Tras la fuerte polémica generada en los últimos días, Axel Kicillof decidió pronunciarse sobre el conflicto por las tomas de escuelas en Ciudad Autónoma de Buenos Aires y apuntó directo al jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta. El mandatario bonaerense fustigó el manejo que la gestión porteña hizo del conflicto, en especial por el amedrentamiento de la Policía Metropolitana a estudiantes y sus familiares.

“Los problemas educativos no se solucionan con patrulleros. Se hacen los guapos con pibes de 16 años, no con los poderosos. Nunca los vemos enfrentar a los sectores del poder”, manifestó Kicillof en declaraciones públicas, en alusión al accionar de la fuerza de seguridad al mando de Rodríguez Larreta.

De este modo, el Gobernador vuelve a cruzar la jurisdicción del AMBA para meterse de lleno en la gestión de la Capital Federal, comandada por uno de los principales referentes del PRO que ahora busca levantar el perfil de cara a una posible candidatura mayor en 2023.

Kicillof decidió profundizar sobre la polémica en torno a las tomas de colegios y apuntó contra la gestión de Cambiemos en CABA en materia educativa. “La Ciudad tiene dificultades en el sistema educativo, lo que se expresa a la falta de prioridad y de presupuesto que le dan, que fue la misma que le dieron acá en la provincia cuando gobernó María Eugenia Vidal y Mauricio Macri en Nación”, dijo en declaraciones a Radio 10.

Cabe recordar que son 11 los establecimientos educativos donde la comunidad estudiantil organizada permanece en protesta con vigilias desde hace varios días. El principal eje de reclamo gira en torno a las mentadas “viandas” del sistema alimentario escolar, de las que denuncian el mal estado de los alimentos, como también los presuntos sobreprecios por parte de las empresas involucradas en la distribución, que mantienen convenio con el gobierno de la Ciudad.

En ese marco, en los últimos días la polémica estalló cuando diversos operativos policiales comenzaron a recorrer los domicilios de los alumnos, donde los efectivos realizaron preguntas e interrogatorios a familiares. El accionar fue tomado como un acto de hostigamiento y persecución policial, con el fin de “criminalizar” la protesta estudiantil.