Las PASO de anoche dejaron un escenario preocupante para el Frente de Todos, en especial en territorio bonaerense. De cara a lo que pueda ocurrir en noviembre, el gobernador Axel Kicillof enfrenta ahora a un electorado provincial sublevado y que pone en peligro el control de la Legislatura.

Es que la foto de la “provincia amarilla” ahora suma nuevas preocupaciones a una gestión de Kicillof que ya de por sí no cuenta con quórum propio en Diputados y es minoría en Senadores. Cabe recordar que en cuatro de las ocho secciones electorales se renuevan senadores (Primera, Cuarta, Quinta y Séptima) y en las restantes cuatro se eligen diputados (Segunda, Tercera, Sexta y Octava).

En ese sentido, el clima fue adverso en todas las regiones de la provincia, salvo un núcleo duro de la Tercera Sección (que incluye partidos como Lomas de Zamora, Berazategui, Avellaneda, Florencio Varela) ya constituida como bastión peronista.

No obstante, incluso en la zona norte del conurbano se impuso el macrismo con un notable aporte del intendente de San Isidro, Gustavo Posse. En la Primera Sección, la coalición opositora ganó distritos como Morón, Hurlingham, San Martín, Ituzaingó y Tigre, zonas clave del AMBA en términos de caudal de electores.

En el interior de la Provincia, el triunfo amarillo es estridente en todo el mapa bonaerense, salvo por las dispersas “manchas” azules de Monte Hermoso, General Villegas y Pila. En tanto, Juntos marcó tendencia en las ciudades donde gobierna el sello macrista y que, a su vez, representan cabeceras de sección. Distritos como San Nicolás, Junín, Mar del Plata, Bahía Blanca, Olavarría y La Plata (esta última es en sí misma la Octava Sección) fueron evidencia de esta tendencia.

En la Sexta Sección, el radicalismo impulsado por Facundo  Manes no solo le ganó al Frente de Todos sino que se quedó con la interna opositora en esa región. Cabe destacar que la sexta renovará 11 legisladores en noviembre, en caso de replicarse estos números, la oposición tendrá al menos 6 bancas aseguradas.

Caso similar fue se dio en la Quinta Sección, donde el macrismo se impuso por más de 20 puntos, con el 50,35% de votos opositores, contra un 29,34% del Frente de Todos. En esta región, se disputan 5 bancas a senadores en la Legislatura bonaerense.

Los números son apremiantes para el oficialismo y, en especial, para Axel Kicillof que ahora vislumbra una tendencia de votos que no solo no le permitiría ganar terreno en el armado parlamentario bonaerense, sino que incluso la coalición amarilla estaría dispuesta a “devorarle” más bancas. En caso de repetirse en noviembre el escenario de anoche, al Gobernador le esperarían dos años de suma complicación para hacer valer la gobernabilidad.