Axel Kicillof no paró desde la arrolladora victoria de Fuerza Patria el 7 de septiembre. El objetivo de consolidar ese gran triunfo el 26 de octubre se ve cada vez más cerca en el horizonte y la línea de no aflojar baja desde lo más alto de la Gobernación bonaerense hacia todos los sectores del peronismo provincial.

El gobernador traslada esa línea en sus permanentes actividades territoriales, un sello que personal de su gestión en la que ya visitó los 135 distritos bonaerenses, la gran mayoría de ellos más de una o dos veces. Durante la campaña hacia las elecciones provinciales esas recorridas fueron habituales y hacia las legislativas nacionales el ritmo no cambió. Sólo esta semana, Kicillof tuvo actividades en Luján, Marcos Paz, La Plata, Pilar, Merlo, Florencio Varela y Ensenada. Inauguración de obras en un club de barrio, una casa de la provincia, entrega de escrituras de viviendas, recorridas por fábricas, obras de pavimentación, fueron algunas de las temáticas con las que el gobernador sigue embanderándose en su gestión como forma de hacer campaña.

Kicillof entre la campaña, el laberinto de la Legislatura y una reunión hermética con CFK

En toda esa trama, un movimiento venía siendo reclamado por parte de Fuerza Patria. Tras más de 100 días desde la detención de CFK, Kicillof no había visitado a la ex presidenta y el clima de tensión entre ambos campamentos, matizado por el resultado de septiembre y la campaña hacia octubre, se recalentaba cada vez que ese tema resurgía. Finalmente, en la tarde del miércoles el gobernador y la líder del kirchnerismo concretaron el primer encuentro entre ambos desde el 10 de junio, última vez que se vieron las caras.

Sin embargo, y más allá de que los que se conoció de la reunión fue que se trató de “un buen encuentro”, en el que se conversaron temas de política internacional pero sobre todo la estrategia para ganar el 26 de octubre, lo cierto es que la escueta comunicación sobre el cruce entre ambos dirigentes dejó sabor a poco. Los equipos de las dos tropas difundieron un párrafo con cuestiones generales sobre lo que se conversó en San José 1111, y hubo una definición de no hacer un foto que los mostrara juntos.

Las razones del hermetismo y la poca comunicación quedan para el plano del análisis y las conjeturas. “No hay más información que la que se difundió, no sabría decir si esto aliviana un poco las cosas hacia adelante o no”, describe una importante fuente del cristinismo, que en la previa reclamaba enfática un gesto del gobernador hacia CFK, consultada por si el encuentro sirvió para limar o no las asperezas entre los dos dirigentes más importantes del peronismo en la actualidad. Con el Gobierno nacional cometiendo un error tras otro y hundiéndose solo, tal vez la prudencia y la comunicación de bajo perfil sea la mejor opción si no hay nada demasiado importante para comunicar.

Kicillof entre la campaña, el laberinto de la Legislatura y una reunión hermética con CFK

Las tensiones con el cristinismo no son el único obstáculo que viene sorteando el gobernador en los últimos tiempos. Desde el mes de mayo el Ejecutivo provincial intenta infructuosamente que la Legislatura apruebe la ley de endeudamiento para poder cubrir compromisos tomados por la gestión de Vidal. Este jueves hubo un nuevo capítulo fallido en esa novela.

La titular del Senado, Verónica Magario, convocó a una sesión con la intención de aprobar el endeudamiento, pero rápidamente distintos sectores de la oposición empezaron a plantear reparos. Magario se reunió con Christian Gribaudo, jefe de bancada del PRO, quien habría puesto sobre la mesa la posibilidad de los votos amarillos siempre y cuando el peronismo se mostrara unificado. Los bloques de la UCR, por su parte, adelantaron su negativa planteando que en paralelo debían votarse el Presupuesto, un fondo de libre disponibilidad para los municipios y los cargos para completar la Corte Suprema provincial.

De antemano, entonces, el peronismo sabía que lo más probable era que los votos no estuvieran. El bloque de UP cuenta con 21 senadores y los dos tercios necesarios para la aprobación del endeudamiento requieren 31 votos. Con los libertarios, las UCR y los senadores que responden al  intendente Montenegro en contra, no se llegaba al número. Efectivamente, el tema se pateó para adelante y volverá a discutirse, con suerte, la semana que viene y luego de nuevas negociaciones.

¿Por qué convocó el oficialismo entonces la sesión de este jueves? La pregunta se la hacen en el sector comandado por Máximo Kirchner, donde afirman que sus senadores estaban para sumar sus votos, algo que no ocurrió en discusiones anteriores planteadas por la Gobernación. Se escurre en ello un intento por mostrar cierta debilidad en el armado kicillofista para construir los consensos que necesita para la gobernabilidad de la provincia. En gestos pequeños y no tanto, como estas discusiones legislativas o las condiciones de un encuentro entre CFK y Kicillof, las diferencias internas se siguen expresando con el cuidado de alterar el rumbo de un campaña que parece encaminarse hacia el primer triunfo en unas legislativas nacionales en territorio bonaerense luego de 20 años.

Kicillof entre la campaña, el laberinto de la Legislatura y una reunión hermética con CFK

En paralelo a estos acontecimientos en la Legislatura, Kicillof estuvo este jueves en la CABA en una asamblea de la Federación Argentina de Municipios (FAM), entidad presidida por uno de su aliados más pesados en la PBA, el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza. “Las y los intendentes juegan un papel fundamental en este contexto tan complicado, en el que en todo el país se sufren las consecuencias de las políticas de un Gobierno nacional que no cree en el federalismo”, expresó Kicillof en un extenso discurso dirigido a jefes comunales de todo el país.

“Gracias al compromiso de todos los intendentes bonaerenses y un gran trabajo territorial y permanente, en la Provincia brindamos todos los instrumentos que están a nuestro alcance para sustituir la ausencia del Estado nacional”, resaltó el gobernador, y concluyó expresando que “vamos a sumar fuerzas para seguir por el mismo camino: el de las convicciones y el de la gestión para brindar respuestas en los 135 municipios”. La clave territorial y el vínculo con los jefes comunales es una de las mayores fortalezas en las que Kicillof se recostó para hacerse su lugar en la discusión del peronismo, y en la que se seguirá apoyando para ganar en octubre y llevar su proyecto a un plano nacional desde el 27 de octubre.

Kicillof entre la campaña, el laberinto de la Legislatura y una reunión hermética con CFK

Axel Kicillof sigue comandando la campaña bonaerense, impulsado por el gran resultado del 7 de septiembre y la posibilidad histórica de ganar unas elecciones legislativas nacionales en la PBA tras dos décadas de derrotas sucesivas. Sus planteos en torno al desdoblamiento electoral quedaron confirmados con la gran elección del peronismo en septiembre, y las dudas que desde otros sectores plantearon en cuanto a cuál sería su compromiso con la elección nacional se despejan semana a semana en el raid de actividades de campaña que encabeza. Quedan cuatro semanas para la hora de las urnas. El día después, el gobernador deberá seguir lidiando con los mismos obstáculos que hoy tiene, sumándole el desafío de exportar su proyecto político fronteras afuera de la provincia.