El gobierno nacional sumó otra muy mala semana en su saldo político. Mientras que en el frente cambiario el Gobierno tomó aire por los 2.000 millones de dólares de un nuevo socorro del Fondo Monetario Internacional (FMI), no pudo contener la oleada opositora en el Congreso que le asestó 12 golpes durísimos.   

En paralelo, selló acuerdos electorales con gobernadores de cinco provincias. Dos fueron con sus aliados del PRO, en otro capítulo de rendición incondicional: Jorge Macri (CABA) y Rogelio Frigerio (Entre Ríos). También se selló un pacto de “no agresión” con Claudio Poggi (San Luis), y en los dos casos restantes el acuerdo se dio con sus interlocutores predilectos del radicalismo “libertario”: Leandro Zdero (Chaco) y Alfredo Cornejo (Mendoza).

Pero mientras comienza a tomar forma la elección nacional de octubre que definirá que tan alcanzables son los planes del oficialismo para lograr una reforma laboral y una impositiva, hoy por hoy, el escollo principal del Gobierno es la elección de la provincia de Buenos Aires.

Los sondeos de los últimos días dan cuenta de una elección pareja y polarizada en el principal distrito nacional de cara a la contienda del 7 de septiembre.

Encuestadores más cercanos al Gobierno como Giacobbe & Asociados le dan dos puntos arriba al armado “libertario” (40,9% contra el 38,9% de Fuerza Patria), guarismo que ya entra en el margen de error. Otras encuestadoras como ARESCO y Poliarquía repiten ese sendero de paridad.

Otras agencias directamente recabaron números negativos para las aspiraciones de los hermanos Milei. Desde Analogías sostienen que “hoy por hoy, nosotros tenemos 36,9 por ciento FP frente a 32,3 por ciento de LLA, o sea una ventaja de 4,6 puntos a favor del peronismo”.  Por su parte, Proyección Consultores arroja la victoria del peronismo con el 38,1% contra el 37,3% para los “libertarios”.

En el Gobierno pierden el optimismo para ganar la  Provincia de Buenos Aires

Un exaliado de LLA en la Provincia de Buenos Aires con mucho peso territorial resumió la suerte que le depara al gobierno nacional en la PBA. “La Libertad Avanza pierde la Séptima, pierde la Segunda, pierde la Cuarta, pierde la Tercera y pierde la Octava, seguro”, vaticinó el referente de San Miguel Joaquín De La Torre a la periodista Romina Manguel.

En la Casa Rosada hay datos que preocupan, y que les indican que sobrevuelan fuertes probabilidades de derrota en manos del peronismo.

1)   Una posible baja participación, como viene sucediendo en la mayoría de los distritos provinciales, atentaría contra los planes del gobierno de vencer a las estructuras de los intendentes, que en su mayoría son peronistas y que pueden inclinar las votaciones en su favor, frente al desconocimiento generalizado de los comicios que serán en cuatro semanas.

2)  Los principales candidatos de LLA para la Legislatura bonaerense son casi desconocidos, salvo excepciones como las de los intendentes Diego Valenzuela (Tres de Febrero) y Guillermo Montenegro (General Pueyrredón). Desde el propio Gobierno dan por descontada una fuerte derrota del excomisario Maximiliano Bondarenko en la Tercera Sección frente a la vicegobernadora Verónica Magario, con una distancia de 15 puntos entre ambos, que haría que el armado “libertario” debiera imponerse con holgura en las siete secciones restantes.

3)   Con la fuerte incidencia de las estructuras territoriales no está claro si el Gobierno logrará nacionalizar la elección de PBA, como sí pasó en la Ciudad de Buenos Aires. Esto eclipsaría la referencia de Javier Milei y un eventual escrutinio sobre su gestión y su imagen, lo que dificultaría las posibilidades de triunfo.

4)   Si esto no llegara a suceder, y Milei se posicionara en el centro de las evaluaciones del electorado, también pesan las “formas”, es decir, el discurso agresivo del Presidente, que le valió un fuerte rechazo de dos de cada tres argentinos, según indicó Analogías. Esto hizo que el mandatario debiera decir que dejaría de lado sus expresiones de odio durante la campaña.

5)   A esto se le suma una nueva valoración que se impone sobre el Presidente: su forma “cruel” de gestionar el poder y direccionar las políticas de Estado en perjuicio de los sectores más vulnerables. “Mi tarea no es parecer bueno, es hacer el bien, aunque me digan cruel”, fue el descargo de Milei en su errática cadena nacional del viernes por la noche “pro déficit cero”, donde estaba rodeado por su equipo económico, todos con pasado en el JP Morgan. Otros funcionarios, incluida Sandra Pettovello que casi no se posiciona en público, tuvieron que salir a defenderlo de esta acusación.

En el Gobierno pierden el optimismo para ganar la  Provincia de Buenos Aires

Con todo esto bajo el espejo retrovisor, Milei desembarcó por cinco minutos en La Matanza, principal distrito del Conurbano opositor al Gobierno. No pudo obviar el peso electoral del distrito de la Tercera Sección que gobierno Fernando Espinoza: allí cada punto equivale a 10.000 votos, un botín imposible de ignorar para cualquier político. El Presidente se sacó la polémica foto con sus aliados para la elección bonaerense en la que sostenían la bandera con el lema “Kirchnerismo Nunca Más”.

A pesar de tener como un eje discursivo a su alcance la cuestión de la inseguridad, prefirieron utilizar el mismo arsenal discursivo que sus exsocios amarillos, ahora, literalmente con el buzo violeta.

“El republicanismo era solo una característica del PRO, pero lo que definia su esencia es el antikirchnerismo. Y ese lugar lo ocupa Milei”, aseguró a Diagonales Alejandro Finnochiaro, el matancero que aspira a renovar su banca de diputados por PBA ya en el escuadrón “libertario”.

Milei se sacó la foto lo más rápido que pudo para evitar los reclamos de los vecinos. Esos vecinos que comienzan a enojarse aún más con el Gobierno porque, tras la corrida cambiaria de la semana pasada, ven que los precios de los alimentos (carnes, verduras y frutas) y bebidas, es decir, el consumo popular aumentaron un 2 por ciento en la primera semana de agosto, de acuerdo con la consultora Icg.

Demasiados flancos abiertos para pensar en una victoria en la provincia más grande del país, y para transmitirle tranquilidad a los mercados y al FMI.