Desde 2015 aumentó la cantidad de jubilaciones entre los empleados de la provincia de Buenos Aires un 44 por ciento. El año pasado 27 mil empleados públicos bonaerenses completaron sus trámites previsionales y pasaron a las filas del sector pasivo. La cifra total de empleados jubilados desde que asumió María Eugenia Vidal asciende a 48 mil personas, en paralelo la Gobernadora congeló el ingreso de personal a las estructuras de la Provincia.

Para este año se estima que 30 mil nuevos empleados provinciales, municipales, docentes y penitenciarios se sumarán a la estructura del Instituto de Previsión Social (IPS), según precisó El Día. Las cifras oficiales trascendieron mientras en la Provincia se discute el futuro del IPS que por pedido de Mauricio Macri se buscará “armonizar” con el sistema nacional de la Anses antes de 2019.

El incremento progresivo de la cantidad de jubilados es uno de los términos de una ecuación que para muchos supone un alto riesgo. Es que, además, desde mediados de 2016, Vidal mantiene congeladas las designaciones de personal tanto en la planta permanente como en la planta transitoria de la administración pública provincial, una medida que tomó con el argumento del estado de emergencia de las cuentas al momento de su llegada la Gobernación pero que se convirtió en una verdadera política de Estado.

La sustentabilidad del sistema previsional de la Provincia ya comenzó a ponerse en discusión en el último tramo de 2017, con el tratamiento del proyecto de reforma a la caja de jubilaciones del Banco Provincia y que, para muchos, fue una suerte de ensayo de la discusión por venir. La norma, que eleva la edad de jubilación y modifica el cálculo para los haberes de los pasivos del sector, fue impulsada por Vidal con los números sobre la mesa: el déficit de la Caja del Bapro había superado ya los 5 mil millones de pesos anuales.