciones bonaerenses. De todas maneras, a pesar de las evidentes similitudes, desde temprano el clima que se respiraba en el lugar era distinto. No se sentía la misma algarabía.
A las 19.30 aparecieron los primeros voceros de FP en la sala de conferencias y pronosticaron un buen resultado en la provincia de Buenos Aires. Minutos después, incluso antes de que se conocieran los resultados oficiales, el peronismo se daría cuenta que se había adelantado.
“La provincia de Buenos Aires volvió a reafirmar que tiene que haber un rechazo al gobierno de Milei y los primeros resultados que estamos teniendo en los 135 distritos nos dan una expectativas muy importante”, aseguró el diputado nacional Carlos Castagneto frente a la prensa acreditada en el búnker de Fuerza Patria. Junto al él, estaba la jefa de asesores de la provincia de Buenos Aires, Cristina Álvarez Rodríguez, y el legislador provincial Alexis Guerrera, quienes también vaticinaron “buenos números” y “buenos resultados”.
Apenas media hora después, los datos que empezaron a llegar de diferentes distritos del interior de la provincia pintaban un cuadro muy distinto. Los voceros no volvieron a aparecer en la sala de conferencias aunque inicialmente, estaba pautado que diferentes dirigentes del peronismo hablatan en tres oportunidades distintas antes de las 21 horas. Sólo lo hicieron una.
Sorpresivamente, una hora después de que Álvarez Rodríguez, Guerrera y Castagneto auguraran buenos resultados en tierras bonaerenses, Juan Grabois apareció en la sala de prensa. Su presencia no estaba pautada y no había sido designado como uno de los voceros. Sin embargo, el dirigente social y candidato a diputado nacional (ahora diputado electo), habló con los periodistas y dejó entrever que los augurios habían cambiado: no habló de “buenos resultados”, en cambio deslizó que “una victoria por un punto, es una victoria”.
Los números que llegaban desde varios distritos reflejaban un escenario muy parejo y nadie se animaba a decir todavía que habían perdido la provincia hasta que finalmente un dirigente del Frente Renovador lo confirmó. “Perdemos por un punto”, admitió minutos antes de que Guillermo Francos anunciara los datos oficiales. El recuento provisorio confirmó su pronóstico y la incredulidad se apoderó de la mayoría de los dirigentes de Fuerza Patria.
Es que la semana antes de las elecciones, el peronismo reconocía que la diferencia con La Libertad Avanza se iba a achicar con respecto a los 13 puntos de ventaja que habían logrado en septiembre. Pero nunca se esperaron que los libertarios, que llevaban en la boleta a un diputado nacional que había renunciado a su candidatura por vínculos narco, iban a dar vuelta la elección.
Fuerza Patria perdió casi 400.000 votos en la provincia de Buenos Aires, desde los comicios provinciales a ayer. En tanto, La Libertad Avanza ganó 700.000. Ahora sí, la provincia se pintó de violeta.
ESTALLÓ LA INTERNA
Lejos de cerrar filas y hacer un análisis autocrítico de los resultados, el golpazo reavivó la interna del peronismo. Por mil. Apenas se publicaron los datos oficiales, Mayra Mendoza publicó un mensaje en sus redes sociales con un dardo directo al kicillofismo. “Cristina tenía razón”, lanzó la intendenta de Quilmes para cuestionar el desdoblamiento de la elección que implementó el Gobernador bonaerense.
Más tarde, antes de subir al palco de intendentes y dirigentes de Fuerza Patria, la jefa comunal admitió a la prensa que efectivamente se refería al desdoblamiento “y a todo, porque Cristina siempre tuvo y tiene razón”.
Por su parte, desde el riñon del Gobernador salieron a responder y defendieron las elecciones separadas. “Si no hubiéramos desdoblado, perdíamos todo”, sostuvo un dirigente de peso de Movimiento Derecho al Futuro. “Este resultado demuestra que teníamos razón. Había que desdoblar, sino hubiéramos arriesgado los concejos y la Legislatura”, insistió en conversación con Diagonales.
Pero el desdoblamiento no fue el único punto de quiebre. La derrota electoral hizo que muchos pusieran el foco sobre los intendentes y desde el interior de Fuerza Patria surgieron cuestionamientos sobre la poca movilización de los jefes comunales para esta campaña.
Es que en septiembre, los mandatarios locales ponían sus concejos en juego y muchos incluso fueron candidatos. En cambio, en esta oportunidad, los intendentes habían quedado afuera de la lista del peronismo y los pases de factura no tardaron en llegar.
Ayer mismo, después de la derrota, el jefe comunal de Ezeiza, Gastón Granados, encabezó un acto en su distrito y lanzó un mensaje a la dirigencia nacional del peronismo: “Tienen que entender que los intendentes somos los que tenemos los votos”.
Esa misma noche, arriba del escenario de Fuerza Patria en La Plata, el gobernador Axel Kicillof agradecía a los jefes comunales por el “esfuerzo en la campaña”. Inmediatamente todos los dirigentes que lo acompañaban comenzaron a aplaudir, excepto uno: Máximo Kirchner. El dirigente de La Cámpora no solo no celebró a los intendentes, sino que cuando el Gobernador habló del esfuerzo de los mandatarios locales, detrás de él Kichner hizo un gesto de reprobación que fue captado por las cámaras.
Otro eje de disputa fue el alejamiento de Fernando Gray, quien a diferencia de las elecciones provinciales, en estos comicios armó su propia lista para competir por fuera de Fuerza Patria.
La Libertad Avanza le ganó al peronismo por 46.600 votos en PBA. En ese escenario, los votos del intendente de Esteban Echeverría podrían haber cambiado la ecuación, dado que su lista Unión Federal obtuvo un total de 78.125 votos.
“Con los votos de Gray ganábamos, pero lo cagaron y fue por afuera. Ahí hay que hacer una autocrítica. Un compañero que fue con nosotros en septiembre, ahora en octubre, un mes después fue por afuera. ¿Por qué pasó eso? Bueno, eso es algo de lo que vamos a tener que discutir”, exclamó un dirigente kicillofista en diálogo con este medio. Así, desde el entorno del Gobernador resposabilizaron directamente a La Cámpora.
A su vez, el mismo referente relativizó el peso de los intendentes en una elección nacional y su participación flaca en la campaña. “No te mueven tanto la aguja en estos casos”, lanzó y generó nuevas rispideces.
ASÍ TODO, NO ADMITIERON LA DERROTA
El escenario gigante de Fuerza Patria estaba armado sobre calle 51, en pleno centro platense, preparado para una celebración que no fue. Cerca de las cinco de la tarde, antes de que terminaran oficialmente los comicios, ya había militancia de los diferentes sectores del peronismo.
Con el pasar de los minutos y las horas, cada vez fue llegando más gente con banderas de cada espacio. Desde el Teatro Argentino, el kirchnerismo colgó una bandera gigante de Cristina Fernández de Kirchner. El Frente Renovador también tuvo su propia columna, que desplegó una bandera celeste y blanca gigante con el nombre de Sergio Massa en la calle.
El humo del chorripan invadía la calle, las imágenes de Evita y Perón se multiplicaban en pancartas y remeras, y los parlantes reproducían la marcha peronista, el himno argentino y cumbias varias. Sin embargo, con el transcurrir de las horas, ningún dirigente salía al escenario.
Después de las 21 horas, cuando Guillermo Francos comunicó los resultados oficiales y el escrutiño confirmaba lo impensable, que el peronismo había perdido la provincia que un mes atrás había ganado por 13 puntos, desde la organización confirmaron que hablaría el gobernador Axel Kicillof, acompañado por candidatos y representantes de todos los sectores.
Mientras hablaba Javier Milei desde su búnker en la ciudad de Buenos Aires, la noche en La Plata no podía ser peor. La temperatura había bajado, soplaba viento, había comenzado a lloviznar y la militancia seguía esperando. Sin embargo, el escenario continuaba vacío. El peronismo especulaba con que, quizás, con el transcurrir de las horas y con más datos cargados, la diferencia se achicara; pero la tendencia era irreversible. Habían perdido.
Resignados, recién a las 11 de la noche, los dirigentes de Fuerza Patria subieron al escenario. Axel Kicillof fue el único orador, pero estuvo acompañado por Verónica Magario, Sergio Massa, Máximo Kichner, y los candidatos Jorge Taiana, Jimena López y Juan Grabois. También estuvo Sergio Palazzo, Vanesa Siley, Alexis Guerrara y el intendente Julio Alak.
Cuidado en sus palabras, el Gobernador nunca menció la palabra derrota. En cambio, optó por hablar de “un resultado ajustado” y le dejó un mensaje a la militancia: “el peronismo bonaerense y el Gobierno de la provincia de Buenos Aires van a redoblar los esfuerzos para cuidar de nuestro pueblo”.
“Ni miedo, ni tristeza ni resignación: más trabajo, organización y fuerza”, sentenció.
Lo cierto es que el kicillofismo quiso minimizar el batacazo. Tal es así que un referente del MDF consideró que el resultado era un “empate”. “Hace 20 años que el peronismo no ganaba una elección legislativa en la provincia hasta el 7 de septiembre y ahora empatamos”, señaló a Diagonales con intención de suavizar el golpe recibido.
De todas maneras, aunque no lo quiera admitir públicamente, todo el peronismo sabe que perdió y que ahora enfrenta un desafío en una situación más desfavorable a la esperada: resolver las internas, formar alianzas y construir una alternativa de cara a 2027.