El jolgorio tras la contundente victoria del 12 de septiembre no terminó de suturar las heridas que la definición de las candidaturas bonaerenses dejó en Juntos. Debajo de la curita electoral de las PASO, la discusión de fondo sigue abierta y ya empieza a supurar. Con dos años todavía por delante, la candidatura a Gobernador bonaerense es el punto más conflictivo y menos saldado de la coalición opositora, y los jugadores vuelven a mover sus fichas luego del impasse entre la presentación de listas y el triunfo en las primarias.

El que se subió con fuerza en las últimas horas al partido por el sillón de Dardo Rocha fue el Intendente platense, Julio Garro. Miembro fundador del Grupo Dorrego, espacio que nuclea a jefes comunales bonaerenses de Juntos, Garro había deslizado alguna que otra vez que una eventual candidatura podría figurar en su horizonte, pero esta semana no dejó lugar a especulaciones. “Voy a empezar mi construcción en la provincia de Buenos Aires después de esta elección. Si esa construcción te pone en un lugar expectante en 2023, la vamos a pelear” afirmó en una entrevista con 221Radio, sumándose sin medias tintas a la ya larga lista de Intendentes y referentes de Juntos que se anotaron para el puesto desde que María Eugenia Vidal dejara vacante el liderazgo bonaerense, tras la aplastante derrota a manos de Kicillof, y le diera luz verde a todo el que quisiera construirse como su sucesor.

“El municipio de la plata fue el que más votos le aportó a la lista de Diego Santilli y eso nos enorgullece” sacó chapa Garro, marcando la cancha en una discusión por el peso propio de cada dirigente que inevitablemente cobrará espesor a medida que se acerque el momento de definir quién encabezará el intento de Juntos por recuperar la provincia. Pero hay un elemento que condiciona sus movimientos, así como también los de otros jefes comunales anotados en la disputa, y es que tras dos mandatos no tendrán posibilidad de reelección a menos que se modifique la Ley 14.836 que impulsaron Vidal y Massa en 2016. “Hay una ley que impide a los intendentes renovar. A mí me gustaría poder cumplir todos los objetivos. Mi voluntad es respetar la ley de 8 años. Si se modifica la ley, yo sinceramente voy a escuchar mucho a la gente” dijo Garro, dejando también abierta la puerta platense, por las dudas.

Lo cierto es que difícilmente aquella Ley vaya a modificarse. Sergio Massa lo dejó muy claro este miércoles en un encuentro con jóvenes profesionales y estudiantes que se desarrolló en el Salón de los Pasos Perdidos, donde afirmó que “no hay acuerdo político, acuerdo electoral, no hay ninguna situación que me vaya a hacer cambiar de opinión respecto de que los intendentes tienen que cumplir dos mandatos y a otra cosa”. Con este panorama, la discusión por la sucesión de Vidal, mudada definitivamente al otro lado de la General Paz, cobra otra magnitud para los Intendentes. Se trata de si en dos años subirán un peldaño en su carrera y su proyección política, o deberán reacomodarse posiblemente en la Legislatura bonaerense o quizás el Congreso Nacional. No hay lugar para todos y, como si ellos fueran pocos, se suman aspirantes porteños y ex funcionarios, augurando una interna caliente.

LA LISTA

Hay al menos ocho postulantes que, con mayor o menos intensidad y explicitud, mostraron sus intenciones de encabezar la disputa con el peronismo en 2023. Quizás el más preponderante hoy por hoy sea el flamante triunfador de las PASO, el “Colo” Santilli. Concentrado en la campaña, enfocado en su agenda centrada en la educación, la seguridad y la cuestión impositiva, Santilli no habla más allá del 14-N porque sabe que el resultado de las generales será su principal activo a la hora de la rosca interna. Resistido inicialmente por casi todos los otros aspirantes de la lista cuando Larreta lo impulsó como su candidato para estas legislativas, el “Colo” pagó en las urnas y sabe que será difícil discutirle una eventual candidatura si reafirma en noviembre lo conseguido en las PASO.

Con Larreta fortalecido en la interna del espacio y apuntalándose como candidato presidencial, Santilli tendrá espalda para soportar embates en su contra y será difícil bajarlo. Antes de que se confirmara su lugar encabezando la lista del PRO bonaerense, Santilli respondió ante una consulta sobre si le gustaría ser Gobernador “a mí siempre me motiva, es una provincia que amo y en la cual me crie de chico”. Aunque en otras latitudes de la coalición se aferren a que las candidaturas 2021 no definen las de 2023, el proyecto de Larreta parece tener al “Colo” como número puesto para la provincia.

Justamente quién más se opuso a la candidatura de Santilli es quien hoy muestra una cercanía con el candidato que pocos hubieran presagiado luego de las tensiones que surgieron entre ambos. Se trata de Jorge Macri, Intendente de Vicente López quien tampoco tiene reelección en el 2023 y hace tiempo viene trabajando por su candidatura a Gobernador. En su entorno afirman que es un candidato natural, que hace tiempo lo viene planteando y que su ambición va en serio, pero que mientras otros se apresuran en lanzar candidaturas el primo del ex presidente hoy está bancando Santilli.

Jorge Macri es uno de los principales referentes del Grupo Dorrego, que hace años trabaja bajo la consigna de construir “una propuesta para la provincia desde la provincia”, y fue quién más enarboló las quejas porque la CABA impusiera su línea política en territorio bonaerense. Quien amortiguó esas críticas y funcionó como armador para saldar las diferencias y acercar las distancias entre la conducción porteña y la bonaerense del PRO, fue el Intendente de Lanús, Néstor Grindetti.

Grindetti tampoco tiene reelección en su distrito dentro de dos años, y cerca suyo afirman que tanto en on como en off el Lanusense nunca ocultó su ambición provincial. Para graficarlo recurren a anécdota que el Intendente suele repetir: “si en el 2007 me decían que iba a ser ocho años Ministro en la CABA y luego ocho años más Intendente de Lanús, hubiera respondido que estaban locos”. Entonces, el cierre tácito de la idea sería ¿por qué no una candidatura la provincia? Sin embargo en el entorno de Grindetti consideran que no es el momento para esa discusión, que queda muy lejos de los problemas urgentes que hoy por hoy tiene la gente.

A esa línea se suma otro integrante del Grupo Dorrego que tampoco puede reelegir en 2023 y también expresó sus deseos de ser Gobernador. Se trata de Diego Valenzuela, jefe comunal de Tres de Febrero, que en más de una oportunidad dejó en claro su perspectiva sobre la necesidad de que quien gobierne la provincia debe conocerla, y que él está para sumar en donde se lo necesite. Este viernes, en diálogo con Diagonales Radio, Valenzuela afirmó que en el 2023 se ve “siendo protagonista del equipo que busca recuperar la provincia de Buenos Aires y desde ahí ayudar a cambiar el país, en un frente que se ha ampliado y se ha enriquecido. Trabajando en producir una alternativa que no tiene que ser una cuestión de candidaturas, no me gusta que en un momento electoral se lancen candidaturas para el 2023, me parece que no corresponde”. Cerca suyo reafirman esta postura de Valenzuela de sumar al equipo, pero también resaltan que esperan un lugar de protagonismo y no niegan la ambición de una posible candidatura.

La que le puso un poco de pimienta al tema fue la ex gobernadora, María Eugenia Vidal, quien el jueves participó en Tigre de un plenario de su estructura política en el que dejó en claro quién es, para ella, su sucesor. “Quiero decirles que este equipo tiene un liderazgo en la provincia, con alguien que se lo ganó sobradamente, en quien confío con los ojos cerrados y es Cristian Ritondo” afirmó Vidal. El Diputado nacional y principal ladero bonaerense de la ex gobernadora ya expresó sus deseos, aunque también se mostró orgánico al espacio que integra: “Me gustaría ser candidato a gobernador. Trabajo en la provincia, milito en la provincia, y ojalá me toque encabezarla. Si no me toca, acompañaré al mejor candidato” afirmó en una entrevista a principios de año. La posibilidad queda un tanto opacada con el salto de Santilli, pero las palabras de Vidal abren la pregunta sobre una eventual fricción con Larreta y su proyecto que habrá que seguir a partir del año que viene.

A los cuatro Intendentes del Grupo Dorrego y los dos porteños migrados a la provincia hay que sumar otros dos jugadores, quizás con menos flashes pero no menos ambiciones. El primero es el Intendente de San Isidro, Gustavo Posse, que no podrá ser reelecto en el 2023 y ya en 2015 empujó una candidatura de la que se terminó bajando para apoyar a Vidal. A fines del año pasado, Posse volvió a decir que le interesaba ser candidato al sillón de Rocha.

El segundo es el peronista no oficialista Emilio Monzó, quien cada vez que tiene la oportunidad se postula para el cargo. Un poco desdibujado al interior del espacio tras su cruce con Mauricio Macri luego de la derrota en 2019, Monzó se reacomodó y logró una candidatura a partir de la irrupción de Facundo Manes, y hoy sigue planteando la discusión por un equilibrio de poder al interior de Juntos que parece quedarle muy cuesta arriba luego del fortalecimiento del PRO tras las PASO. “Manes aportó los votos que hacían falta para ganar en la provincia” declaró el ex presidente de la Cámara de Diputados, dejando entrever que pondrá su peso propio en el lado de la balanza del radicalismo a la hora de discutir no sólo que lugar le corresponderá a cada espacio en una eventual victoria en noviembre, sino fundamentalmente de cara a 2023.

ESCENARIOS

En el entorno de uno de los Intendentes del Grupo Dorrego aportan dos saldos del proceso de las PASO que pueden servir de orientación para leer lo que se viene. “Lo que se acordó fue que Santilli era el candidato de esta elección, no de la de 2023. Él podrá ir, como cualquiera, y más si le va bien en noviembre, pero el acuerdo es que las candidaturas 2021 no condicionan las de 2023” afirman. Y complementan: “el espacio terminó de aceptar que las internas nos potencian como espacio político, es positivo que haya más de un candidato, no solo del PRO sino también de la Coalición Cívica, el Radicalismo, el peronismo”.

Con tantos pretendientes para un solo sillón, lo que está claro es que nadie tendrá el lugar asegurado este año, independientemente de cómo salgan las generales, y que será difícil llegar a una lista de unidad. En ese escenario, valen un par de preguntas.

Primero, si efectivamente todos los Intendentes que se postulan lo hacen con una intención real de disputar, o si se trata de una jugada en conjunto para condicionar las imposiciones del PRO porteño. No sería descabellado pensar que, luego de haber tenido que aceptar que Larreta les torciera el brazo con la candidatura de Santilli, los jefes comunales del Grupo Dorrego salgan a postularse al unísono para vender más caro cualquier acuerdo futuro con el posible candidato a Presidente y su alfil colorado en la provincia.

Segundo, si realmente los Intendentes se disputarán entre sí quién será “la propuesta para la provincia desde la provincia”, la paz firmada por Jorge Macri con Santilli y Larreta quizás pueda haber incluido un lugar de privilegio para el jefe comunal de Vicente López, en detrimento de sus colegas. “Jorge tiene todo para ir solo” le responden a Diagonales desde el entorno del Intendente ante la consulta por una posible fórmula conjunta con Santilli. Pregunta abierta.

Tercero, la asunción de una interna, hoy por hoy inevitable, abre el interrogante sobre cómo se reacomodarán las piezas por fuera del PRO. ¿Jugarán juntos Monzó y Posse? ¿Planteará alguna otra alternativa el radicalismo? Con demasiada agua por correr bajo el puente y una elección por disputar en menos de un mes, en la oposición ya se perfilan movimientos para los próximos dos años. El 14-N aportará elementos para terminar de definir en lugar en que quede parada la coalición opositora y ciertos pesos propios a su interior. Al día siguiente cada quién comenzará su recorrido provincial para ver hasta dónde le da.